11 de mayo de 2025 - 00:15

Hebe en el espejo de Karina

Empoderada por las circunstancias, pero también por las coincidencias ideológicas, la sanrafaelina Hebe Casado (“liberal desde antes que estuviera de moda”, como se define) se convirtió en una pieza clave de las aspiraciones electorales del gobernador. Se transformó en “su” propia Karina, aunque con una inmensa salvedad: aquí, “el jefe” sigue siendo Cornejo.

Lo que parecía un destino inevitable se confirmó esta semana con la decisión de Hebe Casado de abandonar el Pro y sumarse a La Libertad Avanza (LLA). A imagen y semejanza de su líder, la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich, la vicegobernadora dio el portazo a las huestes de Mauricio Macri y al confirmar su próxima afiliación a Las Fuerzas del Cielo parece completar el gesto final para la demorada concreción de un acuerdo electoral entre los libertarios y el Frente Cambia Mendoza (CM).

Sin embargo, su decisión además de constituirse en un guiño decisivo para lo que vendrá, abre necesarios interrogantes sobre el resto de los actores políticos que advierten, con zozobra, que un evento de mayores proporciones se cocina a fuego muy lento entre la Casa de Gobierno y la Casa Rosada.

Con extrema cautela, desinterés o estrategia, todo indica que Alfredo Cornejo y Javier Milei se convertirán -formalmente- en socios políticos para desconcierto de los proto mileístas mendocinos (en apariencia ahora desconocidos, como el Partido Demócrata (PD) y el Pro demarchista) y los radicales ortodoxos que no terminan de digerir la posibilidad del pacto.

Efecto dominó

Tanto la decisión de Bullrich como la de Casado desatan un tsunami de características todavía inciertas en el Pro. Ante similares salidas con las que se especula en todo el país, en Mendoza quienes podrían acompañar a la vice marcan una diferencia sustancial. Cualquier movimiento aquí será en coordinación con el esquema provincial que responde al gobernador en el marco orgánico de CM. En limpio, no hay en la movida una intención de limar al oficialismo; por el contrario, la idea es fortalecer aún más sus chances.

Esa particularidad deja en un sitio incómodo a ese Pro oficial anticornejista, que comanda ahora Gabriel Pradines, cada vez más pequeño y atado a la suerte de una elección lejana como la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde tiene posibilidades ciertas de perder tanto a manos del kirchnerismo como de los propios libertarios. En cualquier caso, esa foto no haría más que agravar la seria crisis del macrismo que -en un año y medio- perdió a sus dos precandidatos presidenciales: antes Horacio Rodríguez Larreta y ahora, Bullrich.

Anticornejistas en offside

La contundencia política que implica que la vicegobernadora deje su partido para afiliarse a LLA en el contexto de negociaciones para una confluencia electoral, pone en un segundo plano -por relevancia institucional- a todos aquellos que desde los inicios de la candidatura presidencial de Milei han intentado construirse en sus referentes locales.

Allí se inscribe, además -obviamente- el PD (cabecera de playa e inicial estructura electoral para la competencia). De hecho, la banca de diputada nacional de Mercedes “Mechi” Llano y de Facundo Correa Llano es resultado de esa vinculación.

Un carro triunfal al que rápidamente se sumó el también diputado nacional y demarchista Álvaro Martínez, mientras que Correa Llano pese a su origen demócrata, se convirtió en presidente de los libertarios mendocinos tras el desatino de la gestión de Lourdes Arrieta.

A excepción de Correa Llano, estos libertarios ad hoc, que se esfuerzan por confrontar a Cornejo hoy se encuentran en la disyuntiva de acompañar este eventual acuerdo radical-mileísta en ciernes u optar por construir una alternativa diferente, donde los viejos aliados del PD y el Pro (siempre bajo la influencia de De Marchi) vuelvan a compartir una boleta como fue en la fallida y ahora desarticulada experiencia de La Unión Mendocina (LUM).

Ella va por (casi) todo

Mientras espera la formalización de su incorporación al mileísmo, Casado ratifica su pertenencia a CM, argumenta que no está dispuesta a ser candidata a diputada nacional si se lo pidieran y ya pone un ojo en el funcionamiento de los libertarios mendocinos.Entiende que Correa Llano no tiene el “liderazgo” que la hora necesita para sostener la “batalla cultural” que viene librando el presidente. Una especie de ultimátum anticipado que luego de su incorporación partidaria puede deparar más sorpresas.

Aun así, Hebe no le cierra la puerta a eventuales acercamientos con otras expresiones más allá de quienes suscriban el acuerdo, si este llegara a concretarse seguramente después de la elección porteña. Pero con un límite: De Marchi. Otra definición tajante de la médica que tímidamente se involucró en política y que en pocos años no sólo se convirtió en vicegobernadora, sino también -ahora- en estratega electoral.

Y es allí donde asoman las primeras coincidencias que sostendrían un acuerdo integral (nacional y provincial) “al estilo Chaco” y, por ende, con elecciones unificadas; aunque admita que todavía no hay discusiones sobre nombres y ubicación en las listas. Lo que se dice pasar de la tribuna a la articulación política.

El espejo, el cántaro y la fuente

Ese nuevo rol no sólo explica sus constantes viajes a Buenos Aires, sino también sus visitas a funcionarios de la talla de la misma Bullrich, el armador nacional Eduardo “Lule” Menem o la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Sin embargo, días atrás, el encuentro fue cara a cara con el propio MIlei -fotografía con la motosierra mediante en el propio despacho presidencial- para dejar traslucir que el vínculo está muy aceitado y que, en ese círculo íntimo del poder libertario, ella es bien recibida. Como una más.

Una confianza que le permitió asegurar que la tan dilatada alianza era “un hecho”, en un contexto en el que, pese a los contactos reservados, Cornejo ratifica su idea de acordar, pero deja siempre abierta la puerta por si no se concreta. Una indefinición que pone en manos de la vice el sostenimiento de esa vía de comunicación capaz de destrabar la aparente desconfianza o simple demora para un pacto en Mendoza.

Así, empoderada por las circunstancias, pero también por las coincidencias ideológicas, la sanrafaelina (“liberal desde antes que estuviera de moda”, como se define) se convirtió en una pieza clave de las aspiraciones electorales del gobernador. Se transformó en “su” propia Karina, aunque con una inmensa salvedad: aquí, “el jefe” sigue siendo Cornejo.

* El autor es periodista y profesor universitario.

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