29 de diciembre de 2025 - 14:55

Comienzo de la obligatoriedad de la trazabilidad electrónica en ganadería: beneficios

Desde el 1 de enero de 2026 los animales ganaderos deberán tener un chip que los identifique y muestre sus “antecedentes”. Costos e inversión.

La image argentina dio un paso hacia la modernización e inserción internacional con la implementación obligatoria del sistema de trazabilidad electrónica. La herramienta es considerada estratégica para mantener los mercados actuales y acceder a nuevos destinos de exportación en un contexto de mejora de este mercado. Tras más de dos años de postergaciones y un período de aplicación opcional durante 2025, el nuevo esquema comienza a regir desde el 1° de enero para todo el país.

La Resolución 841/2025 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) determina que una herramienta que era opcional hasta esta semana, comenzará a ser obligatoria a partir de año nuevo. La norma regula el Sistema Nacional de Identificación Electrónica de Animales en el ganado bovino, bubalino y cérvido de la República Argentina. Según se consigna en la resolución ningún animal criado “con fines comerciales podrá ser movilizado ni permanecer en el establecimiento ganadero de nacimiento luego del destete, sin contar con la identificación individual electrónica”.

La demora y la flexibilidad otorgada hasta esta fecha sirvió para que los productores –en especial los más chicos- pudieran adecuar sus sistemas y sus maneras de trabajar. Según explicó Andrés Vavrik, delegado del Sur del Ministerio de Producción, el nuevo sistema reemplazará el esquema exclusivamente visual y físico por uno mixto. Se mantendrá la caravana tradicional, pero habrá que incorporar un chip electrónico dentro de un botón que se prende en la oreja de cada animal.

Estos dispositivos contienen un número identificatorio visible y, en su interior, un chip permite acceder de forma inmediata a toda la información del animal. Esto lo hace mediante un bastón lector o un sistema de lectura automática instalado en la manga. “De manera ágil, el productor o el operador pueden conocer datos clave como el propietario, la ubicación, el historial de movimientos y la trazabilidad de los planes sanitarios”, ejemplificó Vavrik.

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Fuente: Clúster ganadero Mendoza.

Fuente: Clúster ganadero Mendoza.

Se trata de información que está vinculada con Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (RENSPA), lo que permite saber no solo quién es el dueño del animal sino también dónde ha estado a lo largo de su vida productiva. Agustín Fernández, presidente del clúster ganadero de Mendoza, observó que la modificación implica un avance tecnológico de gestión. El sistema, agregó, sirve para cumplir con los requerimientos de mercados internacionales.

Los costos de la inversión

A partir de la entrada en vigencia del nuevo régimen, los proveedores estarán obligados a comercializar únicamente este tipo de dispositivos electrónicos y el antiguo sistema de caravanas tradicionales dejará de venderse. Para la implementación de la primera etapa, el Senasa obtuvo financiamiento internacional, pero los productores han tenido que adecuar sus campos y realizar inversiones para adaptarse al nuevo sistema. Pese a la etapa de adecuación, todavía hay productores muy chicos que tendrán dificultades para realizar la inversión.

Agustín Fernández, quien también es productor ganadero, destacó que el costo que antes asumían los mercados internacionales, se trasladará a los productores. Agregó que si bien no son cifras impagables para la mayoría hay que calcular en invertir unos $10.000 por animal junto con la vacunación.

En este sentido, sí es una complicación para quienes están en situaciones muy precarias tanto en instalaciones como en conocimiento de la nueva tecnología. “El problema es que esto debe hacerse todo junto ya que en dos o tres meses hay que pagar la vacuna y el nuevo sistema”, subrayó Fernández. El presidente del clúster ganadero agregó que la mejora de los precios internacionales en este último año facilita en parte esas nuevas inversiones.

Este costo, por otra parte, es al mismo una inversión necesaria para competir en el nuevo escenario global en donde la carne es cada vez más codiciada en todo el mundo. De este modo, la importancia de la trazabilidad electrónica se proyecta directamente sobre el comercio exterior. Vavrik, quien también es un productor ganadero de trayectoria, relató que cada vez más países exigen esta trazabilidad al momento de permitir el ingreso de carne.

El cierre de la venta de las vacas refugo o descarte, es decir, las hembras adultas que no se pueden destinar a reproducción, afectó directamente la producción local. / Foto: Orlando Pelichotti

“Muchos ya veníamos trabajando con la la caravana electrónica y el registro de datos que abre un mundo infinito y un beneficio innegable en la parte de gestión”, sumó Fernández. El referente agregó que la trazabilidad electrónica servirá también para lograr un plus comercial. Vavrik también contó que Japón, Estados Unidos y varios países de la Unión Europea lo exigen entre las certificaciones de calidad. De hecho, para diversas naciones europeas es clave saber la ubicación ya que está prohibida la compra de carne alimentada en campos deforestados. El impacto ambiental adquiere así cada vez mayor relevancia y el poder comprobarlo adquiere importancia en el contexto global.

Expectativas

“Tras más de dos décadas de estancamiento, con stocks que no lograron crecer, pesos de faena que no se incrementaron de manera significativa y políticas que priorizaron el control del precio interno de la carne, el país enfrenta un escenario externo favorable, pero con limitaciones estructurales”, advirtió Vavrik. La carne es uno de los productos que más creció en exportaciones y se espera que continúe así.

“El mundo se encamina a una escasez de carne por múltiples factores como la caída de la producción en Estados Unidos, problemas sanitarios en México en donde se perdieron animales y la demanda sostenida de China”, subrayó el ganadero. A esto se suma un cambio en el perfil del consumidor, cada vez más dispuesto a pagar por calidad, origen y garantías sanitarias. En ese contexto, la trazabilidad electrónica aparece como una condición necesaria —aunque no suficiente— para reposicionar a la ganadería argentina.

Sin embargo, Andrés Vavrik expresó que si bien Mendoza tiene mucho para crecer en el sector ganadero, para ello será clave el acceso al crédito. “Cualquier política ganadera tiene que ver con aumento de stock, dejar de liquidar hembras, levantar el peso de la faena y retener”, puntualizó Vavrik. Debido a que se trata de inversiones de muy largo plazo y de montos considerables, el crecimiento anhelado no será posible sin la posibilidad de adquirir créditos a tasas “normales” y de largo aliento.

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