Sergio Salgado: “Para mí la política ya fue, pero si voy a elecciones, las gano”

Desde la cárcel, dice que algunas de las acusaciones en su contra se armaron con recortes de diarios. Cree que lo perjudicó el enojo de Cristina Fernández por el desdoblamiento electoral en Mendoza. Asegura que no hubiera ganado las cinco elecciones de 20

Después de seis meses en la cárcel, Sergio Salgado (39) está flaco: pesa 25 kilos menos que el 31 de marzo, cuando en una celda de Contraventores firmó, sobre el piso, la renuncia a la intendencia de Santa Rosa que ocupó durante más de ocho años.

Al otro día, fue trasladado al penal, con la promesa de su abogado de sacarlo en una semana, pero está allí desde entonces, acusado por fraude a la administración pública, peculado, asociación ilícita y emisión de cheques sin fondos. “Quiero ir a juicio cuanto antes y aclarar todo”, repetirá durante la charla.

Salgado está alojado en el pabellón 6B de San Felipe, donde convive con ex funcionarios presos por delitos de lesa humanidad; un pabellón con 20 celdas alineadas en dos pisos y un patio interno; viven 56 personas y Salgado comparte calabozo con dos ex comisarios. “La cárcel es otro mundo y los primeros días, una pesadilla. Viajé todo el traslado llorando; no podía creer lo que me estaba pasando”, cuenta.

En San Felipe, la recreación de los internos pasa por la cancha de fútbol o el quincho de visitas. Salgado juega a la pelota casi todos los días y eso, más la dieta obligada, hacen que esté muy abajo de los casi 110 kilos que llegó a pesar en la intendencia. También se distrae con textos sobre peronismo y algunos de autoayuda: “Afuera no tenía tiempo pero acá ya he leído quince libros”, cuenta y dice que está catalogando 3.000 volúmenes de la biblioteca local.

Aprendió a cocinar y con sus compañeros de celda se reparten la tarea: “De eso se trata la cárcel, de ocupar el tiempo”. Completa las horas de ocio repasando sus causas: “Todos hablan pero nadie lee los expedientes; el de La Salada son puros recortes de diarios”, asegura.

Desde que abrió La Salada a fines de 2013 y hasta inicios de este año, cuando Salgado se peleó con el dueño, la comuna administró la playa de estacionamiento de la feria, pero no hubo control del dinero que se cobró, porque la plata nunca pasó por la contabilidad del municipio. En eso consta una de las acusaciones.

“Es falso. La comuna no administró nada porque el dinero era para las ONG, y eso dice el convenio. Las entradas las cobraban las ONG y yo puse 42 testigos que lo acreditan: directoras de escuelas, presidentes de clubes, familias con pacientes con cáncer, asociaciones de jubilados, tradicionalistas.

Ellos cobraban, los puse de testigos y no los llamaron”, se defiende.

-Pero debió haber contabilidad de eso.

-No, porque era una donación de La Salada a las ONG. Así dice el convenio y la función de la comuna era anotar a las entidades, darles turno, pagarles a algunas personas de la playa. Pero cada entidad se llevaba lo que sacaba - repite molesto y mira hacia una ventana enrejada. Afuera llueve finito.

Para llegar a los quinchos de visita de San Felipe hay que atravesar una decena de puertas y rejas, que sólo se abren a medida que se cierra la anterior. En ese recorrido por mostradores y pasillos hay requisas exhaustivas y al inicio del viaje, donde el personal comienza a revisar bolsos, cuelga una pequeña imagen de Jesús y una leyenda: “Lo que le hagan al otro también a mí me lo hacen”.

Salgado dice que se apoya mucho en la religión, va a misa y lo visita el cura Raúl Gómez, con el que suelen rezar juntos: “Mi vieja me ve bien y creo que eso la tranquiliza; mi viejo está grande y quiero salir para ayudarlo en la finca; estar con ellos, con mis hijas”.

Dice que no vuelve a la política: “No quiero seguir en política, me quiero ir a mi casa, con mi familia. Me acusan de tener propiedades, campos, dinero.

¿Dónde está eso? Vivía en una casa alquilada, mi viejo cobra la mínima, mi vieja vende cosméticos, tengo un hermano discapacitado al que no le di una pensión para que no hablaran; para pagar a los abogados tuve que vender la ciruela del año pasado”, relata.

Es inevitable la pregunta por los centenares de cheques que emitió sin fondos, por los créditos sacados de financieras, por la deuda millonaria que dejó en la comuna.

“Yo equipé el hospital de Santa Rosa con instrumental de punta y pagué sueldos de muchos médicos. No me correspondía pero lo hice para tener un hospital parecido al Perrupato. La Provincia me debía por ello $ 12 millones y en junio de 2015 iba a depositarme la mitad, estaba acordado pero no lo hicieron”, cuenta Salgado y contextualiza ese momento político: “Cristina (Kirchner) estaba enojada porque Mendoza había desdoblado y mandaba poco dinero y por coparticipación llegaba menos todavía; tenía que pagar sueldos, aguinaldo y salí a buscar un crédito”.

-¿A una financiera?

-Y sí, no había posibilidad de endeudamiento: por Cristina, el Nación no daba un peso; los bancos demoraban tres meses. El Concejo me autorizó a pedir deuda por 15 millones de pesos en entidades públicas o con privados. Yo tenía que pagar y por eso abrí cuenta en el Santander, para tener un descubierto y así fuimos zafando. Tomé por privado un crédito de 12,3 millones con la promesa de la Provincia de devolverme a fin de año la plata de Salud.

-Y el Gobierno no cumplió.

-En noviembre yo estaba todo el día en Mendoza para cobrar; sale la orden de pago, se imputan los 12 millones, pero (Francisco) Pérez se fue. Vino (Alfredo) Cornejo y dijo que el convenio estaba mal hecho, que la comuna no tenía que poner un mango en el hospital y no me dio nada. Ahí se fue todo al carajo (sic): no pagué los créditos, hubo que renegociar a intereses usurarios, aparecen cheques rebotados de las financieras, un quilombo.

-Pero usted dejó una deuda verificada de $ 40 millones y otra de la que no está claro el monto porque no existen expedientes.

-Toda esa auditoría es una truchada (ver aparte). Mire, admito un mal manejo administrativo, pero hubo una urgencia grave y uno busca una solución como sea. Ahora, una cosa es una mala administración y otra que me traten de chorro.

-¿Cómo está hoy Santa Rosa?

-Mal. No hay trabajo, no hay una obra importante en marcha porque la de cloacas la dejé casi lista. La inseguridad se disparó, despiden gente sólo por peronistas.

-Hoy la comuna paga sueldos al día.

- ¡Y cómo no los va a pagar! Le llegaron 8 millones que me debía la Nación más otros cinco millones de Anses. Mire, en seis meses esta gestión no hizo nada y el Gobierno está preocupado. Para mí la política ya fue, pero si voy yo a elecciones, las gano. El gobierno hace encuestas de candidatos y pregunta si volvería a votar por Salgado. ¿Por qué no las muestra? Porque dicen que gano, les gané siempre. Pero que no se preocupen, porque no vuelvo a la política.

Pedimos permiso para hacer unas fotos en un pequeño jardín de la Administración y luego Salgado se va custodiado por dos penitenciarios. “Pongan lo que dije, ¿eh? Ésa fue su promesa”, se despide.

El dato

Son once los inscriptos para definir en las primarias del 11 de diciembre a los candidatos a intendente de Santa Rosa que competirán el 12 de febrero.

El Frente Santa Rosa Cambia (UCR, Pro, PD y Coalición Cívica), tiene cuatro: las concejales radicales Norma Trigo (a cargo de la intendencia desde abril) y Débora Quiroga, el demócrata Daniel Jofré y la "lilista" Mirtha Reyes.

El peronismo también tiene cuatro: la ex reina vendimial y ciurquista Flor De Stéfanis, el azul Cristian Gonzalo Sánchez, el ex concejal Juan Ricardo Cobo y el ex funcionario Gustavo Jofré.

Partido Obrero: Daniel Carrizo

Partido Federal: Pablo Rosales

Unidad en Acción Santa Rosa: llevará al senador radical Walter Soto como candidato, que así va contra la alianza de su partido.

Entre la interna que viene y el apoyo de Paco Pérez

Hace días se conoció una nueva denuncia contra Sergio Salgado, impulsada desde la comuna y según la cual, el ex intendente pagó $ 1,8 millón por combustibles a una empresa fantasma. Una causa que está en manos de Garay y por la que Salgado declara mañana.

“Eso es parte de la famosa auditoría al municipio que es trucha. Mire, esa denuncia por robo de combustible la hice yo en marzo. Dentro de mi gobierno alguien robaba combustible, me enteré y denuncié la maniobra. Había facturas para cobrar por casi dos millones, pero sólo se alcanzaron a pagar dos cheques de $ 40.000.

“Esa denuncia está al comienzo del expediente original que impulsé en marzo y no se trata de ninguna empresa fantasma. Las facturas son a nombre de un lubricentro Tirasso; les mandé carta documento y contestaron que nunca fueron proveedores nuestros. Todo eso está denunciado por mí y Garay ahora lo sabe. El tema es que se vienen elecciones en Santa Rosa y quieren perjudicar al peronismo como sea.

-A propósito, usted apoya a Flor Destéfanis (ex reina nacional de la Vendimia). ¿Qué ha visto en ella?

-No estoy apoyando a nadie. Lo único que pido a los precandidatos es que después de las PASO (el 11 de diciembre), estén juntos. Vamos a trabajar para que el peronismo gane.

-¿Cómo está hoy su relación con el peronismo?

-Me visitan muchos amigos y otros se borraron. Los intendentes del partido están, igual que Paco Pérez y algunos legisladores. Pero no voy a seguir en política porque no vale la pena; yo dejé doce años en esto, se los quité a mi familia y me doy cuenta de que fui un pelotudo.

Se declara inocente y quiere ir a juicio

Existen otros imputados por el fiscal Santiago Garay en las causas que tienen a Salgado como principal responsable, entre ellos Juan Trigo, ex secretario de Gobierno, y Franco Ojeda, ex jefe de Hacienda. Ambos en libertad luego de pagar fianza.

Carlos Moyano, abogado de Salgado, tramita la libertad o prisión domiciliaria del ex intendente, un pedido rechazado en distintas instancias y que ahora resolverá la Suprema Corte. “Un argumento para negar su libertad es que Salgado podría influir en personal de la comuna para ocultar expedientes, pero eso ya no corre porque la prueba está toda rendida”, explica Moyano y acota: “En realidad, Salgado sigue detenido por un supuesto peligro de fuga, porque en su momento, por consejo de su anterior abogado, no se entregó cuando Garay mandó detenerlo”.

Salgado insiste: “No voy a fugarme. En marzo, apenas rechazaron mi pedido para mantener la libertad, me entregué”.

-¿Por qué está acá entonces?

-Por un tema político, por putear al fiscal y al Gobernador. Desde 2007 les gané a todos, nunca perdí, ni siquiera con (Julio) Cobos. Gané las cinco elecciones de 2015 y allá nos conocemos todos. La gente no vota a un ladrón. Quiero ir a juicio para demostrar que no robé, que no manejo ninguna banda.

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