"Ya hemos plantado un árbol. Hijos tenemos de sobra. ¡Solo nos falta escribir un libro!", reflexiona, con una simpática calma, Miguel Pallero (65) en el living comedor de su amplia casa de El Algarrobal (Las Heras) y mientras mira hacia la calle por la ventana. "Bueno, ¡la historia de nuestra vida podría ser tranquilamente un libro!", acota, también sonriente, su esposa, Nancy Pérez (67), entre mate y mate.
Este Día del Padre, Miguel recibirá saludos, felicitaciones y agradecimientos de todas partes. Por un lado, los que llegarán de Roxana, Ruth, Emanuel, Lorena y Pedro, sus cinco hijos mayores y quienes son fruto del primer matrimonio del hombre. Cuando su primera esposa falleció, Pallero se casó con Nancy, y allí nacieron Max Miguel y Vladimiro Horacio. Pero, como ya se dijo, Nancy ya tenía a sus primeros cuatro hijos, a quienes prácticamente había criado en soledad (Yésica, Cristian, Ivana y Fernanda). Es decir, Nancy y Miguel criaron a 11 hijos, y para todos, sin importar lo que dijese la biología, este flaco, morocho y querido personaje lasherino fue, es y será siempre su padre.
Pero, además -y en la práctica-, Miguel fue también el padre de cuatro de sus hermanos. En especial, luego de que a su progenitor lo mataran y Pallero tuviese que salir a trabajar con apenas 11 años para, como suele decirse, "parar la olla".
"Sigue siendo el padre de sus hermanos. El otro día uno de ellos vino a verlo y a pedirle opinión sobre un trabajo que había hecho, quería saber si estaba bien", acota, sonriente, Nancy. En pocas palabras, Miguel Pallero se cansará de escuchar "¡feliz día!" este domingo.
Miguel Pallero
Día del padre. Miguel Pallero, padre de 11 niños. Crio a los hijos de su primer matrimonio, los de su esposa y los que tuvieron juntos.
Ramiro Gómez / Los Andes
La familia sí se elige
Miguel Pallero es la rectificación de aquel conocido axioma que sostiene que "la familia no se elige". Porque, además de sus hijos biológicos, a él lo eligen a diario como padre los hijos de su esposa y sus hermanos. "Yo nunca tuve otro papá que no fuese Miguel. Y jamás lo consideré un padrastro", aclara Fernanda Pérez (35), la menor de aquella camada de hijos que tuvo Nancy con el padre biológico de sus primeros cuatro hijos. Cuando su madre y Miguel se fueron a vivir juntos, Fer solo tenía dos años.
Aunque hace poco más de un año a Miguel le amputaron su pierna izquierda -a raíz de una lesión que sufrió mientras soldaba y que se complicó por su diabetes-, quedarse sentado en su sillón no es una opción para Pallero. Ni siquiera había pasado un mes del accidente y de la colocación de una prótesis, y el hombre ya estaba de nuevo arriba de su camioneta, cargando sillas, mesas y vajilla para el emprendimiento familiar de banquetes que fundó hace casi 25 años y que hoy tiene a su hijo, Max al frente (aunque Pallero sigue activo).
Es el mismo emprendimiento con el que, en 2020 y antes de que comience la pandemia, prepararon empanadas, ensaladas y asado para más de 800 personas que llegaron a Mendoza para participar de un campeonato de fútbol del que participaron efectivos de la Policía Federal.
Día del Padre Miguel Pallero asado para 800.jfif
Padre Coraje: la historia de Miguel, su amor incondicional y los 15 "hijos" que crecieron a su lado. Foto: Gentileza
Antes de emprender en este rubro, Don Miguel trabajó 18 años en el desaparecido banco BUCI. Una vez que cerró, le ofrecieron seguir con los nuevos dueños. Pero él ya no quería saber nada. "Es difícil tratar a los bancarios", se sincera. Era el encargado del restaurante y del club.
"Tuve la oportunidad de irme a Estados Unidos con pasajes, estadía y una propuesta laboral cuando me fui del BUCI. Pero la rechacé, porque para mí la familia es todo, mis hijos son todo", resume, y se le quiebra la voz por el llanto contenido.
Incluso, inquieto como es, Miguel también estuvo al frente de una cooperativa integrada por personas desempleadas. Y, juntos, todos trabajaron en pos de ayudar a quienes más lo necesitaban y avanzaron en la construcción de espacios comunitarios en la zona del Algarrobal e inmediaciones.
Miguel Pallero
Día del padre. Miguel Pallero, padre de 11 niños. Crio a los hijos de su primer matrimonio, los de su esposa y los que tuvieron juntos.
Ramiro Gómez / Los Andes
De amor y armas
Miguel Pellaro y Nancy Pérez se conocieron por medio de la hermana de ella a principios de los '90. Pero recién cuando la mujer se separó del padre de sus primeros cuatro hijos y él enviudó, empezó a florecer el amor entre ambos.
"Yo nunca formé una familia con el padre de mis hijos. De hecho, él nunca siquiera quiso darles el apellido. Y, cuando me separé, empezaron las amenazas", rememora Nancy, o "Negrita", como le llama cariñosamente Miguel.
Aunque Miguel nunca ocultó su amor por Nancy, la mujer -al principio- trataba de esquivarlo.
"Miguel me contó que se iba a casar con otra mujer, y la misma mañana del día en que se casaba me llamó por teléfono y me dijo que, si yo se lo pedía, él no se casaba. Yo le dije que se tenía que casar porque no podíamos estar juntos. No era porque yo no lo quisiera, sino porque el padre de mis hijos le había puesto un arma en la cabeza a una de mis hijas y me había dicho que la iba a matar si yo me iba con otro. ¡No estábamos juntos ya, pero él me tenía amenazada!", repasa Nancy, y su cuerpo se sacude inconscientemente de solo rememorar ese momento. Un año estuvieron viviendo bajo el mismo techo, rodeados de una atmósfera de miedo y de desprecio de ella hacia él.
En el "No" forzado de Nancy Pérez, tanto ella como Miguel sabían que había un "Sí" encubierto y eclipsado por las amenazas. Por ello fue que Pallero decidió enfrentar la situación, y lo hizo como si aquel distrito de Las Heras se hubiese convertido -al menos por unas horas- en el Lejano Oeste.
"Me salió el Pallero de adentro y un día me fui a la casa de Nancy. Sabía que estaba este tipo y quedamos los tres sentados en la misma mesa. Yo sabía que él había amenazado a una de las hijas con un arma, por lo que lo miré y le dije: 'usted saca y yo saco'. Él tenía una 9 mm y yo tenía un 38. Y le dije: 'es ella quien tiene que decidir con quién y cómo quiere vivir'", recapitula Pallero,
"No lo pensé mucho y respondí que quería vivir con Miguel", interrumpe Nancy. Acto seguido, Pallero le señaló al violento la puerta de casa para que se retirara y no regresara más. Sin decir ni una palabra ni levantar la vista, el padre de los primeros cuatro hijos de Nancy se puso de pie y se retiró.
"Miguel ha sido un buen padre. Se encargó de darle todo a mis hijos, de que pudiesen estudiar y que nunca les faltara nada", agrega la mujer.
Ya todos juntos, como familia, Miguel y Nancy tuvieron dos hijos más. Se terminaba de conformar el ensamble con "los tuyos, los míos y los nuestros". Y llegaron a vivir los 11 en una casa que tenía solo dos dormitorios hasta que pudieron mudarse a su vivienda actual.
"Los más chicos dormían con nosotros y los otros en una habitación llena de cuchetas", describe el matrimonio. Luego crecieron, los "pichones" se hicieron adultos y volaron a sus propios hogares. Incluso, Roxana (hija mayor de Miguel con su difunta esposa) y Cristian (segundo hijo de Nancy antes de conocer a Miguel) se casaron y formaron su propia familia.
Miguel Pallero
Día del padre. Miguel Pallero, aquí junto a sus nietas, es padre de 11 niños. Crio a los hijos de su primer matrimonio, los de su esposa y los que tuvieron juntos.
Ramiro Gómez / Los Andes
Un padrazo
A los 11 hijos que criaron bajo las alas de la feliz pareja, se suman cuatro de los hermanos de Miguel Pallero (en total, eran ocho hermanos) a quienes acompañó y ayudó como si fuese su padre. Tito, María (ya fallecida), Gastón y Orlando encontraron una figura protectora y de referencia en Miguel.
"Para mí no existe el no se puede y me siento bien, siento que vivo la vida. Mis hermanos y mis hijos no pueden decir que no cumplí como papá", piensa en voz alta y con tono reflexivo Pallero.
Aprovechando el silencio contemplativo que hace Miguel, Nancy complementa la idea. "Todos mis hijos, los de él y los nuestros tienen casa, gracias a Dios. Miguel luchó y ayudó mucho a todos por igual, sin excepción", acota la mujer.
"Siento que todavía no les he enseñado todo a mis hijos, les falta y lo voy a seguir haciendo", concluye.