La droga de reciente incorporación al mercado mundial, y que ha sido considerada una verdadera revolución, la semaglutida, ya está en Argentina con la marca Wegovy
El desarrollo ha sido calificado como “droga mágica”: ¿lo es? A quiénes está destinado este nuevo tratamiento que además mejora la salud cardiovascular
La droga de reciente incorporación al mercado mundial, y que ha sido considerada una verdadera revolución, la semaglutida, ya está en Argentina con la marca Wegovy
El tema deja mucha tela para cortar: ha sido tema de charlas, debates y publicaciones los últimos años por la gran expectativa que ha generado. Es que ofrece un tratamiento para una patología considerada pandemia y que es una alternativa viable para muchas personas que no han tenido éxito con otros tratamientos.
En Argentina fue lanzada oficialmente el martes, en un evento al que fue invitado Los Andes y del que fueron partes renombrados referentes especialistas en salud y, en particular, en el tratamiento de la obesidad.
Con la marca original Wegovy, del laboratorio Novo Nordisk, se trata de una medicación que ya tiene años de uso en otras partes del mundo y ha sido usada para tratar la obesidad y el sobrepeso por 20 millones de personas.
Originalmente usada para tratar la diabetes con su marca Ozempic, ahora el laboratorio desarrollador lanzó al mercado local su presentación especialmente formulada para personas con obesidad.
Cuáles son los aspectos esenciales que hay que saber sobre esta nueva estrategia que ha generado tantas expectativas y qué opinan los especialistas.
La apuesta es fuerte ya que los estudios han demostrado un descenso de peso prometedor para una patología pandémica, asociada a otras enfermedades que afectan la calidad de vida de las personas e implican diversos riesgos para su salud. En el país, 6 de cada 10 personas mayores de 18 años viven con sobrepeso u obesidad. La obesidad está asociada a más de 200 posibles complicaciones de salud, que incluyen diabetes tipo 2, enfermedades del hígado, hipertensión arterial, colesterol elevado y ciertos tipos de cáncer. Además, se estima que la obesidad incrementa en 55% los riesgos de desarrollar depresión.
“Las personas con obesidad a menudo enfrentan estigma y discriminación, lo que además impacta en su salud mental. Perder peso no es simplemente una cuestión de voluntad o de cambiar los hábitos alimenticios; implica una interacción compleja de factores socioculturales, económicos, genéticos, metabólicos, ambientales y psicológicos, que requieren un enfoque integral para su prevención y tratamiento”, advierten desde el laboratorio.
En tanto, 19% de muertes por enfermedad cardiovascular son debidas al índice de masa corporal (IMC) elevado y 70% de muertes en personas con sobrepeso y obesidad son por enfermedad cardiovascular. Por esta causa, en las últimas dos décadas, se triplicó la mortalidad cardiovascular asociada al sobrepeso y a la obesidad.
El laboratorio detalló además que las personas con obesidad incurren en un 27% más de costos por visitas al médico y gastos ambulatorios, 46% más de costos de internación y 80% de gastos en fármacos para comorbilidades.
Con el desarrollo, se logró descifrar el funcionamiento de la hormona GLP-1, que tiene el organismo naturalmente, y obtener en el laboratorio análogos que replican su funcionamiento.
Los estudios dan cuenta de que 1 de cada 3 pacientes pierde hasta un 20% de su peso corporal y 17% como promedio general. Pero además, se ha observado que su uso tiene fuerte impacto en la mejora de la salud cardiovascular incluso antes de observarse resultados notorios en el descenso de peso.
El doctor Ernesto Duronto es médico cardiólogo y participó de los ensayos clínicos realizados en el país. Relató en la presentación que observó una mejora en los parámetros de salud, una reducción de las dosis necesarias para controlar problemáticas de este tipo como la hipertensión y menos internaciones. Por todo esto es que también advierten que puede contribuir a reducir los riesgos de mortalidad de estos pacientes. Es que en los estudios se demostró que redujo un 20% el riesgo de eventos cardiovasculares mayores (infarto, ACV y muerte cardiovascular).
Tal cual explicó la médica especializada en Nutrición Mónica Katz, ese 20% de descenso de peso es suficiente para mejorar radicalmente los parámetros de salud de las personas. De hecho, aseguró que con esto se logra controlar la diabetes.
“Además, bajás la inflamación, porque bajás peso y grasa, y luego mejorás todo, la inflamación en todo el cuerpo, partiendo de el corazón, las coronarias, del hígado, del riñón, del páncreas, del cerebro, de la médula ósea”, enumeró la experta. En ese sentido explicó que “la persona con obesidad tiene mucha grasa en la médula ósea, con lo cual todo su sistema de defensa está alterado, tienen trastornos inmunológicos, por eso son los que más se murieron en el Covid”.
El reconocido médico Albero Cormillot, de larga experiencia en el tema, fue parte de la presentación. Hizo un raconto de todas las estrategias que se han usado para controlar la obesidad, incluso el corset, y consideró que el impacto de esta nueva molécula para la medicina es equivalente a la aparición de la penicilina.
Dijo que tiene pocos efectos secundarios, pocas contraindicaciones y buenos resultados. El riesgo que ve al dar tan buenos resultados es que la gente se confíe y no haga los cambios que debe hacer y mencionó, por ejemplo, el riesgo de perder masa muscular por no hacer ejercicio.
“Estamos en presencia de un gran medicamento pero no lo estropeemos sin hacer el resto de las necesidades o dejar de tomar los medicamentos indicados para otras patologías”, remarcó.
Katz se refirió a los mecanismos de acción de esta sustancia: “Lo primero que hace es que el estómago mantiene más tiempo la comida adentro, es decir, enlentecemos el vaciamiento del estómago. Con menos comida, te sentís más lleno. Por otro lado, enlentecemos la velocidad de motilidad intestinal, con lo cual la comida está más tiempo en el intestino, se absorbe más. Tenés menos hambre con menos comida y por eso es que no se requieren suplementos con vitaminas”.
Pero además logra encender otros mecanismos: “Hace otra cosa maravillosa, enciende la corteza frontoparietal, el cerebro ejecutivo, el cerebro que toma decisiones, mi capacidad de decir, Mónica, no comas más”.
Señaló que en la persona con obesidad hay una demora en ese encendido. Pero agregó una tercera arista y es que “apaga un poco el cerebro hedónico, el cerebro del placer, el cerebro límbico”. Detalló que en las personas con esta particularidad cuando están frente a la comida se les activa el cerebro más reptiliano, más impulsivo, y eso hace que estén muy dispuestos a comer más. La semaglutida entonces baja el estímulo de estas zonas del cerebro impulsivo.
Una encuesta a más de 500 pacientes reveló que, tras iniciar el tratamiento con esta medicación, los participantes experimentaron una reducción significativa del ‘ruido alimentario’ -que es el flujo constante de pensamientos no deseados e intrusivos sobre la comida - además de mejoras notables en su bienestar mental y estilo de vida.
Cuando comenzó a hablarse sobre esta nueva apuesta farmacológica y a diseminarse su uso, comenzó a hablarse de una droga “mágica”. Es que se obtuvieron resultados cuando antes no se podía. Sin embargo, lo primero que advierten los profesionales y expertos es que no hay magia. En primer lugar, no es para cualquier persona, pese a que según se ha visto, han llegado a usarla personas que no tienen un problema de peso y su conocimiento se disparó aún más cuando la usaron muchos famosos. Pero lo cierto es que hay una indicación precisa para determinados pacientes que debe estar indicada por un médico, con un seguimiento adecuado y cuya venta es bajo receta.
Pero además, no se trata solo de ella: se advierte que es fundamental incorporar hábitos saludables porque no se trata solo de peso, se trata de una cuestión de salud. Por ello, es sustancial hacer un cambio de hábitos alimentarios, tener una dieta saludable y equilibrada y realizar actividad física.
“La molécula es genial, pero no te mueve los brazos, la gimnasia la tenés que hacer vos, y no mejora tu angustia, la gestión de emociones, el ejercicio son complementos de la semaglutida, que te ayudan a adherir al tratamiento muchísimo”, destacó Katz.
“Lograr un manejo saludable del peso comienza siempre con una consulta médica. El especialista indicará los estudios necesarios y, junto al paciente, construirá un programa realista y sostenible en el tiempo, diseñado a la medida de sus metas y circunstancias individuales”, sostuvo el doctor Santiago Gómez Centurión, médico clínico, referente en obesidad y director de Focus Nutrición y Salud.
“El abordaje integral del peso contempla, en mayor o menor medida, la educación alimentaria, la incorporación de ajustes en la dieta, una vida activa con ejercicio físico, dormir mejor y aprender a regular el estrés y las emociones, entendiendo el verdadero motivo por el que comemos en cada momento. A todo esto, se suman los avances terapéuticos, como la semaglutida, que marcan un antes y un después en el tratamiento, pero que no sustituyen a los demás ejes del proceso”, agregó Gómez Centurión.
“De ninguna manera es un tratamiento mágico. Toda persona que se somete a un tratamiento para poder bajar de peso le cuesta mucho, implica mucha voluntad, mucha perseverancia. Esto es una ayuda que va a ir acompañada de la actividad física y del cambio de hábitos alimentarios. Sin esto, no va a ser exitoso el tratamiento”, señaló a Los Andes la licenciada en Nutrición, Cecilia Llaver.
El medicamento está indicado para el control del peso corporal en combinación con una dieta reducida en calorías y un aumento de la actividad física en adultos con obesidad, con IMC superior a 30. También en adultos con sobrepeso en presencia de al menos una comorbilidad relacionada con el peso. Está indicado además en adolescentes con obesidad, a partir de los 12 años, en cuyo caso advierten que la reducción del peso es menor que en los adultos. Aunque se han entablado conversaciones, por ahora, la nueva presentación no tiene cobertura por parte de obras sociales y prepagas.
Gustavo Allievi, director de Acceso al Mercado de Novo Nordisk Argentina, planteó que ya ha sido usada por más de 20 millones personas en el mundo lo que,además de los estudios habituales realizados, es un plus de amplia farmacovigilancia que garantiza eficacia y seguridad.
Por otra parte, el respaldo también está dado por la aprobación de las principales agencias reguladoras, tanto la FDA en Estados Unidos, como la EMA en Europa y ahora la Anmat en Argentina.
Katz mencionó que los efectos secundarios de la semaglutida son gastrointestinales como náuseas, diarrea o constipación. Señaló que generalmente remiten cuando el paciente comienza a acostumbrarse. Se refirió también a relatos al respecto, sobre todo por parte de influencers en las redes sociales. “Hablan de efectos secundarios que no son ciertos. Hay quienes hablan de cara de Ozempic, eso da mucha risa, si bajas de peso, cambia la cara porque perdés grasa y eso pasa también con otros métodos como la cirugía bariátrica”.
Allievi dijo que la compañía ha desarrollado avances en los aplicadores y por eso viene en lapicera con aguja muy fina, una manera amigable de fácil aplicación - que aplican los mismos usuarios- y que, al dar más comodidad, genera mayor adherencia al tratamiento con resultados efectivos. Se aplica una por semana.
Viene en 5 presentaciones: de 0.25 mg, 0.5 mg, 1 mg, 1.7 mg y 2.4 mg, que es la dosis de mantenimiento. Respecto del tiempo de uso, no hubo acuerdo pero en general creen que lo ideal es sostener una dosis de mantenimiento una vez logrados los resultados. De todas formas señalaron que lo que se ha visto con la suspensión es que, si bien hay una ganancia de peso, esta no vuelve a ser igual a la original.