Las redes sociales vuelven a sorprender con una nueva tendencia humorística que combina creatividad, dobles sentidos y un poco de ironía. “El genio malinterpretó mi deseo” se ha convertido en un fenómeno viral gracias a usuarios que, a través de la inteligencia artificial (IA) o simples montajes, muestran los divertidos resultados de deseos formulados de forma ambigua.
En plena era de la tecnología y la IA, parece que los “genios mágicos” ya no son necesarios para cumplir sueños. Sin embargo, la comunicación sigue siendo clave, porque pedir mal un deseo puede terminar en desastre… o en carcajadas.
La fórmula del éxito: dobles sentidos con la inteligencia artificial
Todo comenzó como un juego: pedirle al “genio” un deseo que contenga una expresión ambigua o con doble sentido. El truco está en que la IA —o el "genio"— lo interpreta de forma literal… y ahí empiezan las risas.
Desde frases hechas malinterpretadas hasta traducciones absurdas, los usuarios han llevado esta dinámica al extremo del ingenio. Una de las principales impulsoras fue Marie Peace, usuaria de la red social X (antes Twitter), quien propuso:“Hagamos un hilo de ‘porque el genio de la lámpara malinterpretó mi deseo’”.
Su publicación se volvió viral rápidamente, superando los dos millones de visualizaciones y sumando cientos de respuestas con interpretaciones tan absurdas como hilarantes.
Entre los ejemplos más compartidos se encuentran clásicos del humor lingüístico. Por ejemplo, alguien pidió “el mejor físico” y en lugar de obtener un cuerpo de gimnasio, recibió nada menos que Albert Einstein.
Otro caso emblemático: quien pidió “una cintura de avispa”, terminó con un cuerpo mitad humano, mitad insecto.El amor tampoco se salva. Una persona pidió casarse con The Weeknd… y el genio lo interpretó literalmente: lo casó con “el fin de semana”. Algo parecido sucedió con quienes pidieron un concierto de Imagine Dragons y recibieron dragones imaginarios cantando.
Pero quizás el más absurdo de todos fue quien solicitó una rinoplastia y recibió un… rinoceronte.