"Mi actividad principal es la producción primaria de leche", explica Guercio. Con un tambo de 70 vacas que producen 1.000 litros diarios, la introducción del forraje hidropónico ha marcado una diferencia significativa. El método consiste en sembrar avena en invierno y maíz en verano, y cosechar el forraje en un plazo de siete días. En ese sentido, Guercio destaca que una de las grandes ventajas de esta técnica es su eficiencia. "Se utiliza un kilogramo de semilla y se cosechan tres kilogramos de forraje", detalla Guercio, y destaca como punto fuerte el ahorro de agua y la reducción de la superficie de terreno que requiere para poder plantar. Aclara demás, que el forraje hidropónico resultante es un alimento altamente nutritivo para el ganado y ello, a la vez, ha llevado a un notable incremento en la producción y a una mejora en la calidad de la leche.
Juan Carlos Casciani es otro referente de la hidroponía en la provincia. No solo se dedica a instalar módulos de cultivo sin suelo, sino que también lleva esta innovadora técnica a escuelas, capacitando a jóvenes y promoviendo una nueva forma de producir alimentos. Su labor, en colaboración con el Instituto Nacional de Tenología Agropecuaria, busca popularizar una alternativa sostenible frente a los desafíos del crecimiento demográfico y la escasez de tierras.
"Un cultivo hidropónico es cuando las plantas se cultivan en agua, dándoles los nutrientes necesarios para que cumplan su ciclo", explica Casciani. Este método ofrece múltiples beneficios que lo posicionan como una solución prometedora para el futuro de la agricultura.
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Hidroponía: ventajas que transforman el cultivo
Uno de los principales puntos a favor es el ahorro de agua. En un cultivo hidropónico se utiliza hasta un 70% menos de agua que en uno tradicional. Las soluciones nutritivas se agregan a un circuito cerrado que, impulsado por una bomba, recircula el agua y oxigena las raíces, eliminando la necesidad de riego constante. En un contexto de desertificación creciente y escasez de agua, estas fortalezas de postulan con una ventana a la esperanza para nuevos proyectos agroecológicos, que buscan producir de manera sostenible.
Otra gran ventaja es la optimización del espacio. "Se les llama cultivos verticales porque medimos en metros cúbicos, no en metros cuadrados", aclara Casciani. Al apilar paneles de cultivo, es posible, además, sembrar hasta cuatro veces más plantas en el mismo espacio, aprovechando al máximo la superficie disponible. Pero además, la hidroponía garantiza la inocuidad de los alimentos. Al ser un ambiente acuoso, el riesgo de plagas es casi nulo, lo que permite producir vegetales sin necesidad de pesticidas. "Sabemos lo que estamos consumiendo, es mucho más orgánico", asegura.
La rapidéz del ciclo de cultivo es otro factor clave. Las plantas no tienen que "salir a buscar" los nutrientes, ya que estos se les suministran directamente en el agua. Esto acorta significativamente el tiempo de crecimiento. Por ejemplo, una lechuga que en tierra tarda 70 días, en hidroponía está lista en menos de 30. Este factor, de hecho, es la prueba de que da cuenta de la posibilidad de generar mayores volúmenes de producción para quienes adopten esta forma de cultivar.
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Módulo experimental para perfeccionar los procesos de hidroponía
Las experiencias en este sentido, han sido más que positivas. Desde 2019, Casciani trabaja en el INTA, en un módulo experimental donde investiga y optimiza el proceso. Ha comprobado que el uso de caños de PVC más anchos (de 110 mm) permite un mejor desarrollo de las raíces y la posibilidad de cultivar hortalizas de mayor tamaño, como tomate y pimiento.
Gran parte de su trabajo se centra en la educación. En colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ha donado módulos a escuelas secundarias y primarias, además de dictar talleres de armado y manejo de cultivos. "La idea es ir a las escuelas y promover esta iniciativa", destaca. Los jóvenes, a través de estas capacitaciones, aprenden sobre este método, sus ventajas y los cuidados necesarios, como el control de la conductividad eléctrica, el pH, la temperatura y el oxígeno del agua.
Aunque la inversión inicial es más alta que la de un cultivo tradicional debido a la tecnología que se utiliza, Casciani subraya que las ventajas superan ampliamente las desventajas. Su experiencia, que combina la investigación y la enseñanza, demuestra que la hidroponía es una técnica con un gran potencial y un futuro prometedor. "Es una modalidad muy novedosa, que se está proyectando y que tiene buen futuro", afirma Casciani, con la esperanza de que este método de cultivo sin suelo se expanda, y los jóvenes y la sociedad en general sigan descubriendo sus múltiples beneficios.
En un contexto de creciente sequía y altos costos, la provincia de Mendoza se posiciona como un bastión para una innovadora técnica agrícola: el forraje verde hidropónico (FVH). Esta práctica ancestral, que se remonta a Europa en el siglo XVII, se presenta hoy como una solución viable y sostenible para la alimentación animal, prometiendo transformar la producción ganadera a pequeña y gran escala.
El Licenciado José Reta, docente universitario, investigador y asesor de múltiples proyectos en Mendoza y el país, explica la esencia de esta técnica: “Hidro significa agua, y pónico viene de cultivo. Por lo tanto, el forraje verde hidropónico es, literalmente, el cultivo en agua”, coincide con sus colegas. A diferencia de los métodos tradicionales, aclara Reta, éste no requiere suelo ni grandes extensiones de tierra, lo que lo hace ideal para regiones áridas, tales como el desierto lavallino.
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Un futuro con desafíos y potencial
La necesidad de potenciar las actividades relacionadas a instancias de capacitación, como así también dar impulso a las investigaciones relacionadas a las nuevas tecnologías para aplicar la hidroponía de manera sustentable, se postula como uno de los principales desafíos a corto y mediado plazo.
Ocurre que a pesar de sus notorias ventajas, la producción, en el caso del forraje verde hidropónico, enfrenta un obstáculo principal en Argentina, destacan quienes conocer de cerca el tema. "Argentina es uno de los países más atrasados en el tema del forraje verde hidropónico por ignorancia y desconocimiento", afirma Reta. Las experiencias pasadas, indica, que a menudo resultaron en fracasos, se debieron a la incapacidad de adaptar la técnica a la realidad local, específicamente en cuanto a la calidad del agua, el tipo de grano y las inclemencias climáticas.
Sin embargo,es una realidad que en la actualidad, el interés por este tipo de cultivos por parte de los productores mendocinos, está en aumento. Aunque la implementación avanza "poco a poco", el potencial es enorme, aclara Reta y asegura que el día en que los productores descubran el forraje verde hidropónico, su producción “va a cambiar un 100%”. Destaca en este sentido que a los fines de facilitar esta transición, se están implementando proyectos con el asesoramiento de profesionales, que incluyen capacitación y un seguimiento técnico durante un año, de manera que los productores tengan la posibilidad de manejar la técnica que requiere la producción de tipo hidropónico de manera autónoma.
Lo cierto es que, en el caso de forraje verde hidropónico, las experiencias logradas hasta el momento lo muestran como una solución sustentable y económica para la ganadería en Mendoza. Así, a medida que la técnica se adapte y logre una mayor tracción, podría marcar “un antes y un después” en la producción agropecuaria de la región, enfrentando los desafíos de la escasez de recursos con innovación y eficiencia.
En la actualidad, entidades a nivel Nacional han sumado sus aportes a esta tendencia que se abre paso como una alternativa sostenible en el marco de las demandas y realidades actuales de todas las provincias. Justamemte, la Asociación Hidropónica Argentina, cuenta con un equipo de profesionales dedicados a esta tarea. Tal como lo mencionan en su página web, https://asociacionhidroponica.com.ar/ en todo el territorio argentino, se realizó en 2024 el censo de productores hidropónicos, cuyos datos se darán a conocer en el corto plazo.
hidroponia en Mendoza
Crece el negocio de la hidroponia en Mendoza.
Ventajas que transforman la producción
Los beneficios de esta técnica son múltiples y significativos. De hecho, garcias a esta metología es posible abrir una esperanza hacia el futuro en el mundo del agro a nivel local, nacional y mundial. De acuerdo al aporte realizado por quienes trabajan y promueven esta modalidad para producir cultivos, se destacan este sentido aspectos tales como:
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Ahorro de agua y espacio: El Forraje Verde Hidropónico (FVH), destaca José Reta, docente universitario, investigador y asesor de proyectos de esta índole, se destaca por el uso extremadamente eficiente del agua. Compara el especialista que mientras que un kilo de alfalfa cultivado a campo demanda hasta 1,300 litros de agua, un kilo de forraje hidropónico se produce con tan solo siete litros. Este ahorro abismal es fundamental en una provincia con escasez hídrica, indica el experto. Agrega además, que el espacio necesario para que crezcan los cultivos se reduce drásticamente con esta modalidad de plantación. En solo 200 metros cuadrados, es posible producir la misma cantidad que en 40 hectáreas de campo. Por eso, es que el proyecto aplicado en el Tambo Guercio, ubicado en El Borbollón, (Las Heras), es considerado “Emblemático”: se producen allí, 750 kilos diarios de forraje, que son destinados a alimentar un plantel de 70 animales en una superficie mínima.
2. Cosecha acelerada y continua: La velocidad de producción es otra fortaleza destaca de esta forma de cultivar. De hecho, en tanto que los cultivos tradicionales, tales como la alfalfa, requieren dos meses para ser cosechados, el forraje verde hidropónico se cosecha en tan solo quince días. Esto permite, destaca Reta, lograr un ciclo de siembra y cosecha diario, asegurando una producción constante los 365 días del año, sin importar las condiciones climáticas. “Haga frío, calor, haya sequía o exceso de humedad, nosotros producimos una cosecha todos los días, independientemente de las condiciones”, subraya José Reta, quien a trabajado e investigado largamente en proyectos de tipo sostenible y que a la vez han permitido a productores mantener un crecimiento constante en su actividad.
3. Reducción de costos y calidad nutricional superior: El Forraje Verde Hidropónico (FVH), no solo es eficiente, sino también económico, asegura el especialista. Detalla Reta que el costo de un kilo de forraje hidropónico es de apenas 70 pesos, en contraste con los 250 pesos que cuesta un kilo de alfalfa. En ese sentido, detalla que el beneficio no es solo monetario, sino que la calidad nutricional del FVH es infinitamente superior. De hecho, Reta indica que “dos kilos de forraje hidropónico equivalen en componentes nutricionales a un kilo de alimento balanceado, lo que mejora la salud y productividad de los animales”. De hehco, en Mendoza, este alimento se está implementando para vacas lecheras, engorde de chivos y ovejas, e incluso para la alimentación de caballos de raza.