Hemos leído y escuchado en la letra y en la voz de formados políticos, historiadores y periodistas, los conceptos “izquierda y derecha”. A partir de allí, hemos ubicado en uno o en otro concepto, a la centro izquierda y a la centro derecha, a la izquierda revolucionaria, a la derecha republicana, al eurocomunismo, al socialismo del siglo XXI, al neofascismo, al neo liberalismo, a la socialdemocracia, al liberalismo social y finalmente, al comunismo y al fascismo a secas.
“…No hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural…” dice Borges en su cuento "El idioma analítico de John Witkins”. Apelo a esta autoridad solo para intentar decir que todo lo que se ha dicho –y más- y lo que he expresado en el primer párrafo de este artículo, queda sometido a esta regla de incertidumbre que nos lleva a una arbitraria clasificación binaria y sobre todo, insuficiente e imprecisa. Todos sabemos que las alocuciones izquierda y derecha provienen de los tiempos de la revolución francesa, cuando en agosto de 1789, en la Asamblea Constituyente, quienes querían abolir la monarquía absoluta y proponían una república sin rey o un rey sin poderes políticos, en su mayoría burgueses, o partidarios de las ideas de la ilustración y comerciantes, se sentaron a la izquierda de quien presidía la asamblea, y quienes querían mantener el poder de la monarquía o pretendían una monarquía constitucional con fuertes facultades para el rey, conservadores representados en la nobleza y el clero, se sentaron a la derecha de quien presidía la asamblea. Luego de estos episodios ocurridos tan solo hace doscientos cuarenta y cinco años, se hizo común y sobre todo en nuestros días, hablar de izquierda para identificar una posición reformista, revolucionaria o progresista y de derecha para identificar una posición conservadora, reaccionaria o contrarrevolucionaria. Tal vez sea hora de barajar y dar de nuevo en esto de las ideas y su reflejo en el lenguaje. Sobre todo si pensamos en que la historia de la humanidad, y por supuesto, la historia de la vida política de la humanidad, tiene miles y miles de años y no solo doscientos cuarenta y cinco años, que fue cuando se produjo aquello de la Asamblea constituyente en la Francia revolucionaria. ¿O acaso Pericles hace dos mil quinientos años no hacía política? Nadie por entonces hablaba de izquierdas ni de derechas.
Si yo digo que estoy de acuerdo con que el Estado se ocupe de la salud pública, de la educación pública, con que sea el depositario exclusivo de la fuerza pública y el único responsable de la Justicia, pero al mismo tiempo expreso mi complacencia con las reglas de la economía establecidas por el libre mercado… ¿En qué categoría estaré? ¿Seré de izquierdas o seré de derechas? Veamos otros ejemplos.
Si yo digo que creo en la libertad individual, en la propiedad privada, en la libre expresión, en la declaración universal de los derechos del hombre, en que no debe existir censura previa a la prensa y que la misma debe ser independiente del poder del estado, pero también digo que el estado puede y a veces debe participar en la propiedad de algunos medios de producción estratégicos o que debe ser un actor regulador y planificador de la economía o suscribo el artículo 14 bis de la Constitución Nacional establecido en la reforma de 1957 (participación obrera en las ganancias de las empresas, entre otros derechos laborales), en pleno gobierno de facto, y que se ha mantenido en la actual Constitución… ¿Seré de izquierdas o seré de derechas?
Si yo creo en que debe existir libertad de conciencia, pero al mismo tiempo pienso que el estado debe sostener o tolerar todos los cultos religiosos ¿A qué sector geométrico de las ideas pertenezco? ¿Y si digo que no deben promoverse, ni mantenerse, las ideas religiosas desde el estado bajo ningún pretexto? ¿Seré de izquierdas o seré de derechas?
Un ejemplo claro de esta dicotomía se puede observar en la primara presidencia de Julio Argentino Roca: promulgó la ley de matrimonio civil y la ley 1420 de educación común, laica, gratuita y obligatoria en la Argentina, lo que significó una clara acción de separar a la Iglesia del Estado. De paso rompió relaciones con el Vaticano. Roca, liberal por estar a la vanguardia de ideas acerca de la sociedad y del estado y conservador por mantener el orden económico y político establecido. ¿Era de izquierdas o de derechas?
La idea borgiana de que cualquier clasificación que se haga será arbitraria y conjetural, va tomando forma en este relato. Y por si todo esto fuera poco, aparecen nuevas ideas y conceptos para tener en cuenta. El feminismo, las políticas de género, la diversidad sexual, tienen una larga historia de lucha, pero es en los últimos quince o veinte años que se han instalado como temas de primera plana en el mundo. También se habla hoy de los grupos incels y de la manosfera (célibes involuntarios y sitios web que enfatizan la masculinidad) como una reacción al feminismo y a las políticas de género. ¿Dónde se ubican estas categorías? Considerar sujetos de derecho a los ríos, a los bosques naturales y a los animales parece ser una incumbencia loable y claramente progresista. ¿Dónde se ubican estos sectores en la geometría política tradicional de izquierdas y derechas? Muchos me responderán rápidamente: en la izquierda las políticas de género y el respeto por la diversidad sexual y en la derecha los incels, la manosfera y toda manifestación machista o patriarcal. Pero resulta que Stalin, Castro y el Che Guevara, líderes indiscutidos de la izquierda mundial eran homofóbicos y llegaron con su fobia, a encarcelar a cientos de personas por no tener una sexualidad binaria. ¿Y si recordamos que las primeras leyes de protección de animales fueron hechas por Adolf Hitler, además de considerar la producción económica como un resorte del estado totalitario? ¿Pondremos al responsable del mayor genocidio que conoce la historia, entre los grupos del progresismo y proteccionismo de la biosfera y de los ecosistemas? ¿Al Hitler colectivista, lo pondremos en las izquierdas o en las derechas? ¿Y dónde pondremos a John Kennedy, que derrotó en las urnas a la derecha conservadora estadounidense pero a poco de andar puso misiles nucleares en Italia y en Turquía y estuvo a cinco minutos de hacer explotar el planeta en la crisis de los misiles de Cuba? China comunista, sí, la de MaoTse-Tung, hoy es un ejemplo claro de un capitalismo a gran escala. ¿Es China una nación de izquierdas o de derechas?
Pero vayamos a otros ejemplos más vernáculos. Nadie puede dudar de la filiación ideológica de Perón: fascista de la primera hora, admirador de Mussolini e íntimo amigo de Francisco Franco. Promotor de un nuevo orden social en la Argentina bajo el slogan de la justicia social, y al cabo de unos años, ya en su regreso, patrocinador directo de los grupos de izquierda insurgentes que pregonaron la patria socialista. Eugenio Aramburu, el militar líder de la Revolución Libertadora que derrocó a Perón en 1955, antes de su muerte a manos de Montoneros, se inclinaba por una democracia de tinte social, al uso de los países escandinavos. Para abundar en paradojas y contradicciones, el criminal de guerra Emilio Eduardo Massera, en 1983 creó un partido al que llamó “Partido para la Democracia Social”, como si el tipo fuera Olof Palme. ¿En qué lugar de la geometría ideológica pondremos a estos personajes de la historia argentina?
No quiero huir de la realidad actual. Milei se declara liberal y libertario, como si se tratara de lo mismo. Demás está decir que “libertarios” en su origen fueron los anarquistas del siglo 19 que, si bien aborrecían la autoridad en general y en especial la del Estado, creían en una sociedad cooperativa en la producción de bienes y no librada a la competencia propia del liberalismo. Por otro lado, el liberalismo político y filosófico de John Stuart Mill, abogaba por la igualdad de género y sostenía ideas nuevas en religión, ciencia y filosofía, y no rendía ningún culto a las fuerzas del cielo, por considerar tal idea absolutamente descabellada. ¿Entonces Kropotkin era de izquierdas y Stuart Mill de derechas o al revés?
Hace unos días falleció el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Y como todos saben tuvo un derrotero ideológico a lo largo de su vida que fue desde el apoyo a la Cuba de Fidel hasta presentar batalla y ganar en primera vuelta en elecciones en Perú apoyado por sectores conservadores y liberales; entre otras ideas, sostuvo hasta su último aliento, su adhesión a la libre interrupción del embarazo (aborto) como un acto de libre elección de la mujer sobre su cuerpo y como una medida social para impedir males mayores, como las muertes de mujeres en espacios clandestinos. ¿Era de izquierdas o de derechas el gran escritor peruano? Sigo. ¿Si soy ateo, soy de izquierdas o de derechas?
El ser humano necesita igualar lo que no es igual para consensuar normas de convivencia. El concepto “hoja” se universaliza separando las características individuales que poseen las miles de miles de millones y billones de hojas que existen y existieron, para decretar su igualdad en un concepto abstracto que conocemos simplemente como la “hoja”, como si esa “hoja” fuera un existente universal. Se trata de metáforas, diría Nietzsche, de mentiras necesarias para convivir. Lo mismo pasa con las ideas políticas y con cada cosmovisión cultural que tenemos. Tal vez sea momento de abandonar esta terminología reducida a izquierdas y derechas, tal vez sea momento de ser más precisos, más detallistas, menos comunes a la hora de encasillar y rotular posiciones ideológicas de las personas y de grupos de personas.Tal vez debamos cuidarnos de las certezas pronunciadas por mesías o profetas de ayer y de hoy. Tal vez haya que dejar de aceptar los catecismos políticos de santo y seña y tal vez solo se trate de empezar confundirse mucho y empezar a tener un pensamiento crítico e individual y no ser temerosos de disentir incluso con aquellos que se nos parecen.
* El autor es escribano público.