Un brote de fiebre tifoidea alarmó a los vecinos de la localidad bonaerense de Ciudadela, donde al menos diez personas contrajeron esta enfermedad infecciosa provocada por alimentos o agua contaminados con la bacteria Salmonella Typhi. Cuatro de los pacientes debieron ser internados en hospitales porteños y, en las últimas horas, se confirmó el fallecimiento de una mujer en una clínica de San Martín.
Según informaron medios locales, la mujer era familiar de algunos de los casos confirmados y había asistido al centro médico con síntomas compatibles con esta patología. Los contagios se detectaron en dos edificios ubicados en una misma manzana de Ciudadela. Desde el comienzo de la investigación, la sospecha principal recayó sobre el agua que consumían los vecinos.
Al parecer, debido a un corte en el suministro, varios residentes habrían recurrido a agua de pozo. Ahora las muestras tomadas del entorno están siendo analizadas por especialistas en el Instituto Biológico Dr. Tomás Perón, ubicado en la ciudad de La Plata.
“Se encuentra en curso un brote de fiebre tifoidea en residentes de dos edificios contiguos de la localidad de Ciudadela, municipio de Tres de Febrero. Los resultados de laboratorio en muestras ambientales que permiten confirmar la fuente aún están pendientes en el Instituto Biológico Tomás Perón de la provincia de Buenos Aires”, detallaron este miércoles desde el Instituto Malbrán.
Fiebre tifoidea
La fiebre tifoidea es una enfermedad bacteriana sistémica que, aunque comienza afectando al intestino, puede diseminarse a distintos órganos si no se trata a tiempo. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Fiebre alta y persistente.
- Decaimiento general.
- Dolor abdominal.
- Náuseas.
- Diarrea.
- Erupciones con manchas rosadas en la zona del abdomen y el pecho.
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Si bien existe tratamiento, el cuadro puede derivar en complicaciones graves como perforación intestinal o infecciones generalizadas cuando no se realiza un diagnóstico oportuno. Además, el tratamiento recomendado se basa en la administración de antibióticos específicos. Según los especialistas, la recuperación depende en gran medida de la detección precoz y del acceso rápido a un tratamiento adecuado.