Historias de superación: de vender pilas de puerta en puerta y en bicicleta, a empresarios que dan trabajo

Carlos y Valeria están acostumbrados a emprender y contaron su historia de esfuerzo y superación, pero al mismo tiempo buscan que más gente se sume con lo que podría ser el puntapié inicial para quienes se encuentren sin trabajo o con la necesidad de ganar dinero extra.

Carlos y Valeria, junto a los mellizos
Carlos y Valeria, junto a los mellizos

Valeria ama vender y es una emprendedora nata, siempre está buscando qué hacer para crecer, fue lo que me enamoró de ella, que siempre buscó que hiciéramos nuestro propio camino”, así explica el éxito de sus emprendimientos el enólogo Carlos Barrozo, y asegura que no sería lo mismo sin el empuje de su esposa, Valeria Bahos.

La historia de amor de estos dos mendocinos, también es una historia que puede servir de inspiración para todos aquellos que busquen progresar, o desarrollar una idea que podría convertirse en un éxito económico. Pero no solo eso, sino que, con su último emprendimiento buscan sumar vendedores y, por qué no, convencer a más personas de generar sus propios ingresos para un día emprender algo mucho más grande.

Desde hace 20 años que Valeria y Carlos tienen la Vinoteca del Shopping, el es enólogo, tienen una finca, y además trabaja como asesor en una bodega, pero la pandemia fue la segunda gran crisis del país a la que tuvieron que hacerle frente y que, al igual que la primera, los empujó a emprender.

La pareja se conoció en el año 1997, pero se pusieron “oficialmente de novios en el 2000″, y cuando llegó la crisis del 2001, empezaron a progresar juntos.

Carlos recuerda que él trabajaba en la panadería de su tío durante medio turno mientras estudiaba enología y Valeria cursaba la Licenciatura en Turismo en la Universidad Champagnat, cuando a ella se le ocurrió una oportunidad de negocio: notó que en los quioscos de la zona faltaban pilas y máquinas de afeitar, e invitó a su novio a venderlas juntos.

“Valeria ama vender, es una emprendedora nata. Yo andaba en bicicleta en ese momento, no teníamos auto, mi familia era de clase media baja, pero igual Valeria siempre quiso que consiguiéramos todo por nuestra cuenta, y eso me encanta de ella”, agrega.

Con esa idea en mente, empezaron a comprar pilas y máquinas de afeitar en el centro de Mendoza para luego salir a repartirlos en bicicleta, casa por casa, por San Martín. “Nos repartíamos la mercadería e íbamos vendiendo casa por casa, había veces que llenábamos la mochila de plata de lo bien que nos iba, eran tiempos más seguros y se podía hacer eso”, destaca Carlos.

Ese primer emprendimiento fue lo que le permitió comprarse su primer auto, una Saveiro modelo ‘98, para la que su suegro le prestó parte del dinero, pero que no tardó menos de un año en devolvérselo.

Después, con un socio que teníamos (que luego les vendió su parte), Valeria montó la vinería del shopping, y yo empecé a participar. Ella es el alma del negocio, es la que lo administra y yo ayudo con el asesoramiento de los vinos. Después me recibí, y tuve la suerte de trabajar en una buena bodega, y en el 2008 pude viajar a Francia y España para especializarme, cuando llegué conseguí trabajo en otra bodega. Empezamos de abajo, con mucho sacrificio”, relata.

La pareja cumple este año su aniversario de casados número 16, y celebran tener dos hijos (un niño y una niña, mellizos), que son su “tesoro”, y a quienes también esperaron durante mucho tiempo, hasta que llegó la alegría de saber que venían en camino.

La segunda crisis económica y dos oportunidades de negocio

“Cuando ocurrió lo de la pandemia, tuvimos que cerrar la Vinería (el Shopping completo cerró durante los primeros meses que siguieron a marzo de 2020), y nos pusimos a pensar qué hacer para reinventarnos”, señala Carlos, en lo que sería la segunda vez que lograron convertir una crisis en una oportunidad de negocio.

Así, nació “Estación Food”, un negocio de la zona Este en donde se pueden conseguir todos los productos de alta gama disponibles en el Centro de Mendoza, como pueden ser los de Sushi Club, Soppelsa, Lérida, Farinata, y todos los productos de Alejandro Vigil. “Los llevamos a la puerta de la casa del comprador, al mismo precio al que los conseguirían en la Ciudad, y eso anduvo muy bien cuando nadie podía salir de casa, pero también ahora”, explica.

Pero a la par, buscaban ampliar sus rubros, y nuevamente a Valeria se le ocurrió vender productos, en este caso, de “La Casa del Aroma”, de Sandra Marzzan. “A raíz de eso, a ella le dieron al representación en Guaymallén, por lo que estamos buscando revendedores”, completa.

En la actualidad, con el Shopping ya abierto, lograron retomar la Vinería, pero para ello tuvieron que gastar parte de sus ahorros, y aunque lograron conservar el negocio, señalan que están recuperándose de a poco, y sostienen sus otros negocios: Estación Food y ahora La Casa del Aroma.

Carlos y Valeria junto a sus dos hijos
Carlos y Valeria junto a sus dos hijos

Oportunidad de emprender: convocan nuevos revendedores

Carlos contó que hicieron una gran inversión y se sumaron al equipo de Sandra Marzzan, de manera que ellos pueden ahora proveer a los revendedores que, a su vez, obtienen ganancias de hasta el 35% de los productos que vendan.

“Pueden manejarse por Whasapp, renviar los catálogos y pasar a buscar los pedidos que nosotros se los entregamos, les explicamos como funciona todo, y realmente las ganancias son muy buenas, del 30% al 35% en algunos productos”, cierra este empresario que espera que, como en su caso, animarse a vender, sea para algún nuevo emprendedor el principio de un camino mucho mejor.

Quienes quieran vender Sandra Marzzan pueden contactarse directamente con él al: 2634419142

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