Tasas que frenan
Un punto a tener en cuenta es que tanto para fechas especiales como para buena parte del consumo que se concreta, se observó una alta dependencia de promociones y planes de pago. En este contexto, Santiago Laugero, presidente de la Federación Económica de Mendoza (FEM), destacó que en el contexto actual de tasas altas se ralentizan las ventas o proyectos en general. Es decir que en medio de la recesión, las dificultades de financiamiento incidieron aún más en la planificación de stock, inversiones y precios. Esta situación, sumó el informe de CAME, generó un escenario de consumo moderado y estrategias defensivas en la mayoría de los sectores.
“Las tasas actuales son inviables de tomar y esto hace que crezca la incertidumbre económica”, expresó Laugero quien también mencionó la fuerte presión impositiva a la que están sometidas las pymes comerciales. Luego de la derrota electoral del domingo en Buenos Aires, el Gobierno decidió bajar un poco las tasas de interés que el viernes previo estaban en torno al 45% y a mediados de semana eran de 35%. Desde Apyme expresaron que las tasas altas han afectado seriamente la cadena de pagos. Esto, agregaron, ha “agravado la baja del consumo masivo en un en contexto de creciente mora en las deudas de empresas y familias”.
Es que las tasas no solo impactan en el crédito de los comercios para salir adelante sino en la posibilidad de acceso por parte de las personas que necesitan del pago en cuotas para acceder a muchos bienes. En este contexto, el economista del Centro y Finanzas de Mendoza, Nicolás Aroma, observó que a costas de mantener la inflación a raya, esta medida podría incrementar la recesión en danza. En la misma línea, desde la Unión Industrial Argentina (UIA) han manifestado preocupación por el ritmo de las tasas que atentan contra el crédito y dificultan a las pymes acceder a un financiamiento en un contexto de creciente presión sobre los costos.
En este clima de escasez de ventas, la tarjeta de crédito se ha convertido en uno de los principales modos de vender o comprar y su aumento para el pago de mercadería en supermercados es una señal de la tendencia. Sin embargo, las tasas altas hacen inviable estas compras si no hay alguna promoción bancaria o la adhesión a los programas propuestos desde las cámaras. Hay que tener en cuenta que en Argentina el impuesto a los débitos y créditos es uno de los más altos del mundo lo que también incide en una financiación “imposible” en el contexto actual.
Adrián Alín, presidente de la Cámara Empresaria de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de Mendoza (Cecitys), expresó que la compra en cuotas es clave para el sector y –en especial- para rubros como electrodomésticos o equipamiento para el hogar. Por este motivo, desde CAME y Cecitys han buscado sostener el plan Cuota Simple. Así, a través de la empresa Payway están las Cuotas MiPyME que los miércoles y viernes ofrece pagos sin interés en los comercios adheridos. Sin esta herramienta, comprar algo en cutosas significa pagarlo cerca del 50% más de su valor, lo que es casi imposible o absurdo para la mayoría.
Más informalidad
Los comerciantes se ven frente al dilema de absorber un costo más (el impositivo y crediticio) o vender lo que afecta sus márgenes de ganancia que ya están en lo mínimo por su imposibilidad de pasarlo a precios. Rubén Palau, presidente de Apyme, recordó que Mendoza se encuentra en una situación más compleja aún por su cercanía con Chile. A esto se ha sumado la campaña feroz que realizan las páginas chinas de indumentaria que ahora deben pagar aranceles en Estados Unidos y se han volcado a vender fuerte en Argentina y Brasil. “Desde la Cámara Argentina de Electrodomésticos han denunciado que ya entra más productos de afuera del que se fabrica acá”, comentó Palau. Agregó que esto deja a personas sin empleo lo que, a la larga, vuelve a pegarle al consumo por las dificultades de que enfrentan cada vez más familias.
El logro del Gobierno nacional de sostener una inflación por debajo del 2% mensual tiene como consecuencia la caída en los márgenes de rentabilidad y el aumento del comercio informal y hasta del contrabando. Incluso en medio de una suba del dólar, las empresas no han podido trasladar su suba de costos a precios ya que eso implicaría una caída del consumo aún mayor. En este marco, Santiago Laugero, expresó que la situación se agrava por el crecimiento del comercio informal que ha captado una porción importante del mercado a lo que se suma la incertidumbre económica que se agudiza en los períodos preelectorales.
El freno preelecciones y el resultado del voto bonaerense ha sumado un signo de pregunta de aquí al 26 de octubre y postergado aún más las decisiones de compra. Según Adrián Alín, una de las mayores preocupaciones del sector es la falta de liquidez y las bajas ventas, una realidad que ha obligado a los comerciantes a "absorber las subas" de costos sin trasladarlas a los precios, una estrategia insostenible a largo plazo. En este contexto, los comerciantes buscan aferarse a las fechas clave del calendario como la única oportunidad de equilibrar el barco y afrontar los desafíos que se presentan a diario.
Indumentaria, bajas de precios.jpg
Desde el sector supermercadista, Rubén David -gerente del mayorista Oscar David- destacó que las empresas están muy cautas con los precios. Si bien expresó que productos clave como la harina y el aceite han tenido subas en las últimas semanas, agregó que las compañías saben que no pueden trasladar a precios todo por una cuestión de consumo. Así, con una inflación más atenuada y un margen más chico por parte de los consumidores, ya nadie se abalanza a comprar en contextos de incertidumbre electoral o volatilidad del dólar.
Precios y márgenes bajos
En agosto de 2025, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 1,9% a nivel nacional y de 2% para el Gran Mendoza según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE). El número prácticamente se equiparó con el de julio cuando la suba fue de 1,9%. Con este dato, en lo que va del año la inflación acumuló una suba de 17,6% y una variación interanual del 29,6%.
En Mendoza, entre los rubros que más aumentos tuvieron se destacaron Transporte y Comunicaciones (4,3%) Educación (4,1%) Vivienda y Servicios Básicos (4%) seguidos de otros bienes y servicios (3,6%). En tanto Otros bienes y servicios crecieron 3,3%, seguido de atención médica (1,9%), alimentos y bebidas (1,5%) y esparcimiento (0,5%) que había saltado en julio por una cuestión estacional. La indumentaria, en tanto, registró una baja del 1% tal vez en un contexto de liquidaciones estacionales.
En cuento a las cantidades vendidas por rubros el informe de CAME destacó que la única variación positiva interanual se dio en Farmacia con un mínimo 0,2%. Los demás sectores mostraron bajas: Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-10,4%), Perfumería (-8,9%), Textil e indumentaria (-4,8%), Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-1,9%), Alimentos y bebidas (-0,9%) y Calzado y marroquinería (-0,8%).
Es en este marco que tanto comerciantes como economistas mencionaron la preocupación por los márgenes de ganancia. Y si bien una inflación menor ofrece mayor previsibilidad para algunas cuestiones, la falta de pesos en el mercado se siente en el aumento de costos que no puede trasladarse a precios como se mencionó. Esto no solo por la competencia desleal de la creciente economía informal sino también porque aunque los salarios habían mejorado un poco a inicios de año han vuelto a quedar rezagados. Hay que tener en cuenta que la mayoría venía de niveles muy bajos y que el retraso previo solo fue recuperado por el sindicato de bancarios y el Transporte.
Expectativas en modo supervivencia
El combo no parece alentador cuando se observa la apertura y conveniencia de importar o de traer de Chile o China junto crédito nulo y salarios que perdieron poder de compra. En tanto, mientras las vacaciones de invierno dieron cierto alivio, la tendencia no continuó hacia adelante y parte del sector espera a octubre. Más que por las elecciones porque el Día de la Madre es vista como una oportunidad crucial para revertir la tendencia negativa y mejorar la situación financiera de los negocios.
Sin embargo, la realidad es que el alivio es solo temporal ya que el sector ha anticipado una nueva baja en las ventas durante noviembre y lo que queda del año. Hacia adelante, el informe de CAME le puso números las expectativas del sector y subrayó que el 49% de los comerciantes prevé una mejora en los próximos doce meses. En tanto, el 42% dijo que se mantendrá sin cambios y el 9% que será peor. Sobre la posibilidad de invertir, el 58% respondió que no es un buen momento, el 15% que sí lo es y el 27% no respondió o no sabe.
En el interín los comerciantes no se han quedado quietos. En este escenario, desde el Centro han buscado incrementar las promociones y los descuentos. Aquí subrayaron el éxito obtenido en el Gran Outlet de la Ciudad que se realizó el mes pasado en la Nave y ahora todos ya están listos para las tradicionales rebajas de temporada. “Los descuentos van del 20% al 50% y son una gran herramienta para generar liquidez y hacer frente a la falta de demanda”, señaló Alín. El objetivo es sostener la actividad al menos hasta fin de año que llegan las Fiestas y que podría haber un panorama político más claro.
En la comparación interanual, se destacaron subas en Calzado y Marroquinería (+2,6%), Cosméticos y Perfumería (+1,7%) y Equipos Periféricos, accesorios y celulares (+0,2%). El resto de los rubros bajó.
Otra de las acciones implementadas por la Cecitys ha sido el pool de importación en el que varios comerciantes se unieron para traer mercadería de afuera y poder vender a costos más bajos o abaratar sus gastos. Por ser la primera vez, la iniciativa ha contado con apoyo, pero ha llevado su tiempo implementarla en la práctica. En este marco, Alín comentó que pronto llegará el primer contenedor y que se espera que en el futuro las compras se logren agilizar a partir de la experiencia y de la adecuación de las empresas para sumarse.
Alín y Laugero expresaron que el comercio es un sector resiliente, pero exhausto que navega en un mar de incertidumbre. La supervivencia a corto plazo dependerá del equilibrio que logren hacer los comercios y de una probable baja de empleo u otros costos. En tanto, la visión a largo plazo requiere una adaptación a una nueva realidad económica. En este marco, Palau sumó que han pedido a los legisladores nacionales que declaren la emergencia pyme dadas las dificultades existentes.
A pesar de los desafíos, el sector comercial no pierde la esperanza. Para el futuro, el presidente de la FEM expresó que debe haber un cambio de paradigma: el sector debe adecuarse a una “nueva realidad de ventas ajustadas por la demanda necesaria y no por la demanda generada por aumentos”. Esto implicará un cambio de enfoque así como pasar de un modelo de crecimiento basado en la inflación y el aumento de precios a uno centrado en la demanda real del consumidor.
Más allá de esto, la realidad no es sencilla y hay condiciones microeconómicas que deberían ajustarse en el mediano plazo. Por este motivo, la CAME, la UIA y otras cámaras empresarias insisten con iniciativas como el apoyo a la ley mipyme y la lucha por la lealtad comercial. De este modo, más allá del trabajo interno de cada comercio, el objetivo es generar un marco favorable para que el sector pueda operar de manera más equitativa y sostenible en el futuro.