La Fundación Mujeres que Inspiran realizó un primer encuentro del Ciclo Mujeres y Negocios en Minería. Participaron la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre, y Mariela Gregorio, empresaria, quien contó cómo se convirtió en proveedora minera.
Julia Echegaray, presidenta de la fundación que apuesta a profesionalizar a las mujeres para que puedan escalar con sus emprendimientos, invitó a las asistentes -profesionales, empresarias, personas que tienen puestos de decisión en empresas- a que se involucren en el desarrollo de la industria minera, no sólo como proveedoras, sino como impulsoras del cambio que se está produciendo.
Además, adelantó que organizarán nuevos encuentros y que también se enfocarán en la industria energética. La entidad viene desarrollando, en conjunto con la UIM (Unión Industrial de Mendoza), actividades para favorecer que las mujeres puedan ser proveedoras de la industria.
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Cadena de valor
Latorre planteó que el foco de este tipo de actividades está en asegurarse de que el desarrollo de la minería impacte favorablemente en la cadena de valor -para lo que es necesario organizarse- y que se traduzca en más oportunidades para la comunidad mendocina.
Recordó que, cuando avanzaron en la planificación estratégica previa, con el Plan Pilares, para definir los cimientos de una minería para Mendoza para los próximos 30 o 50 años, detectaron algunos puntos en los que había que trabajar (en el encuentro estuvo también presente Guillermo Pensado, director fundador de ese plan).
Uno de ellos fue la construcción de una cadena de valor. Latorre resaltó que tanto la minería como la explotación de hidrocarburos son industrias extractivas. Por eso, se enfocaron en qué va a quedar en las comunidades y en la provincia, cuando el recurso se agote. “Ahí está el trabajo que hacer con el capital humano”, planteó.
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Profesionalizar empresas y emprendimientos
Y añadió que no sólo se trata de buscar que la minería se desarrolle con los mejores estándares de calidad, con profesionales preparados, sino también que se haya profesionalizado el entramado productivo y en un futuro se pueda reconvertir a otras actividades económicas.
Latorre expresó que apuestan a que el beneficio económico no sólo provenga, como en el caso de PSJ Cobre Mendocino, de la venta del mineral, sino del impacto que la industria puede tener en diversos sectores si se trabaja de modo integrado, en red.
Sumó que el viernes también participó de “Mujeres y Negocios con Impacto, Segunda Etapa”, que organizaron la Fundación Mujeres que Inspiran, el Ministerio de Energía y Ambiente, e Impulsa Mendoza SA. Se trató de una visita a Barreal (Calingasta, San Juan), para capacitar a emprendedoras y empresarias de Uspallata.
El objetivo es ir generando ecosistemas, en el que las empresarias subcontraten a emprendedoras, para poder acelerar ese proceso de desarrollo y enriquecimiento en red. “No queremos que, como ocurre en otras partes de Argentina y en otros países, las empresas traigan sus profesionales y proveedores porque el capital humano local no estaba preparado para satisfacer esa demanda o cumplir con ciertos estándares”, advirtió la ministra.
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Pero también destacó que Mendoza cuenta con una ventaja, que es que tienen un muy buen entramado empresarial y excelentes profesionales. “Lo que toca ahora es organizarnos para que esas empresas, profesionales y emprendedores potencien esas fortalezas”, concluyó a modo de invitación.
Luego Mariela Gregorio, de Full Box (ex Cartonera del Oeste), contó cómo la empresa familiar, con más de 50 años de trayectoria, se convirtió en una proveedora minera. Y de qué manera le fue posible responder a un pedido que parecía imposible de tener listo en el tiempo fijado, gracias a dar trabajo a mujeres, madres de niños pequeños, que pudieron sumarse desde sus hogares.