7 de marzo de 2025 - 00:00

Sobre el manejo de mulares en el Parque Provincial Aconcagua.

Polémica generada por la utilización del servicio de mulas en alta montaña.

Durante los últimos días se ha desarrollado un debate en torno al estado y manejo de las mulas utilizadas en el Parque Provincial Aconcagua (PPA), propugnando que los prestadores de servicios adopten políticas acordes a un adecuado cuidado de los animales procurando su bienestar y desconociendo la verdadera situación actual.

Mario Vadillo, entre otros, ha objetado una actividad cuyas características le resultan desconocidas. El transporte de cargas en el PPA, utilizando mulas, creadas al efecto trabajos resulta útil, razonable y beneficioso tanto para la provincia como para quienes trabajan en Aconcagua.

No es un negocio oscuro: es una actividad tradicional, donde los arrieros trabajan la temporada para vivir todo el resto del año. Son numerosas familias que dependen de este trabajo, aunque nadie lo mencione.

Existe un escrupuloso trabajo de peso y distribución de cargas, adecuada a cada trayecto y cada animal, para que puedan llegar a tiempo, sea para trasladar equipos de montaña, remedios, alimentos, o para bajar desechos del monte.

No se confiscaron 70 mulares: en realidad, el fiscal subrogante confundió algunos animales que estarían lastimados con más del 90% restante que se encontraban en sus corrales cumpliendo con su programa de descanso.

Hoy se está cuestionando en los Himalaya la utilización de helicópteros para trasladar cargas, pues los vuelos impactan visual y sonoramente en las zonas de montaña e implican menos ingreso para las aldeas camino a los campamentos base de Everest, Makalu, etc.

Por otra parte, trasladar el equipo mediante helicópteros o drones aumentaría los costos para los visitantes, lo que afectaría seriamente la fauna nativa, extremo que Jenifer Ibarra ha omitido en sus reflexiones. No existe en Mendoza capacidad para proveer de porteadores que sustituyan el trabajo de las mulas, sin mencionar lo duro que es trasladar mochilas con más de 40kg a los campamentos bases.

A nadie se le ocurriría cuestionar la utilización de yaks para transportar dichas cargas, como tampoco resulta lógico hacerlo respecto de las mulas, adecuando su manejo a los tiempos actuales. Y los prestadores están demostrando fáctica y económicamente su compromiso con el cambio y la mejora constante, aún cuando existen seguramente aspectos para mejorar.

Respecto a la mula muerta en la Quebrada de Vacas, se ha omitido mencionar que murió por cólicos renales, no como consecuencia del maltrato al que habría sido sometida.

Es curioso pensar lo siguiente: la denuncia de la mula muerta dio lugar a que declararan en sede penal más de diez personas. ¿Cuántas personas han sido llamadas a declarar por la contaminación hídrica con petróleo denunciada por una valiente inspectora de cauce, suspendida por cumplir con su trabajo? Ninguna.

El legislador citó un supuesto incumplimiento de la ley de protección de la fauna silvestre, cuando en realidad y como bien encuadró el tema el fiscal, la normativa aplicable para animales domésticos y de producción es la Ley N°14.396.

Los argumentos utilizados caen por su propio peso: vale como ejemplo la supuesta quemadura por ácido de baterías, cuando hace más de 10 años que se utilizan baterías de gel o litio.

Sería mejor debatir sobre la extensión de la temporada, hoy acotada, para distribuir mejor la cantidad de personas que ingresan. En esta línea, debería permitirse el ingreso al Parque durante todo el año, estipulando claramente que los servicios de guardaparques y médicos solo se brindará durante la temporada de verano.

Por otra parte, la rápida respuesta gubernamental, ante el incumplimiento del convenio por parte del Colegio de Veterinarios debe destacarse y reconocerse: la designación de nuevos inspectores veterinarios es una solución lógica y ajustada a las circunstancias. Debe ahora primar el criterio veterinario sobre admisión de los animales, en lugar del criterio de personal neófito que ni siquiera participó de los cursos obligatorios creados para su correcta formación.

Prestadores y Gobierno han trabajado incesantemente para crear y posicionar la marca “Aconcagua” en el mundo, y la gestión del parque y especialmente el trabajo de las empresas ha permitido transformar al Aconcagua en un destino mundial, con servicios en constante mejora.

Atentar contra Aconcagua, utilizando el supuesto maltrato animal, es atentar contra las arcas provinciales y contra miles de personas que directa e indirectamente trabajan y viven merced a los montañistas y turistas de aventura que vienen cada temporada a Mendoza.

Como conclusión, el Programa de Control de Bienestar Animal de Mulas Cargueras debe ser tomado como un ejemplo a seguir en su elaboración participativa y fines perseguidos, y no debería ni sustituirse a mitad de temporada ni criticarse livianamente sin tener conocimiento sobre el tema, considerando que siempre es posible mejorar dicho programa en función de la experiencia recabada.

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