Un reciente descubrimiento arqueológico en África ha sacudido el mundo de la arqueología. Un equipo de investigadores egipcios ha desenterrado un asentamiento minero oculto bajo las arenas del desierto. Este hallazgo, que data de hace 3.000 años, revela lo que se conoce como la "Ciudad Perdida del Oro".
Este es un antiguo centro de extracción de oro durante el reinado de Amenhotep III.
La Ciudad Perdida de Atón: un descubrimiento fascinante
El descubrimiento de la Ciudad Perdida del Oro ocurrió cerca de Luxor, en Egipto, y ha sido considerado uno de los hallazgos más significativos de los últimos tiempos, comparable con el descubrimiento de la tumba de Tutankamón.
La ciudad, que estaba enterrada bajo la arena durante siglos, ha revelado detalles sorprendentes sobre la vida en el Egipto antiguo.
Según los expertos, este descubrimiento podría ofrecer una perspectiva única sobre cómo se extraía el oro en la antigüedad.
Un vistazo al pasado: las excavaciones
El trabajo de excavación comenzó en 2021 y, tras años de arduo esfuerzo, los arqueólogos han logrado excavar por completo el asentamiento.
Este sitio se utilizaba como un centro minero en el reinado de Amenhotep III, quien gobernó Egipto entre los años 1391 y 1353 a.C..
Entre los hallazgos más impresionantes figuran las estaciones de molienda, las cuencas de filtración y los hornos de arcilla, elementos que sugieren un proceso de extracción de oro altamente sofisticado y complejo.
Inscripciones y objetos antiguos
Uno de los hallazgos más fascinantes fue la aparición de 628 ostraca cubiertas con inscripciones en diversos idiomas, incluyendo jeroglíficos, demótica y griego.
Además, se encontraron monedas de bronce de la era ptolemaica, lo que demuestra que la ciudad permaneció operativa durante mucho tiempo, más allá del período del antiguo Egipto.
Construcciones y artefactos religiosos
Los arqueólogos también desenterraron edificaciones y templos religiosos dentro del asentamiento. Entre los artefactos encontrados se destacan figuras de terracota, tanto humanas como de animales, y esculturas de piedra que representan diversas deidades egipcias.
Estos descubrimientos reflejan la creatividad y el fervor religioso que marcaban la vida de la sociedad egipcia en esa época.