Los espumantes se consolidan con una suba de ventas del 18%

Mercado interno. El consumo de los espumosos es cada vez mayor y crece a mayor ritmo que el resto de la industria, apalancado por el impulso post pandemia y los nuevos jugadores del mercado.

Los expertos destacan que hay buena relación precio-calidad en todos los rangos de mercado. Foto: Ignacio Blanco / Los andes
Los expertos destacan que hay buena relación precio-calidad en todos los rangos de mercado. Foto: Ignacio Blanco / Los andes

Durante la pandemia, la industria vitivinícola descubrió el potencial de algunos productos que estaban “dormidos” e incluso logró introducir nuevos formatos y envases que fueron bien recibidos por el mercado. En ese “río revuelto” los espumantes salieron ganando. Si bien en un principio las ventas tuvieron una caída inevitable (por el cierre de bares y locales nocturnos), con el tiempo lograron reponerse y hoy son protagonistas de las ventas de cientos de bodegas.

De acuerdo a las estadísticas publicadas por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en los primeros siete meses del año se despacharon al mercado interno 18.414.900 litros de vinos espumantes o “espumoso”, un 18,8% más que en los primeros siete meses del año pasado. Está claro que en el repunte todavía hay un efecto “post pandemia”, pero aún así llama la atención de la performance de ese producto, dentro de un mercado que en forma conjunta se mantuvo prácticamente estancado (creció 0,5% en ese período).

También en el mercado externo se están logrando buenos resultados. Las bodegas argentinas vendieron al exterior 2.796.800 litros de espumantes entre enero y agosto de 2022, lo que representa una mejora del 25,1% en relación al 2021. En términos de valor, el incremento fue aun mayor. Se pasó de U$S 909.600 FOB en 2021 a U$S 1.245.200 FOB en 2022 (36,9% de mejora).

“Hay una oportunidad interesante con los espumantes. La vitivinicultura va creciendo de la mano de distintos productos y hay que aprovecharlo tanto dentro como fuera del país”, opinó Eduardo Sancho, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi).

Para el referente del sector vitivinícola, el repunte que muestran las estadísticas no es un hecho aislado, sino el inicio de una tendencia de largo plazo. “Es un producto que va a seguir creciendo, porque se presta para consumirlo en frío, acompaña a cualquier comida y tiene varias características que lo hacen apetecible para la gente. Antes había espumantes mucho más caros, pero ahora hay de todos los segmentos de precios, con diferentes condiciones de degustación”, subrayó Sancho.

Dónde está el potencial

De acuerdo con la mirada de Sancho, los espumantes de bajo grado alcohólico y de bajo precio son los que mayor potencial tienen dentro del mercado argentino. “Es un producto muy agradable, fácil de consumir. Se están vendiendo muchos vinos con graduación alcohólica de entre 10 y 12 grados, con algo de burbuja y con dulce natural”, señaló.

“Aún con la fuerte competencia de las gaseosas, la gente ha ido migrando más hacia las burbujas de los espumantes. Las bodegas se han dado cuenta que al consumidor le interesa esa clase de vinos. El mercado interno tiende a eso. Por eso la lata también se está imponiendo, porque permite un vino dulce, suave, natural y con espuma”, insistió el presidente de Acovi.

Continuando con su análisis, Eduardo Sancho observó que el “entry level” (rango de precios más bajos) es donde más están creciendo las ventas y donde mayor potencial hay. “Ese segmento estaba desatendido, pero cada vez hay más productos del sector vitivinícola para salir a competir. No es un producto que desplace los otros vinos”, apuntó.

Carlos Fiochetta, gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), coincidió en que el segmento de precios bajos ofrece buenas oportunidades, pero consideró que hay muy buenas opciones de desarrollo para todos los segmentos de precios. “Ya hoy se observan muy buenos ejemplares en todos los rangos. Hay mucho potencial”, indicó.

Para Fiochetta, hay varios factores que en forma conjunta conforman un buen panorama de cara al futuro. “Los espumantes son claramente una categoría que con la pandemia quedó muy golpeada, pero ya se ha empezado a recuperar. Además Argentina viene trabajando con productores cada vez mejores, de buena relación precio-calidad”, indicó.

“Lo más importante es que los espumantes están logrando entrar en ocasiones de consumo en los que el vino tranquilo no está, como en bares y coctelerías. Se ha perdido la estacionalidad y eso es muy bueno. Sumando todos esos factores, el segmento tienen buenas oportunidades”, argumentó el gerente de Coviar.

Como punto en contra, Fiochetta recordó que en la última cosecha se notó un faltante de uvas blancas. “La producción debe adaptarse a las nuevas demandas”, declaró.

Por su parte, Felipe Cordeyro, gerente Comercial de Bodegas Bianchi, había explicado a diario Los Andes que el crecimiento de los espumantes que se está dando durante este año es parte del efecto que tuvo la pandemia de coronavirus sobre los hábitos de consumo de los argentinos. “Nuestra hipótesis sobre el crecimiento del segmento se basa en que post pandemia el consumo de espumosos se trasladó, en cierta medida, al hogar y hay una frecuencia de consumo mayor, lo que puede traducirse en mayores volúmenes. Todos los productos que trascienden los hábitos de consumo frecuente pasan a tener una demanda mayor”, había expresado.

“Ya no es más una moda. Hemos detectado el hábito de consumo de espumoso junto al spritz (Aperol). La receta original de este trago es con prosecco, pero acá en Argentina se adaptó muy bien con los espumosos y eso ha sido un ítem más que ha colaborado con la aceleración del consumo de la categoría, porque se ha instalado muy fuerte y antes no existía directamente en el país”, había declarado Cordeyro.

Apuestas de largo plazo

Con la mirada puesta en el largo plazo, algunas grandes marcas han hecho inversiones millonarias en los últimos años para salir a competir en el mercado de los espumantes. Uno de los ejemplos más conocidos es el de Quilmes, que primero compró la bodega Dante Robino y después comenzó a pisar fuerte en el mercado de espumantes, con el “2020 LPQTP”.

Al mismo tiempo se han dado alianzas estratégicas, como es el caso del Grupo Campari, que decidió salir al mercado con su propio vino espumante (Cinzano Pro-Spritz) para combinarlo en el Aperol Spritz, un trago cada vez más consumido dentro de Argentina. La decisión de Campari tuvo que ver con una estrategia que ya había aplicado Italia con el vino Prosecco.

“A nivel global, la marca Cinzano tiene un portafolio de vinos espumosos. Entre ellos tiene Prosecco y Asti, ambos con denominación de origen. En Italia, el vino espumoso que se utiliza para el Aperol Spritz es Cinzano Prosecco. Es por eso que, en 2021, para asegurar la calidad de Aperol Spritz decidimos desarrollar y producir en Argentina un vino espumoso inspirado en eso”, argumentó Carolina Gentile, directora de Marketing de Grupo Campari.

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