Entre los desafíos que desde el sector han debido sortar para sostener en lo que va de 2025, se destaca que en los campos tiene impacto trascendental la falta de frío invernal temprano. Aguilar detalló que si bien, las expectativas son positivas, ha existido una escasez de bajas temperaturas durante los meses de mayo y junio, principalmente.
El aspecto económico no queda al margen de los avatares en lo que a producción, cosecha y comercialización de cereza se refiere. Es que como un efecto en cadena, el incremento en el valor del dólar hizo disparar los precios de insumos, tanto para fertilizar los suelos como para el empaque.
“Hubo algunos movimientos de precios, o que es lo que más se ha dado, muchos de los proveedores se han resguardado en el valor dólar”, advierte Aguilar al contextualizar la realidad del sector en el plano económico y político actual a nivel nacional. Explica además, que esta situación, además, ha generado algún temor en los proveedores quienes han decidido por el momento “reguardarse en el dólar”.
Lo cierto es que pese a los vaivenes de la economía general, la provincia se sigue ubicando entre las principales proveedoras de esta requerida fruta. Inclusive, su tradición exportadora de cerezas se mantiene desde los años ‘80, sin interrupciones a todos los mercados, sobre todo a los de Europa, donde se mantienen los volúmenes de compra y los precios son estables.
Cerezas: anticipan una temporada con alta calidad y buen volumen
Cerezas: anticipan una temporada con alta calidad y buen volumen
Así, por ejemplo, países como España, Alemania, Inglaterra, Holanda y Bélgica, se ubican como los destinos por excelencia. A éstos se suman por ejemplo, Rusia, Canadá y los paíeses de Oriente Medio; Emiratos Árabes y sobre todo Doha, Qatar, Dubái y Bahréin. “También se ha exportado últimamente mucho al sudeste asiático, a países como Malasia, Singapur y Tauilandia. Todos éstos, detalla aguilar, son países donde el comercio de la de la cereza está abierto y es posible realizar envíos aéreos,
“También se puede exportar a China y a Estados Unidos, pero con tratamiento de frío en tránsito. A China se han hecho muchos envíos, de hecho se hacen todavía y es uno de nuestros principales compradores. A Estados Unidos solamente con tratamiento de frío en tránsito es posible pero lo cierto es que no hay tantas experiencias en relación a esa modalidad”, indicó el titular de la Cámara de la Cereza de Mendoza.
La posibilidad de cosechar a finales de octubre, es uno de los factores más favorecedores para el sector: “cuando el mercado está demandante de fruta caliente, porque no hay fruta, la fruta del hemisferio norte, la más tardía del hemisferio norte se terminó de cosechar y de comercializar a mediados de agosto, principio de septiembre. Entonces ya no hay fruta en el mercado del hemisferio norte y está absolutamente desabastecido y necesita de nuestra fruta.
El principal inconveniente que ha habido para que haya un crecimiento sostenido en la producción de cerezas tiene que ver con que se ha transformado el cultivo de cualquier frutal en una cuestión “casi de fe”, indica Aguilar y aclara que esto sucede “porque, por ejemplo, uno pone una planta en el año 2025 y recién va a ver los resultados para el año 2030-2031 y con los vaiveles económicos que hay en nuestro país es difícil de prever cómo se va a comportar el mercado para aquella época”, explica.
Aclara que sí hay interés de parte de algunos productores frutícolas en crecer, sobre todo aquellos que ya están en el mundo de la cereza, aunque también de algunos otros que vienen de la fruticultura tradicional de Mendoza. En ese sentido, una de las metas en cada caso es poder crecer en algunas hectáreas en cuanto a las plantaciones. “Ahí es cuando nos encontramos con el problema de la poca cantidad de plantas, de portainjertos de plantas generalmente que hay. Los viveros no están produciendo las plantas que el sector necesita, ni en la cantidad, ni en la calidad, ni cuál es la que nosotros necesitamos, que son variedades con pocos requerimientos de horas frío y que tengan la posibilidad de cosecharse lo más temprano posible”, advierte Aguilar.
Cerezas: Cosecha pionera en el Hemisferio sur
"Las cerezas de Mendoza tienen dos características que las hacen distintivas", afirma Aguilar. La primera, y la más importante, es su capacidad para ser la "primer cereza que se cosecha en el hemisferio sur". A diferencia de otras regiones que necesitan estructuras como macrotúneles o invernaderos para adelantar la cosecha, en Mendoza se logra "solamente manejando los cultivos" y utilizando variedades con bajo requerimiento de horas frío. Esto permite que la cosecha comience a fines de octubre, una primicia que solo se iguala en Ovalle, Chile, pero con volúmenes significativamente más bajos.
Sin embargo, esta ventaja de ser una fruta de primicia se ve limitada por una barrera fitosanitaria: la mosca de la fruta. Una barrera que impide el ingreso de la fruta más temprana de los oasis norte y este de Mendoza a mercados clave como Estados Unidos y China, a menos que se aplique un tratamiento de frío en tránsito. Este proceso, que puede demorar más de 20 días, elimina la ventaja de la primicia, ya que la fruta pierde su condición de novedad al no poder ser transportada por vía aérea. Para superar este obstáculo, Aguilar señala que es un trabajo pendiente con organismos como el ISCAMEN y el SENASA para liberar zonas del oasis mendocino.
Diferenciación frente al "tsunami" de la cereza chilena
La segunda característica distintiva de la cereza argentina, y en la que se trabaja activamente, es la calidad. El mercado global se ha visto afectado por la sobreoferta de cerezas chilenas, lo que ha provocado una caída en los precios internacionales. "No solamente Mendoza, sino todo el país está trabajando en algunos protocolos de exportación de calidad para poder diferenciarnos de Chile y poder tener un producto distintivo", explica Aguilar. El objetivo es que la marca "Cerezas de Argentina" se asocie con un producto de alta calidad y que se diferencie del "tsunami de fruta chilena".
Aguilar advierte sobre la situación de Chile, donde el 60% de la producción se concentra en una sola variedad, lo que genera problemas de cosecha y logística. En contraste, Argentina busca un crecimiento "ordenado" y basado en la excelencia. La cereza de Mendoza destaca por sus propiedades organolépticas, como altos sólidos solubles y una vida poscosecha interesante. No obstante, aún hay desafíos, como el calibre de la fruta, que tiende a ser pequeño. Mejorar el tamaño de la cereza es una de las prioridades, ya que "mientras más grande la fruta, más valor tiene siempre".
Además de la exportación, el mercado interno juega un papel crucial para los productores. "Hay 15, 16 millones de potenciales consumidores que están dispuestos a pagar buenos precios por fruta primicia", asegura Aguilar. La cereza es la fruta que inaugura la temporada de cosecha en el país y es muy esperada por los consumidores. Este mercado, que se desabastece entre febrero y marzo, ofrece una oportunidad para los productores locales, ya que "no entra fruta importada del hemisferio norte".
Aun así, la competencia no está exenta de desafíos. "Los chilenos están colocando cada vez más fruta en los mercados de Buenos Aires, Córdoba, Rosario", pero, como señala Aguilar, afortunadamente es "fruta de menor calidad". Esto deja una "ventanita" de oportunidad para que los productores argentinos se distingan con su producto premium.
Cerezos en plena floración
Con el objetivo de asegurar su crecimiento y sostenibilidad a largo plazo, los productores están adoptando tecnologías avanzadas y trabajando en la mejora constante de la calidad. Es del caso de Nicolás Güizzo, de la empresa Frutas Frescas Mendoza, quien reflexiona sobre los factores que han marcado la evolución del sector y los retos que se presentan a futuro.
Con más de 50 años de experiencia en la producción de cerezas, Frutas Frescas Mendoza tiene presencia en las zonas de Luján de Cuyo y Tupungato. Güizzo afirma que la temporada actual "se está dando hasta ahora" en términos de cantidad y calidad. Desde su punto de vista, factores clave como un buen invierno, una cantidad adecuada de horas de frío y una primavera favorable han contribuido a la expectativa de una buena cosecha. "En la zona norte el grueso de las variedades están en floración", señala, y el buen clima acompaña.
A lo largo de los años, el sector ha visto una evolución positiva gracias a la incorporación de tecnología. "Hoy en día hay mayor acceso a la tecnología, lo cual hace que el cultivo pueda ser más sustentable en el tiempo", explica Güizzo. La implementación de riego por goteo y cobertores para proteger la fruta son ejemplos de avances que han mejorado la producción. Sin embargo, la incertidumbre económica y las variaciones en las tasas de interés siguen siendo obstáculos para la inversión, coinciden desde el sector.
La ventaja de la cereza temprana y el desafío de la calidad
La cereza mendocina goza de una característica única: ser la primera del país en ser cosechada. Esto la hace muy demandada en mercados como la Unión Europea, Medio Oriente y el mercado interno, especialmente en Buenos Aires y cadenas de supermercados. Según Güizzo, existe un gran potencial de crecimiento, tanto en las zonas tradicionales como en áreas aún no explotadas.
Para que el negocio sea sostenible, es crucial asegurar tanto la producción como la calidad. Esto implica enfrentar las variables climáticas como el viento, las heladas y la lluvia, y a su vez, contar con un "paquete actualizado de variedades" y de portainjertos. El acceso a nueva genética es un punto clave, y Güizzo subraya la necesidad de trabajar en conjunto con la provincia y la nación para acelerar la llegada de nuevos materiales al país.
Güizzo enfatiza que para producir fruta de alta calidad se necesita "inversión, tecnología y actualización permanente". El mercado es muy dinámico, y Mendoza debe seguir el ritmo de lo que se demanda a nivel global, saliendo al encuentro de los nuevos materiales que hay en otras partes del mundo. La colaboración entre productores y empacadores, a través de la Comisión de Cereza de Mendoza, es un paso fundamental para "traccionar todos juntos en busca de un producto de calidad".
“Estamos viviendo como todas las actividades cierta incertidumbre respecto a lo que pueda pasar de acá en adelante con algunas decisiones a nivel económico. Los aspectos se han modificado, es que yo creo que hoy en día hay mayor acceso a la tecnología, lo cual hace que el cultivo se pueda pueda ser más sustentable en el tiempo, es decir, incorporación de de riego por goteo, incorporación también de cobertores para para evitar el daño en en la cereza, en la fruta. Todo eso yo creo que es lo que ha ido para bien. Para mal, bueno, obviamente, todo lo que es la incertidumbre en lo que son la toma de decisión para inversiones, variaciones en las tasas de interés”, evalúa el empresario.
“Se necesita el servicio para producir frutas de alta calidad, inversión, tecnología y actualización permanente; es necesario estar viendo lo que el mercado demanda, es muy dinámico, y por otro lado, si Mendoza se quiere posicionar en la en lo que es fruta temprana, hay que salir al encuentro de todo lo que sea los los los nuevos materiales que que hay en otras partes”, recomienda Güizzo.