La nueva administración de EEUU y la situación del canal de Panamá

Si Estados Unidos quisiera burlarse del derecho internacional y actuar como Vladimir Putin, podría invadir Panamá y recuperar el canal”, dijo Benjamin Gedan, director del Programa de América Latina del Wilson Center en Washington, y agregó: “Nadie lo vería como un acto legítimo, y no solo traería un daño grave a su imagen, sino inestabilidad al canal”. Toda acción que el presidente Trump pretenda realizar respecto del Canal de Panamá debe respetar el orden jurídico internacional constituido y vigente.

El pasado lunes 20 de enero de 2024, asumió por segunda vez la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump. La Ceremonia de jura se realizó en el Salón Oval del Capitolio, y luego de ella, el flamante presidente procedió a dar su primer discurso en el cual y respecto a la nueva política exterior que llevará a cabo, afirmó: “exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin hacer preguntas”.

1.- ¿Qué es el canal?

Es una vía fluvial artificial que utiliza una serie de esclusas y embalses a lo largo de 82 kilómetros (51 millas) para cruzar por el centro de Panamá y conectar el Atlántico y el Pacífico. Les evita a los barcos tener que navegar más de 11.000 kilómetros (unas 7.000 millas) adicionales para rodear el Cabo de Hornos en el extremo meridional de América del Sur.

2.- El Proyecto Francés

La República de la Nueva Granada, actual Colombia, dio en 1839 una concesión por primera vez a una empresa francesa, para establecer una línea de comunicación desde la Ciudad de Panamá a cualquier punto de la costa atlántica. Francia realizó estudios de campo y los resultados fueron lo suficientemente positivos para que el primer ministro francés Guizot, enviase a un oficial, Napoleón Garella, para constatar ese optimismo. El oficial no encontró nada sobre el terreno que pudiera confirmar tal optimismo; más bien al contrario, destacó la dificultad de la empresa, lo que impulsó al gobierno francés a desinteresarse, y a la empresa titular de la concesión a renunciar a la misma.

Pero en mayo de 1879, el francés Ferdinand de Lesseps, que había completado la excavación del canal de Suez, presenta en la Sociedad de Geografía de París su proyecto de canal interoceánico sin esclusas, que debía conectar el océano Atlántico con el océano Pacífico por el istmo de Panamá. El proyecto de Lesseps se aceptó, y se compraron los derechos para la concesión por diez millones de francos. El costo de las obras se estimó en 600 millones de francos, y se fundó una empresa, la Compagnie Universelle du Canal Interocéanique de Panama, que recaudó los fondos necesarios para ejecutar el proyecto. El hecho de cambiar los planes de construcción a un canal con esclusas, permitió a la empresa ahorrarse mucho dinero. Sin embargo, desde 1886, los opositores de Lesseps no le dejaron en paz y, durante este tiempo , en París las intrigas contra la empresa fueron cada vez más abiertas y llegaron a la opinión pública, lo que resultó nefasto porque el dinero se terminó en 1888. Lesseps se vio obligado a parar todos los trabajos y abandonar el proyecto, lo que representó el final del «Canal francés».

Caída en quiebra el 4 de febrero de 1889, la compañía de Lesseps fue asumida por el ingeniero jefe de la obra de construcción del canal, Philippe-Jean Bunau-Varilla.

Sin apoyo financiero, Bunau-Varilla se dirige al gobierno de los EE. UU., al que decide ceder los derechos de explotación y construcción del Canal de Panamá y el control de la zona en torno al mismo. El Tratado Hay-Bunau-Varilla validó esta operación y se firmó el 18 de noviembre de 1903, casi inmediatamente después de la revolución que provocó la separación de Panamá de Colombia.

3.- Administración de EE.UU. y cesión a Panamá:

La nueva república de Panamá, representada por Bunau-Varilla, concedió en 1903 a EE.UU. por el Tratado Hay-Bunau Varilla los derechos a perpetuidad del canal, y una amplia zona de ocho kilómetros a cada lado del mismo, a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta anual de 250 000 dólares.

El Tratado Hay-Bunau-Varilla, sin embargo, fue muy cuestionado en las décadas siguientes. Panamá deseaba recuperar el control de la Zona del Canal. Las negociaciones se iniciaron en 1970, entre el gobierno de los EE.UU. y las autoridades panameñas. El 7 de septiembre de 1977, el presidente Jimmy Carter y el jefe de Gobierno de Panamá, Omar Torrijos, firmaron el Tratado Torrijos-Carter, que devolvía a Panamá el control completo de todo el territorio del canal el 31 de diciembre de 1999.

La administración del canal ha sido más eficiente bajo el gobierno de Panamá que durante la era estadounidense, con un tráfico que aumentó 17% entre los años fiscales 1999 y 2004. Los votantes panameños aprobaron un referéndum en 2006 que autorizaba una importante expansión del canal para dar cabida a barcos de carga modernos más grandes. La expansión se concluyó hasta 2016 y costó más de 5,2 mil millones de dólares.

El presidente panameño José Raúl Mulino dijo en un video hace unos días que “cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente, es de Panamá y lo seguirá siendo”. Y sostuvo también que "los panameños podemos pensar diferente en muchos aspectos, pero cuando se trata de nuestro canal, y nuestra soberanía, nos unimos todos bajo una única bandera: la de Panamá”.

4.-¿ Por qué Trump ha planteado el tema del canal de Panamá, cómo objetivo de su política exterior?

El presidente electo dice que Estados Unidos está siendo “estafado” y “no voy a tolerarlo”.

“Fue entregado a Panamá y al pueblo de Panamá, pero tiene cláusulas: tienen que tratarnos de manera justa. Y no nos han tratado de manera justa”, declaró Trump sobre el tratado de 1977, del que dijo que “tontamente” entregó el canal.

Si Estados Unidos quisiera burlarse del derecho internacional y actuar como Vladimir Putin, podría invadir Panamá y recuperar el canal”, dijo Benjamin Gedan, director del Programa de América Latina del Wilson Center en Washington, y agregó: “Nadie lo vería como un acto legítimo, y no solo traería un daño grave a su imagen, sino inestabilidad al canal”.

5.-Declaración de la Mesa de Reflexión Latinoamericana

Ante esta situación que ha planteado la nueva Administración Trump, respecto al Canal de Panamá, se conformó una Mesa de reflexión Latinoamericana que emitió una declaración y que ha recibido la adhesión de más de 200 personalidades políticas de la región, ex cancilleres, ex ministros, ex embajadores, académicos y empresarios que ante el pronunciamiento del Presidente de EUA, manifiestan lo siguiente:

a.-La base fundamental de la convivencia americana ha sido, es y debe ser el respeto a los Tratados y al Derecho Internacional. Fue en el marco de La Organización de Estados Americanos (OEA), que tanto Panamá como los Estados Unidos resolvieron las diferencias históricas sobre el Canal de Panamá, mediante negociaciones pacíficas.

b.-Los Tratados Torrijos-Carter se firmaron en 1977, como resultado de la incansable lucha del pueblo panameño y su implementación y cumplimiento fueron respetados por las sucesivas Administraciones norteamericanas. Constituyeron el fundamento por el cual Panamá alcanzó su plena soberanía sobre el Canal.

c.-Panamá ha demostrado absoluta capacidad de gestión del Canal y responsabilidad en el respeto a la neutralidad de la vía interoceánica. Después de asumir la administración del Canal en 1.999 y actuando con responsabilidad para con el comercio mundial, Panamá llevó adelante su ampliación (2006-2016) mediante la construcción de un tercer juego de esclusas, que permite hoy el tránsito de buques de mayor calado duplicando su capacidad de carga. Estados Unidos, principal usuario de dicha vía lo sabe.

d.- Las declaraciones del presidente electo de los Estados Unidos, desconoce esta realidad histórica y tergiversa lo logrado con los tratados que su propio país firmó y hasta ahora ha respetado. Sería impensable e inaceptable que la amenaza y la coerción se puedan convertir en nuevos instrumentos de la política exterior de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe.

e.-Es irresponsable que, después del éxito de la firma y cumplimiento de los Tratados Torrijos-Carter, el presidente Donald Trump pretenda situar el Canal de Panamá en una disputa geopolítica con China o que se utilicen argumentos en tal sentido que desconozcan la soberanía titular de Panamá sobre el Canal y su territorio.

f.-La paz, la seguridad y la convivencia en el continente americano, descansan en el diálogo, la cooperación, el entendimiento, y en el respeto al derecho internacional.

Por todas estas razones, la Mesa de Reflexión Latinoamericana, siempre impulsora del aporte de la diplomacia y la negociación, se declara en defensa de la soberanía de Panamá, hace un llamado al respeto de las normas y los principios éticos del sistema internacional.

La Carta de Naciones Unidas suscripta en San Francisco en1945 al finalizar la segunda guerra mundial, establece en sus principios y propósitos: …”todos los Estados miembros de las Naciones Unidas, se rigen por el derecho internacional y la relación jurídica entre ellos es mediante los tratados que firmen y que se rigen por Convenciones Internacionales, debiendo respetarse la soberanía sobre sus territorios y el orden jurídico internacional”. Así, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la organización tienen como propósito, la preservación de la paz y seguridad internacional”.

Toda acción que el presidente Trump pretenda realizar respecto del Canal de Panamá debe respetar el orden jurídico internacional constituido y vigente.

* El autor es presidente del Instituto Argentino de Relaciones Internacionales (IARI)

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