Estudiantes de escuelas secundarias sumaron su opinión al ciclo Pilares

Sol Flores, de la escuela Tomás Alva Edison, Uma Arlandis, del Colegio Universitario Central, y Luciano Buzzaqui, de la Infanta Mendocina, fueron entrevistados para la tercera edición del ciclo Pilares de Los Andes, el cual estuvo dedicado a la educación y a lo que va a necesitar la misma para un futuro.

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Pilares es una mesa donde se debaten temas que pueden gestionarse de una forma diferente, con un desarrollo sustentable y con la vista puesta en el futuro de la región: el primero tuvo como eje Innovación y Talento, mientras que en el segundo se analizó la Matriz Productiva de Mendoza.

En esta ocasión, se reflexionó sobre políticas educativas, la realidad del sistema, la influencia de la pandemia y cómo debería actualizarse a las nuevas generaciones. Y para conocer el punto de vista de los estudiantes, como protagonistas, respondieron: ¿Qué docente te inspiró y por qué? ¿Sentís que lo que aprendés en la escuela te sirve como ciudadano? ¿Qué debería tener la escuela del futuro?

Las entrevistas fueron grabadas previamente y se utilizaron como puntapié inicial del debate de los panelistas invitados: José Thomas, Damián Ortiz, Ana Sisti, Laura Horta, Alejandro Castro Santander, María Cristina Mendoza y Augusto Bernasconi.

Docente que inspira

La primera pregunta fue ¿qué docente te inspiró y por qué? Sol Flores, alumna de la escuela Tomás Alva Edison, contó que la docente que más la marcó fue su profesora de inglés, que también estudiaba programación, que les dio una visión diferente a todo lo que veían y que gracias a ella le gusta programar y en inglés.

Uma Arlandis, del Colegio Universitario Central (CUC), fue más general y mencionó que muchos profesores la habían marcado durante su cursado tanto de la primaria como de la secundaria por lo atentos y amorosos que fueron. Señaló que algo importante que debe tener un profesor es la importancia de distinguir si un alumno baja su rendimiento académico debido a su salud mental.

Por último, Luciano Buzzaqui, de la escuela Infanta Mendocina, precisó que fue su profesora de lengua de primer año, Ivana Salas, quien más lo marcó cuando reconoció la habilidad que tenía para la poesía durante la clase de figuras retóricas. “Me dijo que tengo un gran futuro como poeta”, contó y agregó que si bien era bastante exigente, animaba a todos con esa exigencia. “Lo básico que tiene que tener un profesor es alentar, decirte que sos bueno en algo y eso te hace esforzarte más para lograrlo”, apuntó.

¿La escuela sirve?

En la segunda respuesta, Arlandis ponderó la alta calidad de su colegio y valoró que la formación “como una persona crítica, que se cuestiona”. Dijo que el colegio no les impone ideas, sino que les ayuda a crear su propio punto de vista “con toda la diversidad de pensamiento que pueda llegar a haber”.

Buzzaqui afirmó que le servirá la formación que está teniendo como ciudadano, para el mundo laboral y la universidad “por la diversidad de temas” que ha visto a lo largo de su escuela secundaria, entre los que destacó idiomas y algunos temas de economía y política.

Para finalizar este bloque, Flores estuvo de acuerdo con Luciano, ya que la formación que está teniendo por el modelo de la escuela que incentiva a la resolución de problemas la ayuda a buscar las alternativas para hacer lo que se le propone.

La escuela del futuro

Para la tercera y última pregunta, Luciano respondió que la escuela debe ser más social, tener encuentros con otras instituciones, poseer más actividades recreativas o competitivas, ya que sostiene que solo algunas escuelas privadas tienen estos beneficios.

“Si uno hace algo compitiendo, lo va a hacer mejor”, afirmó Luciano. Pero no solo eso, sino que también -dijo- falta una mayor implementación de la ESI (Educación Sexual Integral) porque considera que lo dado por las escuelas es demasiado básico como para que quede una enseñanza.

Uma -tras aclarar que el futuro no está muy lejos y dar por sentado que es una necesidad que las escuelas tengan la tecnología necesaria- estuvo de acuerdo con la visión de Luciano sobre las ESI. Fue más allá y sumó la importancia de la salud mental, porque la pandemia obligó a no mirar para otro lado respecto de este tema.

“Tenemos que hacernos cargo de lo que nos está pasando, tanto los alumnos como los docentes, los directivos y todo el personal del colegio. Si alguien no está bien en su casa, en su cabeza por equis problema, no podrá tener un buen desarrollo el día de mañana”, detalló.

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Para Sol, la escuela del futuro debe ser más didactica al momento de realizar las actividades, salir de lo tradicional. Propuso llevar a una situación real lo que es estudiado, dio como ejemplo la creación de un microemprendimiento para ver el ámbito real de lo enseñado en economía.

*la autora es alumna del colegio Leonardo Murialdo y está realizando sus prácticas profesionales en Los Andes