10 de junio de 2025 - 17:38

En el último año, desaparecieron más de 600 empresas formales en Mendoza

El dato surge de las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Las bajas se concentran en las pymes con 1 a 10 empleados.

Desde las cámaras empresarias vienen advirtiendo que, si bien los números de la macroeconomía son positivos, la recuperación es muy diversa entre los distintos sectores productivos y regiones del país. Y que hay sectores que todavía están atravesando una situación crítica. Las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo revelan que en marzo de 2024 había en Mendoza 21.586 unidades productivas formales y en el mismo mes de 2025, 20.903, 683 menos (-3%).

Cuando la comparación se extiende a marzo de 2023 el descenso se acentúa, ya que la cantidad de empresas con trabajadores registrados alcanzaba las 21.793, con lo que en dos años se perdieron 890 (-4%) en la provincia.

Se deben realizar algunas aclaraciones sobre estos datos y es que la SRT toma a los trabajadores asegurados –que cuentan con ART-, tanto del sector público, como del privado. De ahí que la cantidad de unidades productivas pueda no coincidir exactamente con el número de empresas registradas en la provincia, pero la evolución que revelan las cifras sí permite entender qué está sucediendo en el entramado de empresas mendocinas.

Pymes y emprendedores

Por sectores y tamaño de empresas

Los sectores con mayor porcentaje de descenso de unidades productivas en la provincia son Servicio de alojamiento y servicios de comida, con un 7% de reducción interanual y 170 empresas menos (se pasó de 2.321 a 2.252), y Servicios inmobiliarios, con un 7% de caída y 38 organizaciones menos (de 908 a 860).

Otros rubros tuvieron números relevantes de disminución de empresas, aunque el porcentaje no haya sido tan elevado: Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas tuvo una merma de 120 compañías (-2%); y en Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca desaparecieron 98 unidades (-3%).

En cuanto al tamaño de las empresas según la cantidad de trabajadores, las reducciones se concentran en el segmento de 1 a 10 empleados: -370 de 1 colaborador; -199 de 2; -114 de 3 a 5; y -45 de 6 a 10. Estas 728 bajas, entre el tercer mes de 2024 y el mismo de 2025, fueron compensadas en parte por el crecimiento en otros grupos -de 11 a 500 trabajadores-, por lo que el resultado final es el de las 683 organizaciones que se perdieron en un año.

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Variación del número de unidades productivas en Mendoza. Elaboración propia en base a datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo

Variación del número de unidades productivas en Mendoza. Elaboración propia en base a datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo

Mirada empresaria

El presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), Santiago Laugero, indicó que estos números están un poco en línea con las declaraciones que viene realizando en los últimos días, con respecto a un “goteo”, es decir, el cierre de empresas o achicamientos dentro de las organizaciones.

“La micro está afectada. Hay una recesión. Y claramente los primeros afectados siempre son las pymes, las pequeñas empresas. Es una realidad que venimos notando, aseveró. Y sumó que el tema fue tratado en la reunión de comisión directiva de la FEM de esta semana, porque es una gran preocupación para los integrantes de la entidad. “De hecho, estamos trabajando en propuestas para elevar al Gobierno, para que las empresas puedan ir paliando esta situación”, sostuvo.

Juan Viciana, el flamante presidente de la UCIM (Unión Comercial e Industrial de Mendoza), señaló que hay sectores que están muy castigados, porque, en el pasado, “el tipo de cambio exageradamente elevado y un peso depreciado provocaban una corriente de consumidores que hoy no tienen”. Para poner un ejemplo, mencionó que la gente compraba hierro porque no podía comprar dólares y, hoy, el sector de la construcción está afectado por una acumulación de stock que, hasta que no se consuma, seguirá complicando el panorama.

Viciana consideró complejo que esto se modifique en un escenario de cero emisión y de control de la inflación, pese a que consideró que ambas cosas eran necesarias, porque la suba constante de los precios estaba generando mucho daño en la actividad. Pero también indicó que, mientras no se empiecen a utilizar los ahorros y se aceleren de alguna manera los procesos de inversión, además de que caiga el riesgo país, es difícil ver un aumento del consumo.

“No hay que esperar cambios grandes. Pero, a pesar de eso, la economía en su conjunto está creciendo, impulsada por Vaca Muerta, la minería y los agronegocios. El crecimiento es fuerte, en parte por un rebote después de la caída del año pasado, y vamos a terminar el año con un 6% por arriba. Pero vemos una gran heterogeneidad y no es fácil cambiarse de una actividad a la otra”, analizó.

También se refirió a la importancia de facilitar que las empresas accedan a financiamiento para poder invertir en transformaciones que les permitan adaptarse al nuevo contexto. “Tenemos que ir adaptando nuestras instituciones a un cambio que no sólo se está dando en Argentina, sino en todo el mundo, pero a nosotros nos encuentra bastante débiles”, indicó.

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