Entre los beneficios que el desarrollo de la minería metalífera podría tener para la economía mendocina está el trabajo que puede brindar tantos a personas como a empresas locales, en particular las pymes. Pero para que esto suceda, se sabe que se necesita preparación que posibilite responder a los estándares de calidad y las demandas de las compañías mineras.
La competencia con extranjeros, que ya tienen experiencia en el sector, se presenta como una posibilidad que ha hecho que las cámaras empresarias mendocinas y argentinas se hayan enfocado en ofrecer capacitaciones con el objetivo de estar preparados para el momento en que la actividad despegue, de manera de poder aprovechar la cercanía y ofrecer una propuesta acorde a esa demanda.
Diego Cons es el presidente de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros (Capmin) y señala que Mendoza, sin dudas, cuenta con empresas proveedoras de alto valor, que pueden acompañar la cadena de valor industrial minera y tienen experiencia en logística, perforación, metalúrgica, etc.
Resaltó que, más allá de los prospectos y los proyectos interesantes que están apareciendo en la provincia, ha sido importante el trabajo fuerte de posicionamiento que viene desarrollando el Gobierno provincial, que tuvo el acierto de hacer de la minería una política de Estado.
Desde la Capmin, indicó, han acompañado desde el primer momento el desarrollo de los proveedores locales y observado el trabajo de poner en valor la actividad por parte del gobernador Alfredo Cornejo, la ministra de Ambiente y Energía, Jimena Latorre, y el director de Minería, Jerónimo Shantal.
Tres anillos de proveedores
Cons detalló que existen tres anillos de proveedores: el primero, de los que se encuentran en la misma localidad o departamento donde se localiza el proyecto y cuentas con la ventaja de la cercanía; un segundo anillo, más amplio, que puede incluir a los del resto de la provincia; y uno tercero, que abarca a los de todo el país.
Para ilustrar cómo se vinculan estos tres anillos, explicó que los proveedores del primero, por la ventaja logística, pueden asistir en las primeras necesidades, cuando se arma el campamento inicial durante la exploración, pero también pueden participar de la construcción de la planta y durante la operación.
Explicó que para un proyecto minero metalífero se necesita todo tipo de bienes y servicios, porque se termina armando una especie de pequeña ciudad en el entorno, con una demanda muy amplia de rubros tan diversos como catering, manejo de efluentes, elementos de seguridad personal, ferretería industrial, camionetas, camiones. Añadió que, por un tema de distancia de centros urbanos y de accesibilidad, suelen tener un stock permanente en el sitio.
Destacó que las compañías mineras suelen tener presente la importancia de recurrir a prestadores cercanos, regionales y nacionales. Pero que, si se requiere de un servicio muy particular, con una tecnología específica, se puede llegar a analizar la posibilidad de buscar un proveedor internacional.
Pese a eso, resaltó que desde la Capmin tratan de poner en valor a las empresas argentinas. Planteó que lo que se intenta propiciar es la complementación, a través de la capacitación y el intercambio. De manera que, si no hay cerca un prestador de una rama determinada, la idea es que pueda ayudar otra empresa que tenga la especialidad y la capacidad para desarrollar proveedores locales.
Capacitación
En cuanto al tema de la capacitación, el presidente de Capmin señaló que la industria minera es muy exigente con respecto a los servicios que les prestan los proveedores, y que se enfocan en cuestiones como tiempos de respuesta, atención posventa, certificaciones en materia de calidad, de normas, de compliance, entre otros requisitos.
“Las empresas tienen que ir preparándose para estos desafíos. La industria minera es por lo general muy fiel a la hora de seleccionar el proveedor, pero toma en cuenta todo esto: que tenga la ‘expertise’, calidad, infraestructura, capacitación permanente e innovación con desarrollo tecnológico”, detalló.
Cons sumó que los proveedores tienen un rol preponderante en los proyectos como socios estratégicos en la cadena de valor. “De aquí para adelante, se vienen momentos muy interesantes”, auguró.
Enzo Rapp, presidente de Capromin (Cámara de Productores y Proveedores Mineros de Malargüe), planteó que crearon la entidad “para que los proveedores locales tengan una oportunidad, porque se prevé que van a aparecer proyectos bastante importantes y van a venir empresas de otros países, pero la idea es que los beneficios económicos de la minería se queden en el nuestro”,
Detalla que comenzaron a armar la cámara hace cuatro años, pensando en la minería de segunda y tercera categoría, y que hoy cuentan con asociados de distintas partes de Mendoza, no sólo de Malargüe, y también de otras provincias. Pero añade que siempre trabajan por la localía, es decir, para que las empresas se instalen en el lugar donde se asientan los proyectos, ya sea en el Sur mendocino o en Uspallata, porque al tener una base operativa se generan más empleos y se tributa en el lugar.
Rapp coincidió en que es fundamental llevar las empresas mendocinas al nivel de un contrato nacional o internacional, porque las mineras tienen muchos estándares, mientras las compañías locales suelen solo certificar normas ISO. “Eso conlleva capacitaciones, explicarles a los empresarios qué tienen que hacer. Los trámites que tienen que cumplir y las normas de calidad. Si no, vamos a tener sorpresas cuando se active un proyecto minero y haya proveedoras que no puedan participar”, advirtió.
Demanda actual
Analizando la demanda actual de servicios por parte de la minería metalífera en Mendoza y las perspectivas, Rapp mencionó que PSJ Cobre Mendocino (San Jorge) está cerca de la etapa de construcción y va a requerir muchos servicios. Pero resaltó que ya se vienen preparando para esto y las empresas mendocinas -porque trabajan en conjunto con la cámara de Uspallata- tienen conocimientos para responder a esa demanda.
En Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO) recién se están comenzando las tareas de prospección y de exploración superficial, por lo que los requerimientos son mínimos. Explicó que, en esta instancia, suelen ir uno o dos geólogos, con un ayudante y un chofer. Pero expresó que esperan que, en la próxima temporada, cuando las mineras ya cuenten con ciertos permisos, se avance en otros trabajos.
El titular de Capromin resaltó que, también en el departamento sureño, la exploración de Cerro Amarillo ya lleva dos años y medio, y utiliza servicios de Malargüe y otras partes de Mendoza. Además, se amplió el proyecto y se extendió la exploración.
Comentó que el malargüino sabe que hay un potencial muy grande de generación de empleo, pero también que los tiempos son largos. “Desde la cámara estamos capacitando a la gente, porque cuando tengamos una mina en actividad, vamos a tener tecnología mucho más nueva. Por eso debemos tener cursos de robótica, de inteligencia artificial, para que la gente esté preparada para todo eso”, indicó.