El fallecimiento del doctor Cristian Buchrucker, historiador de reconocido prestigio y figura clave en el desarrollo de la disciplina en el país, provocó una profunda consternación en el ámbito académico.
Especialista en temas de historia contemporánea, abordando ideologías y conflictos del siglo XX, el docente e investigador fallecido el domingo dejó una profunda huella en la educación de la provincia. Publicó numerosos libros y fue una figura clave en la formación de nuevos investigadores.
El fallecimiento del doctor Cristian Buchrucker, historiador de reconocido prestigio y figura clave en el desarrollo de la disciplina en el país, provocó una profunda consternación en el ámbito académico.
Nacido en Viena, Austria, en 1945, se especializó en temas de historia contemporánea, abordando ideologías y conflictos del siglo XX. Realizó sus estudios de Doctorado en la Universidad Libre de Berlín, destacando por su tesis sobre la relación entre el nacionalismo y el peronismo.
De regreso a la Argentina, fue investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). También se desempeñó como investigador en la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (CEANA), creada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, entre 1997 y 2002.
De sobresaliente formación académica, fue Titular de la cátedra de Historia Contemporánea desde 1986 hasta su jubilación en 2014, investigador principal del CONICET y dedicó su labor académica al estudio de la historia de las ideologías, los nacionalismos y las relaciones internacionales del mundo contemporáneo. Su producción intelectual supera las cincuenta publicaciones.
Participó activamente en congresos y jornadas científicas, contribuyó a la creación de institutos de investigación y desempeñó un papel fundamental en la formación de nuevas generaciones de investigadores.
A lo largo de su trayectoria, sostuvo un firme compromiso con los valores democráticos, el pluralismo y el antidogmatismo, principios que impregnaban tanto su investigación como su práctica docente. Quienes tuvimos el privilegio de ser sus alumnos y discípulos lo recordamos por sus clases rigurosas pero amenas, en las que combinaba la erudición con una capacidad pedagógica singular. Solía decir que “la ciencia no tiene por qué ser aburrida”, y esa convicción guiaba su enseñanza y su trato con los estudiantes. Su partida nos deja un espacio difícil de llenar pero al mismo tiempo un legado académico y humano que perdurará en la memoria de la Facultad y de todos quienes aprendimos de él.
Fuente: UNCuyo / Wikipedia.