En dos episodios diferentes, sin conexión entre sí y en medio de la ola de calor, dos bebés debieron ser rescatados del interior de los autos el viernes pasado. Los niños se encontraban encerrados solos en los vehículos, en medio de las sofocantes temperaturas. Uno de los niños, incluso, estaba vomitando a raíz del golpe de calor.
El primero de los aberrantes episodios, y que mayor repercusión mediática tuvo, se dio en la playa de estacionamiento del shopping La Barraca (Guaymallén), cuando cerca del mediodía del viernes 7 de febrero, encargados de seguridad del lugar, efectivos policiales y médicos que llegaron en la ambulancia -acudieron ante el llamado de la gente- rescataron del interior de un auto a una beba de 1 año y 6 meses.
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Rescataron a dos bebés del encierro de sus autos durante la ola de calor: cómo se debe actuar en estos casos
Ese mismo día, casi a la misma hora y a menos de 45 kilómetros de este aparcamiento -donde las escenas incluyeron, además, la indignación de la madre que había dejado encerrada a su hija porque la ambulancia no llegaba-, en el Hospital Perrupato (San Martín) se vivió una secuencia similar.
El guardia de seguridad del efector de salud y una efectiva de la Policía de Mendoza, advertidos por una médica, rompieron la ventana y rescataron a otro bebé del interior de un auto. El vehículo estaba en la playa de estacionamiento del hospital sanmartiniano, ante el desarrador calor, y allí lo había dejado la abuela del niño -con el pequeño adentro y quien estaba vomitando- mientras completaba un trámite en el hospital.
Si bien ambos casos indignantes tuvieron sus similitudes y están contemplados en lo que establece el protocolo de actuación sanitaria y judicial, solamente en el de San Martín se cumplieron todos los pasos, lo que permitió que intervinieran los Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI).
Qué falló, qué se hizo bien y cómo hay que proceder en estos casos de encierro de bebés en autos, según el protocolo disponible para personal del servicio coordinado de emergencias, policías y auxiliares judiciales.
La beba rescatada en la playa de un shopping durante la ola de calor no tuvo seguimiento
El sofocante mediodía del viernes último, en la playa de estacionamiento de La Barraca, transcurría sin mayores sobresaltos más allá de los habituales, y con una temperatura cercana a los 35ª.
Sin embargo, esa insoportable calma -porque el calor hace que todo sea insoportable- se vio bruscamente interrumpida cuando algunos testigos se percataron de que en el interior de uno de los autos aparcados había una bebé.
Los lesionados fueron al Perrupato
Los lesionados fueron al Perrupato
Tras dar aviso a la ambulancia, los guardias de seguridad intentaron abrir la puerta para rescatar a la pequeña. Cuando llegaron los paramédicos y algunos efectivos policiales, constataron que la bebé estaba bien. Incluso, hasta se entrevistaron informalmente con la madre.
No obstante, la situación no llegó a institucionalizarse, por lo que el caso no llegó a los ETI. Y es aquí donde, según destacan extraoficialmente, se incumplieron los protocolos.
De hecho, por más que la beba haya estado en un buen estado general de salud, protocolarmente debería haber intervenido el ETI de la jurisdicción donde vivía la familia, o bien quien hubiese estado de guardia durante el mediodía del viernes.
El detalle es que quienes intervinieron en la asistencia de la bebé y ante el llamado de los testigos no dieron aviso a los funcionarios judiciales, por lo que el episodio quedó en donde se inició: una intervención para resolver lo más urgente (rescatar a la niña y asegurarse de que estaba bien), pero sin su correspondiente seguimiento.
El bebé rescatado en San Martín siguió con acompañamiento
A diferencia de lo ocurrido en La Barraca, el pequeño rescatado en el estacionamiento del Perrupato quedó bajo la órbita del ETI. Y es que, cuando se lo asistió y rescató, el niño estaba en su huevito (receptáculo para el traslado de niños en vehículos), vomitando como consecuencia de haber permanecido encerrado y en un contexto de ola de calor. De esta manera, había un riesgo manifiesto como consecuencia del encierro.
No solo que el bebé quedó internado, sino que -además, y a diferencia del episodio de Guaymallén- aquí se dio intervención a la ayudante fiscal Miriam Escudero, quien -por su parte- dispuso la intervención del ETI. A cargo de Cecilia Polo, se dispuso entrevistar a la abuela del niño, quien era la dueña del auto y lo había dejado en el interior mientras completaba un trámite formal en el Perrupato con miras a obtener la provisión de leche para su nieto.
La recomendación pediátrica: "No hay que dejar a los niños solos ni 45 segundos"
Según destacó la pediatra Gisela Dibiagi, a un bebé no se lo puede dejar solo (ni en el auto ni en ningún lado), ni siquiera por unos poquitos instantes,
"Si me bajo dos minutos, lo llevo conmigo. Si es un lugar donde no puede estar o uno quiere evitar berrinches, por ejemplo, ni siquiera lo llevamos con nosotros y tratamos de acordar para que se quede con alguien. Pero a un chico no hay que dejarlo solo ni siquiera 45 segundos, y desde el momento en que uno se convierte en padre, hay que velar por la salud del niño", destacó la especialista.
Gisela, la pediatra mendocina que se convirtió en influencer en las redes por sus didácticos y divertidos videos. Foto: Gentileza Gisela Dibiagi
Rescataron a dos bebés del encierro de sus autos durante la ola de calor: cómo se debe actuar en estos casos
La pediatra cuestionó esa idea instalada de "por un ratito no va a pasar nada", y destacó que apenas unos segundos son suficientes para que se inicie un incendio o el auto sea robado, por detenerse en dos de los desenlaces más fatalistas.
"Dejar a un niño encerrado en un auto con 40º puede llevar desde la deshidratación y los vómitos a la asfixia o un paro respiratorio. Incluso, puede interrumpirse la llegada de oxígeno al cerebro y dejar secuelas neurológicas", se explayó.
También Dibiagi se refirió a las secuelas a nivel psicológico, sobre todo teniendo en cuenta que en esa temprana etapa de la vida se va gestando la salud mental y emocional de los niños.
"Muchos padres lo dejan porque está durmiendo, y creen que si van y vuelven rápido, no pasa nada. Ahora, imaginate que el bebé se despierta y ve que está solo, no ve a su figura de apego. También puede experimentar una figura de abandono y puede dejarlo marcado", reafirmó. Y cerró indicando que estos abandonos deberían ser penados.