Vitam, el grupo de mujeres que acompaña a futuras mamás vulnerables

La ONG fue creada en 2005 dicta talleres, realiza campañas y gestiona derivaciones médicas. La historia de una fundación que defiende la vida y el desarrollo de la mamá y sus hijos.

Mamás, futuras mamás y voluntarias de Vitam
Mamás, futuras mamás y voluntarias de Vitam

Acompañar a la mamá embarazada en situación vulnerable es el objetivo de Vitam, una ONG sin fines de lucro que fue fundada en 2005 por un grupo de 12 mujeres de Mendoza que se manifestaban a favor de la vida.

Surgió como una organización que quería ayudar a chicas que quedaban embarazadas en situación de vulnerabilidad, es decir, siempre pensando en la vida como única opción. Pensamos cómo hacer para apoyarlas y así dimos origen a esta ONG que lucha contra el aborto y sus consecuencias nocivas”, indicó a Los Andes Silvina Sarmiento, actual presidenta y una de las 12 promotoras y fundadoras de aquel entonces.

Luz y Francisco, fundación Vitam
Luz y Francisco, fundación Vitam

Consolidado, con el correr de los años, el grupo hoy tiene una misión de gran trascendencia que consiste en realizar campañas para obtener donaciones, talleres, charlas y asesoramiento, más allá de derivaciones médicas.

Tratamos de acercarnos a ellas, atenderlas, escucharlas y darles una mano para lograr que ese embarazo se transite lo mejor posible, en situaciones normales, y que puedan vincularse con ese bebé”, sostuvo Sarmiento. En todos los casos se ofrece contención durante el embarazo y también en el período posterior.

En ese sentido, enumeró talleres sobre los cuidados del bebé, lactancia, preparativos durante el embarazo y otros temas relacionados con la crianza de los hijos.

Contención a las más necesitadas

Muchas de las chicas se acercan con previas consultas con el obstetra en las salitas médicas, aunque observamos que necesitan ecografías o tratamiento y allí también estamos nosotras para orientar”, indicó, para agregar que se realizan derivaciones a especialistas voluntarios que brindan una mano desde hace años.

Los profesionales que trabajan con nosotros las tratan con mucho cariño, algo muy necesario cuando una mujer atraviesa esta etapa en momentos de vulnerabilidad. No olvidemos que en muchos casos se las reta, se las considera irresponsable y esto no hace más que generar culpa e inseguirdad”, continuó la titular de Vitam.

“Creo que el mismo sistema las empuja a que en muchos casos se sometan a un aborto”, indicó. Por eso el equipo también posee psicólogas a disposición.

“Contamos con un sistema de voluntariado formado por orientadoras familiares que brindan contención. Es muy importante que estén siempre cerca porque cuando llegan los casos se van derivando y representan una ayuda inigualable”, subrayó.

En ese sentido, sostuvo que los pilares de la organización son educación, formación y cariño. “Tratar a la mujer cariñosamente en ese período es clave”, insistió.

Una vez que la mamá tiene familia, Vitam ofrece talleres durante tres sábados al mes. Están relacionados con formación, manualidades y espiritualidad.

“Es fundamental cubrir a la mujer de manera integral, es decir, en todos los aspectos. Que pueda desarrollarse y salir adelante. Que tenga recursos y pueda armar su currículum, acudir a una entrevista laboral con confianza y continuar su vida junto a su hijo”, acotó.

Y hay más: la fundación provee de leche y pañales a las mamás que necesitan, además de cochecitos, cunas y otros elementos necesarios para un bebé.

“Esto tiene un costo, por eso desarrollamos eventos para conseguir dinero destinado a esto. No solo para leche y pañales, sino para determinados tratamientos que son costosos”, dijo Silvina, quien recordó que fue en 2004 cuando de a poco se fue involucrando en los grupos de la Iglesia Católica, siempre con el convencimiento de que la prioridad era la vida del bebé.

“Comenzaba a hablarse de la ley de interrupción del embarazo y sentí que tenía que hacer algo”, recordó. Silvina estaba casada desde 1999 y desde entonces había hecho varios intentos por ser madre biológica, sin resultados. Finalmente, tiempo después se decidió por la adopción.

La historia de Luz: “Gracias a Vitam este hijo es una bendición”

Luz Vázquez relata la ayuda infinita que representó Vitam para ella, que quedó embarazada por cuarta vez en el momento más difícil de su vida.

Corría 2020, se iniciaba la pandemia y Luz ya era viuda y madre de tres hijos, el mayor con una discapacidad. El cuarto embarazo, de una relación pasajera, fue todo un shock y, aunque la decisión le costaba muchísimo, no deseaba tener otro hijo.

“No estaban dadas las condiciones, no tenía los recursos y trabajaba todo el día”, recuerda Luz, en diálogo con Los Andes.

Fue su hermana, quien había escuchado en los medios de comunicación sobre la existencia de Vitam, quien no dudó en convencerla. Un día se acercaron las dos.

Me recibieron muy bien, me ofrecieron ver un video, charlamos. Yo seguía convencida de que no quería otro hijo, era difícil, pero al mismo tiempo creo que fui muy bien abordada porque de a poco comencé a cambiar de opinión”, recuerda Luz.

Además, se había iniciado el período más crítico de la pandemia por el Covid-19 y prácticamente no tenía ajuar. “Tampoco podía salir a comprar. Estaba atada de pies y manos y negada completamente” evoca.

La intervención de esta fundación fue clave en su vida y, así, finalmente Luz transitó un embarazo normal que llegó a término el 2 de julio de 2020, cuando llegó al mundo Francisco, otro varón, para sumarse a Santino, Fausto y Félix.

“Hoy, mirando hacia atrás, comprendo que mi situación no era fácil. Quedé sola al cuidado de tres hijos con 27 años, uno de ellos de dos meses de vida, y estaba obligada a sacar la familia adelante, a pagar el alquiler, la comida y estar al pie del cañón para la escuela. En fin, la vida sola. El embarazo fue inesperado totalmente”, repasa Luz, que en aquel momento vivía en Guaymallén y hoy se mudó a Godoy Cruz.

Luz dice que hoy tiene mucho para agradecer. “Francisco es un bombón, un nene buenísimo, algo travieso, pero a la vez es amor puro. Hice lo correcto y siempre voy a valorar lo que mi hermana hizo por mí, guiarme por este camino y hacerme conocer Vitam”, señala.

Hoy, aunque el bebé ya tiene tres años, Luz sigue siendo parte de la familia de la fundación.

“Claro que siempre me falta tiempo y a veces se me complica acudir a los talleres, pero de una manera u otra estoy involucrada. Pude salir adelante y entendí que la prioridad es la vida del niño”, reflexiona.

“Pasé momentos muy duros, estuve triste, angustiada, lloraba mucho cuando quedé embarazada. Hoy creo que Dios me acompañó en todo momento”, concluye.

Dónde informarse

https://www.instagram.com/vitam_vida. Contacto: 2613383300.

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