Números que calificarán un acuerdo

El gobernador mendocino es a la vez aliado del oficialismo nacional libertario y representante de los que no lo son pero que, a la vez, comparten muchas inquietudes y carencias que él mismo, como mandatario de provincia, de algún modo también padece ante la cerrazón nacional en materia de derivación de recursos.

Hay bastante expectativa. El gobierno de Milei llega a estas legislativas en medio de la que para muchos es la mayor turbulencia de su gestión. El apoyo del gobierno de Estados Unidos no logró hasta ahora atemperar dudas o sospechas, mientras que las desinteligencias internas parecen haber motivado la partida anticipada de ministros; la atribución presidencial de un recambio de colaboradores, si éste es necesario, suele darse después de una elección.

Mientras tanto, en el oficialismo local libertario-radical local hay tranquilidad. En la semana el Gobernador indicó que en la votación de hoy “los mendocinos tendremos la posibilidad de evaluar la gestión provincial y la nacional al mismo tiempo porque ambas están ligadas al futuro del país”. Lo dijo, seguramente, amparado en sondeos favorables y coincidentes.

El Gobernador llega, como hemos señalado en anteriores oportunidades, con la premisa de demostrar tanto al electorado como a sus propios simpatizantes que la decisión de competir en coalición con el espacio libertario fue un acuerdo por el convencimiento de que los pasos a dar en cuanto a reformas del Estado son necesarios para el país. “El radicalismo de Mendoza es moderno, no es acomodaticio. Lee los cambios sociales en el contexto histórico que se dan…”, sostenía el Gobernador, hace varios meses, durante el congreso de la UCR para aprobar candidaturas.

Más allá de ese convencimiento, y en base a los vaivenes de la gestión nacional y al ruido de las encuestas, Cornejo acaba de señalar que una eventual derrota del oficialismo a nivel nacional será un lógico llamado de atención para el Ejecutivo, pero que aún ante esa posibilidad estas elecciones marcan un punto de inflexión, porque el crecimiento del país requiere de consensos amplios y acuerdos políticos que permitan dar paso a las reformas estructurales que formaron parte de la promesa de Milei a sus votantes. Así, con el acuerdo de los aliados en el Congreso, el gobierno nacional logró poner en marcha sus pretendidas reformas estructurales. La Ley Bases es el más claro ejemplo: demandó marchas y contramarchas y lo que se aprobó surgió, básicamente, del consenso con las fuerzas políticas dialoguistas.

Justamente, el Gobernador está a favor de esas reformas estructurales por aquello de “no soportar más una Argentina que avanza y retrocede permanentemente”. Mendoza es una de las tres provincias en las que el oficialismo local selló alianza con La Libertad Avanza. Por lo tanto, el compromiso es grande. Pero a través de sus dichos Cornejo también traza un panorama que el gobierno nacional debe estar previendo y que requiere de un armado político importante en adelante: aun ganando en varios distritos, el mileísmo no tendrá una representación parlamentaria que le asegure claro respaldo a sus medidas. Analistas estiman que puede llegar a reunir un tercio que le asegure al Ejecutivo pelear con éxito contra el rechazo opositor a sus vetos.

Y es esta la escena en la que aparecen una vez más los gobernadores de provincias. Solo con esas mayorías se podrán sancionar las leyes fiscales y laborales que el país necesita, dice Cornejo, que sabe de dichas prioridades en su carácter de representante de los gobernadores en el Consejo de Mayo, en el que el Gobierno plantea sus prioridades. Representa a los 18 que firmaron aquel acuerdo en Tucumán y entre esos 18 hay varios que ahora forman parte de Provincias Unidas o que están dispersos, pero atentos a los pasos del gobierno nacional.

De modo que el gobernador mendocino es a la vez aliado del oficialismo nacional libertario y representante de los que no lo son pero que, a la vez, comparten muchas inquietudes y carencias que él mismo, como mandatario de provincia, de algún modo también padece ante la cerrazón nacional en materia de derivación de recursos.

En el plano provincial pone en juego Cornejo mucho de su gestión. El acuerdo al que llegó en su momento con La Libertad Avanza le permitió obtener una suerte de retribución a nivel local en cuanto al armado de listas para la Legislatura en los distintos distritos electorales: primeros y terceros lugares en las nóminas para ambas cámaras son ocupados por radicales. Una estrategia razonable.

En ese plano el Gobernador siempre justifica su acuerdo con el gobierno nacional argumentando que el orden en las cuentas públicas, que fue carta de presentación de Milei, ya lo aplica el radicalismo mendocino desde su primera gestión como gobernador. Provincia sin déficit, administración equilibrada y ejecución sostenida de obras estratégicas es el habitual enunciado de esa suerte de derecho de autor.

Un buen reordenamiento legislativo en las elecciones de hoy le permitirá al titular del Ejecutivo provincial encarar sin mayores sobresaltos la segunda parte de su mandato, en el que se pondrán en juego varios aspectos muy trascendentes, entre los que se encuentra nada menos que la elección de quien será su candidato a sucederlo en 2027.

Por un lado, la supremacía radical (Cambia Mendoza) puede ser la prioridad del oficialismo local, independientemente de la actual unidad con la élite presidencial. Por el momento no se puede esperar otra cosa que una suerte de retribución de atenciones políticas. La UCR local ubicó en cargos “entrables” a Pamela Verasay en segundo lugar en la lista que encabeza Petri. Verasay va a sumar votos al oficialismo nacional cada vez que el citado apoyo de los gobernadores a La Libertad Avanza se ponga en práctica. Del mismo modo, los diputados y senadores libertarios locales deberían corresponder cuando el gobierno de Cornejo requiera aquí apoyo legislativo para sus propuestas.

Mientras dicha unidad esté garantizada y demuestre que, efectivamente, fue un acuerdo de gobernabilidad y no solo electoral todo marchará sin mayores obstáculos para el gobierno provincial.

Hay indudable expectativa sobre los resultados de la oposición, principalmente por el crecimiento que ha insinuado el justicialismo, que sigue siendo la principal fuerza contrincante en ambas cámaras. Con respecto al resto, el mérito será de los sectores que puedan llegar a conformar una tercera fuerza con un armado posterior a lo que digan las urnas; la dispersión, a la larga, siempre favorece en algún momento al oficialismo de turno.

Recién cuando caiga el telón electoral se sabrá por los números que arrojen las urnas el nivel de confianza en el acuerdo de oficialismos.

* El autor es periodista. [email protected]

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