Al igual que Jancis Robinson, el crítico de vino inglés Tim Atkin que visitó en el verano Argentina invitado por Wines of Argentina, habló del malbec pero también de la diversidad de productos que puede ofrecer el país.
El crítico de vino inglés habló sobre su estancia en nuestro país donde probó más de 1.700 muestras. Sin contar los malbec ¿Qué otras variedades tienen potencial?
Al igual que Jancis Robinson, el crítico de vino inglés Tim Atkin que visitó en el verano Argentina invitado por Wines of Argentina, habló del malbec pero también de la diversidad de productos que puede ofrecer el país.
"Una de las mayores fortalezas de la industria vitivinícola argentina es su diversidad. Así que creo que el futuro está en esa diversidad, aunque el Malbec siempre será la carta de presentación del país en los mercados de exportación", dijo en su entrevista con Los Andes, reforzando la idea de que Argentina tiene buscar más opciones.
Esa es una pregunta difícil, ya que hay muchos mercados alrededor del mundo y yo solo vivo en uno de ellos: el Reino Unido. Allí, diría que la percepción del vino argentino todavía está muy centrada en el Malbec, que se ha convertido en una marca por derecho propio. Pero hay una creciente conciencia de la diversidad y calidad de los vinos argentinos.
-Su reporte anual sobre Argentina es una referencia clave para la industria. ¿Ha notado algún patrón o tendencia en la producción de vino argentino en los últimos años?
-Las tendencias que he notado, y no son universales, son la mejora de la calidad de los blancos, la mayor frescura de los tintos (con menos dependencia del roble) y el deseo de reflejar el terroir en la copa.
-¿Qué zonas vitivinícolas le han sorprendido y por qué?
-Realmente disfruté volver a Río Negro y Neuquén este año, donde no había estado desde 2018 o 2019. ¡Mi memoria no es tan buena como debería ser! Obviamente, he probado los vinos todos los años y he visitado otras partes de la Patagonia, pero fue genial ver el progreso que están logrando esas regiones. También creo que hay una serie de nuevos proyectos interesantes en Las Compuertas y el Valle de Uco. En mi opinión, los grandes avances de los próximos cinco años ocurrirán en el viñedo.
-¿Cómo ha cambiado la producción de vino en las distintas subregiones de Mendoza en los últimos años?
-Creo que hemos visto un cambio desde el este de la provincia hacia la Primera Zona y el Valle de Uco. En parte tiene que ver con lo económico, pero sobre todo con la calidad. Hay gente haciendo cosas muy buenas en las zonas más cálidas de Mendoza, pero el futuro está en las áreas premium, teniendo en cuenta que la gente toma menos, pero mejor.
- Más allá del Malbec. ¿Qué uvas cree que tienen más potencial para destacar en el mercado internacional?
-Cabernet Franc seguro y tal vez Garnacha y Pinot Noir. Entre los blancos, el Semillón está subestimado y creo que la gente aún no se da cuenta de lo bueno que puede ser el Chardonnay argentino.
-Este año degustó más de 1.200 vinos de todo el país. ¿Qué estilos de vino cree que están marcando el presente y el futuro de Argentina?
¡El total fue en realidad alrededor de 1.730! Todavía hay algunas cosas que necesito probar en Londres. Es muy difícil responder a la pregunta porque una de las mayores fortalezas de la industria vitivinícola argentina es su diversidad. Así que creo que el futuro está en esa diversidad, aunque el Malbec siempre será la carta de presentación del país en los mercados de exportación.
-La sustentabilidad y la identidad son cada vez más importantes. ¿Qué regiones de Argentina están liderando el camino en estos aspectos?
-Creo que todos son conscientes de eso, pero la industria está muy enfocada en Mendoza, que es donde se hacen la mayoría de los mejores vinos. De todas formas, la conciencia sobre el terroir y cómo expresarlo es una tendencia que se ve en todo el país. Creo que la sustentabilidad —en su sentido más amplio— es algo clave hoy en día. El clima seco de Argentina ayuda y permite reducir aún más los insumos en el viñedo, y la verdad es que me impresiona el avance que se ha logrado hasta ahora.
-¿Qué cree que diferencia al enólogo argentino en su enfoque respecto a otros del mundo?
-Es imposible generalizar, ya que las personas son muy diferentes. Pero creo que hay una apertura de mente y una voluntad de superar los límites, que es muy argentina. También me parece que casi todo el mundo es optimista y está bendecido con un sentido del humor.
-¿Cómo ha cambiado la forma en que los consumidores perciben y aprenden sobre el vino en los últimos años?
Jajaja. ¡Creo que tendrías que preguntárselo a ellos! Pero en serio, la comunicación tiende a ser más corta y visual en estos días, por lo que uso mucho Instagram. También creo que los consumidores se están volviendo más inteligentes. Comparan a los críticos y los puntajes y hablan entre ellos. Creo que esto es algo bueno. Los consumidores están adquiriendo más confianza en su propio juicio.
-Si tuviera que elegir un vino o cepa inesperada en esta visita a Argentina, ¿cuál sería?
Posiblemente Sangiovese debido a sus raíces italianas. Creo que tiene algo interesante y diferente que ofrecer en Argentina.