6 de abril de 2025 - 07:00

Federico Norte: "Mientras me dé la cabeza y el físico, no voy a dejar de ser meteorólogo"

La voz del tiempo en Mendoza se retiró de la actividad cotidiana pero no deja su pasión. Su amor temprano por la ciencia, el recuerdo del 24 de marzo de 1976, y la fecha que lo marcó y se repite en su vida.

Federico Norte ¿Quién en Mendoza no sabe de él? Es el meteorólogo que durante años dio el pronóstico en Radio Nihuil, es una de las voces del tiempo más reconocidas en la provincia. Es quien más conoce el tan típico viento Zonda que cada tanto sacude estas tierras. Es doctor en Ciencias Meteorológicas y ha sido investigador del Conicet, hizo su tesis doctoral justamente sobre este viento y creó la clasificación para determinar su intensidad. Incluso, una banda de rock mendocina tomó la mayor: Z4, para nombrarse. Tiene 74, y en octubre se retiró de las actividades diarias, pero asgura que nunca, mientras tenga fuerzas, dejará la meteorología, su pasión. Vive en Maipú junto a su esposa, una socióloga uruguaya, con quien tuvo 4 hijos: “un varón, que es ingeniero y tres mujeres: una psicóloga, otra traductora de Inglés y otra licenciada de Obstetricia”, resalta orgulloso.

En un diálogo ameno con Los Andes habló de su amor temprano por esta ciencia, el recuerdo del 24 de marzo de 1976 cuando iba a recibirse y la fecha que se repite en su vida y lo marcó.

-¿Dónde nació?

-Nací el 6 de marzo de 1951 en el Hospital Español. Ahí han nacido dos de mis hijas y muchos nietos míos. ¿Y sabe lo que descubrí? De maniático y fanático que soy. Me puse a ver qué pasaba en Mendoza con el tiempo ese día. Cuando yo nací, había Zonda en altura.

-Ha vivido en varias provincias ¿Dónde?

-Por el trabajo de mi papá, viví primero en San Juan, fui a la Escuela Sarmiento de San Juan. Después nos mudamos a Ezeiza un año y después lo trasladaron a Villa Mercedes, a San Luis, donde pasé parte de mi niñez y toda la adolescencia. Fui el abanderado de la escuela primaria y de la escuela secundaria.

-¿Dónde vivía en Mendoza cuando era chico ?

-Hasta los 5 años en la casa de mis abuelos, en la calle Montevideo y Chile. Y nunca me desconectaba de Mendoza, en las vacaciones de invierno o en las de verano veníamos a Mendoza, porque teníamos los primos y los abuelos. Mi mamá es de Mendoza, mi papá nació en Buenos Aires de casualidad, pero era sanjuanino.

- ¿Desde cuándo se interesó por estos temas?

-A mí me encantaba ver todo lo que pasa en la atmósfera y demás y desde los 11 años empecé a anotar. Mi papá me regaló un termómetro y anotaba la temperatura todos los días de mi vida en unos cuadernos y empecé a explicar. Después me regalaron un barómetro y después, un pluviómetro. Y como anécdota graciosa un día no llovió nada al almuerzo, el pluviómetro afuera marcaba 20 milímetros y mis hermanos se reían. Y yo decía: pero si no llovió nada. ¿Sabés lo que habían hecho? Le habían tirado una jarra con agua.

Federico Norte
Federico Norte. | Foto: Ramiro Gómez / Los Andes

Federico Norte. | Foto: Ramiro Gómez / Los Andes

- O sea que fue directamente a estudiar Meteorología.

-Pero en esa época, por la formación de mi padre y mi madre, si vos no eras militar, sacerdote, médico, abogado, ingeniero, no sabías nada. Y no tenían ni idea de que existía una carrera de meteorología. A tal punto que yo venía en el verano acá y yo ya estaba en el último año, y decían ‘pero a este chico no se sabe lo que quiere’. Yo siempre decía, quiero ser meteorólogo. Entonces me llevaron a una psicóloga que hacía orientación vocacional. Les dije que yo la tenía clara, que parecían Ciencias Exactas. Después me mandaron a la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Entré en el 69.

-Y se recibió.

-Así fue. Cuándo me tenía que recibir pensé ‘qué bueno, me voy a recibir el 23 de marzo, que es el Día Internacional de la Meteorología’. El profesor era militar, marino, y me dijo, el 23 es muy difícil porque no sé si voy a poder, vénganse el 24. Era el 24 de marzo de 1976. ¿Le suena? Entonces yo estaba repasando a las 2 de la mañana y me acuerdo que escuchaba radio. Ponían una canción que se llamaba Los pájaros de Hiroshima. Cambiaba de radio y era la misma música en todas las radios. ¡Qué raro!, pensé. Y a las 3 de la mañana ¡Chau Pájaros de Hiroshima! Las marchas militares. Hacía calor. Y me acuerdo que se empezaron a iluminar todos los edificios, a las 3 de la mañana como si fueran las 8 de la tarde, porque la gente empezó a comentar. Yo tiré los libros, pensé: ‘No me recibo más”. Yo tenía cosas pegadas a la pared, imagínense esa edad. Arranqué todo y me fui a la casa de mi amigo a unas cuadras. Cuando iba caminando por avenida Santa Fe, los tanques, los soldados.

-Pero pudo.

-Si. El profesor mandó a que me avisen que el día 10 iban a abrir la facultad, solamente para tomar los exámenes. Con un amigo nos recibimos ese día. Y en el acta lo hicieron figurar como si fuera el 23 de marzo.

Es una fecha que para mí tiene un doble significado. Porque yo tuve Covid. En marzo de 2021 iba a ser mi cumpleaños de 70, habíamos alquilado un lugar para festejar con la familia. Lo anulamos porque yo ya estaba con Covid y me internaron, quedé ahí 14 días, casi me intuban. Fue una cosa tan rara, es impresionante. Había un señor que estaba también con Covid en la misma pieza (...) se fue el día de Pascua. Me quedé helado. ¿Cuándo me dan el alta? Un 23 de marzo, era el Día Internacional de Meteorología. Yo soy muy creyente, tengo muchas anécdotas de cosas que me han pasado desde el punto de vista religioso. Y digo, bueno, si me devolvieron de nuevo para acá, yo tengo que hacer algo. Y si es el Día de la Meteorología es un mensaje de que yo, a partir de ahora, la meteorología la tengo que aplicar para ayudar a los demás. Yo siempre he dicho que cuando yo he jurado como licenciado primero y como doctor en Ciencias Meteorológicas, lo he hecho por Dios, la Patria y el Santo Evangelio. Y la Patria, aunque no les guste, somos todos nosotros. Tengo que darle a la Patria lo que me ha dado a mí.

-¿Por qué eligió hacer su tesis sobre el viento Zonda?

-Porque era el fenómeno menos estudiado y el que afecta a la población en forma marcada, aunque el mendocino no se dé cuenta.

-¿No había ninguna clasificación sobre el zonda antes de la que usted hizo?

En cuanto a la intensidad, no. Nosotros armamos una ley protocolo para proceder ante un evento de Zonda, ante eventos severos, como una tormenta, con dos o tres cosas que ocurren en el año que son severas. La presentamos en la Legislatura, pero la cajonearon.

-¿Cuándo se vino a vivir a Mendoza?

-En 1982 y viajé el día que Inglaterra atacó el crucero general Belgrano. Vine el 2 de mayo, no me lo olvido más, porque levanta el avión y se oscurece toda la ciudad de Buenos Aires, y cuando llegamos acá nos hacen cerrar todo. Decían que Inglaterra iba a atacar la Argentina, que iba a llevar la bomba atómica.

Eternamente meteorólogo

-¿Qué otras cosas ha hecho? ¿Y cómo es su vida ahora que se retiró?

-Ahora cuido nietos, que me encantan. He hecho biodanza y cuando me retiré de la actividad diaria empecé a hacer teatro. Hice tres o cuatro obras con un grupo ahí en el Cajamarca. Y actualmente estoy yendo a hacer gimnasia, que me encanta, con aparatos, esas cositas.

Sigo relevando información y soy consultor, hasta fin de año estuve asesorando un grupo de productores para el tema de las heladas. O sea, no sigo haciendo trabajo científico tipo paper, ni tampoco hago el pronóstico diario, pero soy un consultor y me encanta. Mientras pueda y me dé la cabeza y el físico, no voy a dejar de ser meteorólogo y no voy a dejar de ayudar a la gente que necesita, a la actividad agrícola o de otras formas que a veces me consultan también. Para mí lo del amor al prójimo es de verdad y yo lo hago desde lo que yo sé, mi objetivo es que la población sepa lo que es la meteorología. Y yo, con lo poco que sé, se lo quiero dar al pueblo donde yo nací, que es Mendoza

El cambio climático y los científicos

-¿Qué piensa de la situación actual en relación a los científicos?

-Que es un disparate, que tendrían que reconocer la actividad científica y sacarse los prejuicios de encima, porque la ciencia no es ideológica, aunque algunos la usan para fabricar armas, pero en este caso, decir que el cambio climático, que el calentamiento global no existe, o es una desviación ideológica, un disparate.

-¿Existe el cambio climático que niega el presidente Milei? ¿Y qué consecuencias tiene negarlo en este país?

-Y, mire lo que pasó en Bahía Blanca, le digo como último ejemplo. Eso es producto del cambio climático. Los parámetros que tenía Bahía Blanca, un rato antes de la tormenta, es lo mismo que había en Manaos, en el Amazonas, el aire ya no era tropical, que venía del sur del Paraguay, era amazónico, y se enfrentó con un efecto de aire polar, y choca en Bahía Blanca, por eso se produce eso, eso nunca había ocurrido, sale de los parámetros de la estadística, esos son los fenómenos extremos que empiezan a ser frecuentes, derivados del famoso cambio climático.

Este desastre es antropogénico, o sea, ha sido generado por el ser humano; ha habido fluctuaciones astronómicas del clima, pero si estamos entrando en un periodo de calentamiento natural, esto se ha incrementado en forma exponencial por el impacto del ser humano, por el consumo del petróleo, etcétera.

-¿Usted ve consecuencias del cambio climático puntualmente en Mendoza?

Totalmente, acá se van a acentuar las sequías, sin embargo hay gente que quiere usar el agua para otra cosa que no es para el riego o para el agua potable para la población. La montaña tiene cada vez menos nieve, los glaciares ya han retrocedido un montón. O sea, el agua está disminuyendo y es fundamental en Mendoza.

También ya se está notando un aumento en la temperatura, sobre todo las mínimas en la extensión de las ondas de calor, que también se producen en la montaña, y esas están produciendo el derretimiento. Otro cambio es que al ascender la isoterma de cero grado, en el lugar donde nevaba, se acumulaba la nieve en forma lenta, y después se va derritiendo. En ese lugar si había menos 2 y estaba nevando, ahora hay más 2. Usted va a morir de frío igual. Pero en vez de nevar, llueve. Al llover, y llueve como un chaparrón, esas piedras empiezan a ser arrastradas y se producen los aludes, que es lo que se ve en la ruta a Chile. Eso es consecuencia del calentamiento, que lo quieren negar, porque le han dicho a los empleados del Servicio Meteorológico que no mencionen el calentamiento global, ni el término cambio climático. Es una locura negarlo.

Los meteorólogos

-¿Fue cuestionado por hacer radio?

-Quizás en el Conicet no veían bien que un meteorólogo hablara por la radio. Eso fue el principio. Ahora no. Hay en todos lados. Aunque hay muchos que no son meteorólogos que hablan en los medios.

-¿Les cuesta un poco a veces bajar la información de los meteorólogos y son algo academicistas?

-Es difícil. No es fácil, pero creo que en todas las profesiones pasa lo mismo. Hay de todo. Pero yo creo que rompí eso.

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