La idea de una docente que se convirtió en el hogar de 12 chicos en Godoy Cruz

En plena pandemia, Anabelia Demarque fundó el hogar Nazaret, que contiene a niños judicializados. Su desinteresado aporte fue reconocido por la Legislatura.

Demarque pasó de los proyectos a la acción para ayudar a los niños. | Foto: José Gutierrez / Los Andes
Demarque pasó de los proyectos a la acción para ayudar a los niños. | Foto: José Gutierrez / Los Andes

Cuando en 2020 el mundo se dio vuelta a raíz de la pandemia de Covid-19, Anabelia Demarque, oriunda de General Alvear y radicada en Godoy Cruz, supo que algo concreto debía hacer frente a todo lo que contemplaba a su alrededor. Como docente y licenciada en Gestión Educativa, supo que era momento de replantearse aspectos como la fraternidad en medio de tanta fragilidad mundial. Lo primero que hizo fue armar un equipo.

Pensó también en brindar respuesta a los chicos que quedaban en el medio de un mundo virtual, revolucionado, vulnerable. Las primeras acciones que llevaron a cabo como conocedores de los derechos de los niños, ya que siempre la temática les resultó interesante, fue comenzar a armar una red y actuar. Simplemente actuar sin quedarse en proyectos en el aire.

“Muchas veces uno proyecta pero lo va dejando para más adelante. En este caso, me di cuenta de que había que hacer algo concreto y en el momento”, recuerda. Así, Anabelia fundó el hogar de niños y niñas Nazaret, que es una obra de la fundación Manos Abiertas de Mendoza y que brinda cuidado y albergue a niños de cero a 5 años en situación de guarda judicial, reconociendo la importancia de la infancia en el desarrollo humano.

La institución lleva exactamente tres años de trabajo intenso, silencioso y esforzado en pos de niños cuyos derechos han sido vulnerados o que se encuentran en situación de vulnerabilidad. El hogar Nazaret, ubicado en Godoy Cruz, recibe a pequeños que están bajo medidas judiciales de guarda, brindándoles un ambiente familiar y un enfoque interdisciplinario.

Merecido reconocimiento

Emocionada por el reconocimiento que le brindaron días atrás en la Legislatura, Anabelia recuerda sus inicios y asegura que sintió un voto de confianza, un compromiso enorme y una cuota de esperanza.

Los datos que registra Mendoza en cuanto a menores institucionalizados, de cero a 18 años, son elocuentes: el año pasado sumaban 680. “Algo teníamos que hacer y lo logramos”, repasa esta docente, en diálogo con Los Andes. Y señala que el lugar cuenta hoy con 12 chicos, 139 voluntarios; cuatro empleados contratados y un presupuesto mensual de 3 millones de pesos, de los cuales el 15% proviene del Estado.

El hogar Nazaret cuenta con un equipo interdisciplinario para asistir y contener a los pequeños que allí se alojan. Su fundadora está al frente, atenta a cada detalle. | Foto: José Gutierrez / Los Andes
El hogar Nazaret cuenta con un equipo interdisciplinario para asistir y contener a los pequeños que allí se alojan. Su fundadora está al frente, atenta a cada detalle. | Foto: José Gutierrez / Los Andes

“Con esto quiero decir que debemos responder a muchos aspectos, por eso nos dividimos en comisiones. Siempre digo que somos como una gran familia donde, a la hora de sacar números, hacemos malabares en forma paralela a la atención diaria que todo niño merece, desde la escuela, las tareas, la alimentación y también los límites”, señala Anabelia.

El hogar tomó el ejemplo inicialmente de la sede de Córdoba, que tiene 15 años de trayectoria.

“Las áreas son muchísimas y nos dividimos por rubros. Vontamos con psicólogos, docentes, psicopedagogos, médicos y hasta nutricionistas, todos trabajando ad horonem tres horas por semana cada uno”, agrega la fundadora. Y advierte: “Para ser voluntario, el postulante debe pasar por varios pasos previos, desde antecedentes penales hasta aspectos de su vida personal o laboral. Es una gran responsabilidad”.

Las paradojas de la vida: Anabelia no es mamá biológica, pero siente que cada uno de sus chicos son sus hijos. Que su deber es actuar con firmeza y a la vez dedicación, convencida de que los límites son necesarios. “Necesitamos criterios consensuados, orden y límites. Somos un disco rayado. Enseñamos y también aprendemos”, reflexiona.

Agrega que la matrícula es dinámica y se va renovando toda vez que los chicos son dados en adopción o, en algunos casos, regresan con sus familias biológicas.

El hogar Nazaret necesita más voluntarios. Nunca son suficientes, asegura su fundadora. También requiere la colaboración para hacer frente a la gran cantidad de compromisos que deben asumir. “Contamos con la ayuda de particulares y empresas, pero las necesidades son muchas. Suelo decir que 500 familias deben colaborar para sostener el hogar y representa un enorme desafío”, concluye.

Recibir, cuidar, contener

El reconocimiento del pasado lunes llegó por parte de los legisladores representantes del bloque de La Unión Mendocina, quienes destacaron la labor de Anabelia al recibir y cuidar a niños en situación de judicialización, proporcionando un ambiente cálido y un abordaje completo.

Foto: José Gutierrez / Los Andes
Foto: José Gutierrez / Los Andes

El hogar busca que los chicos que están institucionalizados no vayan a otra institución. “Queremos familias para ellos, una familia en donde cada niño va a tener su espacio, su ropa. Ellos ya vienen de situaciones muy tristes, no tenemos por qué replicarlo, queremos que vivan en una familia”, reitera Anabelia.

Y recuerda que, para aquellos que desean ser voluntarios, el proceso comienza con un taller informativo obligatorio. Luego, un miembro del equipo realiza una entrevista personal y se requiere un certificado de buena conducta. Los voluntarios pueden elegir el área en la que desean participar después de recibir información completa y deben comprometerse a dedicar al menos tres horas a la semana al hogar.

El hogar Nazaret es parte de la fundación Manos Abiertas, que se fundó en 1992 y funciona en 11 provincias. El objetivo de este espacio es asistir a niños en donde sus derechos han sido vulnerados o en donde están en estado de vulnerabilidad.

El hogar mendocino recibe a niños con edades entre cero y 5 años y que están en guarda, debido a que no pueden permanecer en sus hogares por medidas judiciales.

“Empezamos la búsqueda de un espacio para que funcione este hogar, hasta que finalmente en Godoy Cruz, en la calle Juan Gualberto Godoy al 95, dimos con una casa preciosa donde actualmente funciona. Todos nuestros niños son derivados por la Dirección General de Protección por estar en esta situación judicial y hasta que no se resuelva viven allí”, comenta.

Demarque indica que todas las personas que componen el hogar tienen formación específica. La vicepresidenta, Nancy Caballero, la reconocida psicóloga y psicopedagoga, también dejó su mensaje en el emotivo acto en la Legislatura.

En esa oportunidad, cerró el encuentro el senador Rolando Baldasso, quien puso en valor la tarea que realizan colaboradoras y colaboradores del hogar. “Es muy valioso el tiempo que ustedes le entregan a otras personas. Son ustedes quienes realizan esta tarea transformadora y formadora. Es nuestro deseo todos estos chicos logren mejorar su vida”, indicó el legislador.

Cómo ayudar

Contactos: 2615618538 / 2616514744. Alias Manos.Abiertas.Mza

Mercado Pago: MANOSABIERTASMZA.MP. Mail: recursos.mza@manosabiertas.org.ar

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