Se firmó la alianza, pero aún faltan protagonistas. Mientras el radicalismo ya definió a sus postulantes, del otro lado del frente electoral no hay mayores indicios y sólo se aportan nombres de posibles nominados. Esta situación genera algunos interrogantes en las filas radicales, en especial del lado del cornejismo.
Es fundamental que se conozcan quiénes provienen de uno y otro lado del espacio creado para competir en octubre, de modo que comience la discusión por los lugares que cada uno ocupará en las listas. Queda claro que hacia la Cámara de Diputados de la Nación la cabeza de la nómina será para el espacio mileísta. Pero en el armado de las listas para los cargos provinciales, con destino en la Legislatura, queda claro que Cornejo es el más interesado en asegurarse propios y aliados de manera proporcional, con posibilidades de contar con los votos que necesita su espacio para sostener la acción de gobierno en los dos años que le quedarán a partir de diciembre. El oficialismo local da por hecho que el apoyo que se le brindará al mileísmo en el Congreso debe ser correspondido aquí.
Además, porque Cambia Mendoza, la coalición creada por el Gobernador en 2015, perdió en estos últimos días a los hasta ahora fieles aliados de Libres del Sur, que formarán un nuevo frente electoral con el Partido Verde. Los funcionarios que participaban con cargos en el Ejecutivo renunciaron. La ideología del mileísmo fue el límite para ellos a partir del acuerdo logrado por Cornejo. Es una baja, en especial en el llamado territorio.
Mientras tanto la escena nacional agrega una novedad en pleno camino hacia las elecciones. Cinco gobernadores formaron un espacio al que denominan “Un grito federal”, con el que apostarían, básicamente, a sumar voluntades en el Congreso, principalmente en Diputados, que hagan sentir reclamos provincianos que no siempre son respetados o entendidos por el centralismo libertario.
Es una suerte de alianza de algunos ex integrantes de Juntos por el Cambio, tal vez los más rebeldes a la hora de “digerir” el predominio mileísta, salvo el santacruceño Claudio Vidal y el cordobesista peronista Martín Llaryora. Y esperan más adhesiones en forma paulatina. Un espacio que puede adquirir protagonismo en momentos en los que la oposición kirchnerista y sectores no del todo alineados con el Gobierno, provenientes de las provincias, tendrán que asumir el delicado desafío de resolver los vetos presidenciales a las leyes surgidas de la última y escandalosa sesión del Senado. Y seguramente los diputados que los representan serán fuertes voceros del reclamo de un mayor envío de recursos a las provincias, tema también instalado en el ir y venir de leyes entre las cámaras del Congreso.
Lo destacado para Cornejo es que este singular armado lo encuentra habiendo firmado hace muy poco el acuerdo electoral con La Libertad Avanza, incluyendo al radical mileísta Luis Petri. Si esto no hubiese sido necesario, probablemente el gobernador mendocino podría haber estado integrando el espacio creado por los cinco jefes provinciales, en especial por su sintonía o vínculo partidario con algunos de ellos. Aunque, por lo menos en lo que a alineamiento se refiere, la creación del nuevo espacio difícilmente hubiese sido del agrado de Cornejo, más proclive a acompañar desde la retaguardia por aquello de la coincidencia de ideas con la Nación respecto a la reducción del gasto público y la búsqueda del equilibrio de las cuentas.
Por otro lado, es pertinente reconocer que la maniobra de Cornejo a favor del acuerdo con el espacio libertario tiene asidero desde el momento en que decidió unificar el proceso electoral provincial con el nacional. En este caso el pragmatismo del gobernador mendocino supera a cualquier acusación que se le quiera efectuar desde su partido por su alineamiento con el gobierno nacional. Los números de la gran mayoría de las encuestas respaldaron la maniobra. Difícilmente en los tres meses que quedan hasta las elecciones de octubre cambie la tendencia. Después, comenzará otra parte de la historia.
En lo que atañe a los demás espacios que pudieron llegar a estar junto a La Libertad Avanza, pero no lo hicieron por rechazo al acuerdo con el radicalismo de Cornejo, siguen tratando de trazar su ruta hacia la jornada electoral.
Como se ha señalado antes, el macrismo mendocino pretende encabezar un espacio preferentemente de centroderecha que apoye las políticas nacionales pero que a la vez sea firme opositor al gobierno de Cornejo. Difícil armado, porque, entre otras cosas, hay de parte de Mauricio Macri interés en sumar diputados nacionales para su alicaído espacio, teniendo en cuenta que es muy probable que los “amarillos” que se unieron a La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires sigan más cerca de la Presidencia que del cuartel macrista.
Y Jorge Difonso, por estas horas más pendiente de lo que ocurra en la audiencia por el proyecto San Jorge, en Uspallata, ve un poco condicionada su capacidad de armado de otro espacio por la velocidad con que los “verdes” de Vadillo y Fugazzotto cierran acuerdos para también liderar un espacio claramente progresista. Por todo ello hay quienes en el ambiente político sostienen que La Unión Mendocina creada por De Marchi de ninguna manera ha muerto.
El tironeo por la minería
Por estas horas el proyecto minero San Jorge se encuentra en la etapa de la audiencia pública. Como de costumbre, prima el tironeo entre los sectores ambientalistas, que resisten éste y otros emprendimientos por considerar que vulnera las restricciones que impone la rígida legislación provincial vigente, y la postura del Gobierno y el empresariado, que ven la necesidad de fortalecer la producción de la provincia a través de este recurso.
Hay algo cierto: hace mucho que en Mendoza no se discute una matriz productiva alternativa. Por ello hay quienes consideran que, más allá de las resistencias y acusaciones existentes, el gobierno provincial debería abrirse luego del proceso electoral actual hacia una búsqueda más amplia de diálogo que incluya a los sectores que resisten, con la finalidad de consensuar una salida que ponga por lo menos en pausa tanta enemistad. Difícil imaginarlo, pero no imposible intentarlo.
* El autor es periodista. [email protected]