La nueva droga para la obesidad ha sido una verdadera revolución y ha generado grandes expectativas. Si bien hace tiempo que este tratamiento se usa en otras partes del mundo, es inminente su ingreso a la Argentina, lo que disparó el furor.
La promesa del descenso de peso en un contexto de pandemia de obesidad genera expectativas, pero también abusos donde ya se usa. Para quiénes está indicada.
La nueva droga para la obesidad ha sido una verdadera revolución y ha generado grandes expectativas. Si bien hace tiempo que este tratamiento se usa en otras partes del mundo, es inminente su ingreso a la Argentina, lo que disparó el furor.
La semaglutida ya se utilizaba como tratamiento para la diabetes y estaba disponible en el mercado argentino. Luego se descubrieron sus virtudes para tratar la obesidad, administrada en mayores dosis y es lo que llegará ahora. Tras el ingreso de esta nueva presentación al mercado mundial, las expectativas se vieron potenciadas por la promoción de sus beneficios por parte de personalidades famosas como Elon Musk, Lady Gaga y Kim Kardashian.
Es que sí, la promesa del producto es fuerte, la pandemia de obesidad está instalada y la esperanzas de muchos de recuperar su salud y calidad de vida alientan emociones.
Pero, aunque muchos han llegado a calificarla como “mágica”, el asunto es que no hay magia. La droga es una promesa pero hay que hablar de su cara y contracara: no es para cualquiera, se requiere esfuerzo y compromiso y, como suele suceder con estas cosas, se ha caído en abusos que pueden ser perjudiciales para la salud.
La semaglutida fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) en agosto de 2023, suficiente para disparar su fama local, ya ganada a nivel internacional. En aquel entonces se hablaba de que habría que esperar al menos un año para que ingresara a Argentina y esto estaría por hacerse efectivo: se anticipa que estará en el mercado local en el último cuatrimestre de 2025.
El nombre comercial es Wegovy, del laboratorio Novo Nordisck Pharma. Con la marca Ozempic se ha vendido el tratamiento para la diabetes tipo 2 con dosis de hasta 1 miligramo. La nueva presentación inyectable para tratar sobrepeso y obesidad tendrá una dosis de hasta el triple.
Los interesados no son pocos. Si el sobrepeso y la obesidad preocupaban antes de la pandemia de Covid, tras esta y, con algunos cambios en la dieta y la forma de vida como el trabajo híbrido y una mayor digitalización, los especialistas consideran que va en aumento y se manifiestan preocupados. Es que la obesidad es una enfermedad que trae consigo una serie de patologías comórbidas, que afecta la salud de las personas, su calidad de vida e incluso sus expectativas de vida.
De acuerdo a los últimos datos disponibles (prepandemia), en Mendoza tienen obesidad 25% de los adultos, es decir uno de cada cuatro. El aumento ha sido sostenido ya que era 16,2% en 2005 y pasó a 20,5% en 2013. En Argentina el aumento ha sido similar: llegó a 25,3% en 2018. Un relevamiento más exhaustivo, con mediciones físicas y no por autoreporte, elevó el dato a 32,4%. Pero la realidad que perciben en los consultorios, tal cual se alertó tras la pandemia, es que el impacto se ha profundizado. Según la Sociedad Argentina de Nutrición, más de 6 de cada 10 adultos en Argentina tienen sobrepeso u obesidad.
Los especialistas consideran que esta es una nueva oportunidad para quienes no han tenido éxito con las alternativas vigentes. Los consultados creen que la nueva droga es prometedora y la diferencian de la oferta actual.
El producto promete un buen descenso de peso, paulatino, con menos efectos adversos que los tratamientos existentes y con la comodidad de ser inyectable y auto-administrable en una dosis semanal.
Pero no es que esté indicada para cualquier persona con sobrepeso u obesidad. La aprobación de la Anmat detalló que está indicada para personas con obesidad y personas con sobrepeso que ya tengan alguna patología comórbida, como dislipidemia, hipertensión, diabetes o alguna otra alteración metabólica. El doctor Jorge Pujol, médico clínico y deportólogo especialista en obesidad, sumó que también es muy beneficiosa para personas con cirugía bariátrica o by pass gástrico que hayan vuelto a tener aumento de peso.
“Las perspectivas, desde mi punto de vista, son buenas. Hay personas que generalmente han probado otros medicamentos, muchos han dado resultados, otros no. Es una nueva posibilidad de tratar la obesidad en pacientes que, lógicamente, tienen que seguir además del tratamiento médico, el tratamiento nutricional, la actividad física como complemento y la ayuda psicológica para la aceptación y la continuidad del tratamiento”, opinó en una nota con Los Andes, la licenciada en Nutrición, Silvina Rodríguez.
Se ha estudiado que la sustancia baja el riesgo de eventos cardiovasculares serios como ataque cerebral, infarto o muerte en adultos que también tienen enfermedades cardíacas.
Otro de sus beneficios es que la comodidad de la aplicación favorece la adherencia al tratamiento. Su presentación inyectable viene en una caja con cuatro aplicaciones para todo el mes.
Se le atribuye un buen descenso de peso paulatino y la promesa de perder al menos 12% del peso corporal en un año. “Es una lapicera similar a la insulina”, explicó la licenciada Cecilia Llaver, decana de la Facultad de Nutrición de la Universidad Juan Agustín Maza. Agregó que las personas con obesidad que pueden ser usuarias tienen un índice de masa corporal igual o mayor a 30.
Pero nada es tan simple, no es que sea para cualquier persona sino que se debe cumplir con ciertas características, estar indicada por un médico y tener acompañamiento. Como todo tratamiento para esta enfermedad, el éxito requiere modificar conductas y sostener la adhesión a un abordaje integral. Pero además, habrá que hacer algún esfuerzo que demuestre el compromiso ya que es fundamental adherir al tratamiento, que incluye comer bocados pequeños.
“De ninguna manera es un tratamiento mágico. Toda persona que se somete a un tratamiento para poder bajar de peso le cuesta mucho, implica mucha voluntad, mucha perseverancia. Esto es una ayuda que va a ir acompañada de la actividad física y del cambio de hábitos alimentarios. Sin esto, no va a ser exitoso el tratamiento”, señaló Llaver.
“Lo que nos preocupa es que se lo difunda como una droga mágica porque enciende en las personas una expectativa de que este fármaco puede resolverlo todo y, en realidad, la selección cuidadosa del candidato para este tipo de farmacoterapia la hace el médico acompañado de un equipo interdisciplinario”, apuntó la licenciada Alejandra Mellado, quien fuera directora del Programa de Obesidad de la Provincia.
“El asunto es que este medicamento produce una sensación igual a la del bypass gástrico cuando te operan el estómago. Es decir, no podés comer bocados grandes, tenés que comer bocados muy chiquititos. Los efectos secundarios son crisis de náuseas, vómitos y diarreas, generalmente asociados a pacientes que se colocan las inyecciones pero siguen comiendo bocados grandes”, resaltó Pujol.
Hay otro punto a tener en cuenta en cuanto al acceso: el costo. Es que no es justamente “popular”. Por otra parte advierten que dado que la obesidad no es considerada una enfermedad en el país, probablemente muchas obras sociales y prepagas no la cubran. Menos en las condiciones actuales en que las prestadoras están reduciendo coberturas.
“Tiene un costo especial”, sostuvo Mario Valestra, presidente del Colegio farmacéutico de Mendoza, sin dar un número exacto. En Estados Unidos tiene un valor de US$1.300 al mes.
“Tiene que ser usado muy estrictamente bajo control médico, creo que por ahí, sin el conocimiento ideal, se ha hecho un sobreabuso de la semaglutida”, consideró Valestra.
Efectivamente lo que ha sucedido es que personas que no cumplen con las indicaciones incluso sin un sobrepeso que lo amerite han apelado al producto. En Estados Unidos ha sido tal la demanda que ha llegado a haber faltantes.
Aunque muchos la han usado sin necesidad real, la FDA, la Administración de Alimentos y Medicamentos del gobierno de los Estados Unidos ha advertido entre sus efectos secundarios la presentación de dolor de cabeza, fatiga, indigestión, mareos, distensión abdominal, flatulencia, gastroenteritis y enfermedad por reflujo gastroesofágico.
El área ha señalado además que puede implicar riesgo potencial de tumores de tiroides en algunos pacientes con determinados antecedentes familiares, por lo que es sustancial la evaluación profesional.
Un informe de la BBC además hace referencia a que la pérdida de peso rápida también puede hacer que la piel pierda colágeno y elastina. Explica que esto provoca lo que algunos medios han llamado la "cara de semaglutida", con un aspecto demacrado.