Daniel Cassia, exlegislador mendocino, habló en Aconcagua Radio y reivindicó la iniciativa presentada hace más de dos décadas junto al exsenador Pipo Álvarez para implementar un servicio cívico-militar destinado a jóvenes en situación de vulnerabilidad. “Lejos de lo bélico, era una propuesta de contención social, educativa y laboral”, explicó. Frente al reciente anuncio del Gobierno nacional, llamó a que se concrete con continuidad y seriedad: “Si se parece y va a generar contención, no importa quién lo proponga”.
La reciente propuesta del Gobierno nacional sobre un servicio cívico-militar voluntario para jóvenes reabrió un viejo debate en la sociedad argentina. En Mendoza, quien conoce de cerca esa idea es el exdiputado provincial Daniel Cassia, autor de un proyecto similar presentado en 2004. En diálogo con Radio Aconcagua, el exlegislador recordó la génesis de aquella iniciativa y analizó la actualidad del tema.
“El primer proyecto nacional presentado en Mendoza fue de nuestra autoría, junto al exsenador Pipo Álvarez”, señaló Cassia. “Se trataba de un servicio cívico, social y militar obligatorio para jóvenes que no trabajaban ni estudiaban, con el objetivo de brindarles contención, escolaridad, aprendizaje de oficios y práctica deportiva”.
La propuesta, explicó, estaba pensada para jóvenes de entre 18 y 25 años que no pudieran acreditar ocupación o estudio. “Era obligatorio solo para quienes no tenían terminalidad escolar ni actividad alguna. Se los censaba, se los contactaba y se les ofrecía integrarse al servicio”, explicó.
Cassia hizo especial hincapié en el enfoque no bélico de la propuesta: “La idea era lejos de lo militar, lejos de lo bélico. Le denominamos ‘militar’ porque íbamos a utilizar instalaciones de las Fuerzas Armadas que estaban en desuso desde 1994, con polideportivos, salas médicas, salones y profesores disponibles”.
El proyecto incluyó oficios como carpintería, herrería, electricidad y mecánica, pero también apuntaba a la salud mental y al entorno familiar: “Era un abordaje social multidisciplinario. Ya en 2004 veíamos chicos que no estudiaban, no hacían deporte, no tenían estímulo cultural y vivían en contextos familiares complejos”.
La iniciativa fue presentada formalmente ante el entonces gobernador Julio Cobos. “El gobernador lo vio con muy buenos ojos. Lo presentamos frente a la Bicameral de Seguridad con representantes de todos los partidos. Incluso lo llevamos a foros nacionales y nos recibió el exministro de Defensa, José Pampuro”, recordó.
Sin embargo, lamentó que no se haya sostenido en el tiempo. “Lo que implementó Cobos duró apenas un año. El siguiente gobierno le cambió el nombre y se perdió. No hubo política de Estado. No tuvo continuidad, y por eso no sirvió”.
Respecto al nuevo anuncio del vocero presidencial Manuel Adorni, Cassia fue prudente. “No hay muchos detalles todavía. El servicio militar voluntario ya existe, pero ahora se habla de una impronta educativa y social. Habrá que esperar a lo que diga el ministro de Defensa”.
Con una mirada positiva, aunque sin ingenuidad, el exlegislador sostuvo: “Ojalá no pase lo mismo que en Mendoza. No me interesa la autoría, soy peronista —no kirchnerista, aclaro— pero si se parece a lo que propusimos y sirve para contener, bienvenido sea”.
Cassia insistió en que el debate debe superar las banderas partidarias: “Cuando lo presentó Cobos, nunca mencionó nuestro proyecto, pero no me enojé. Me ha pasado siempre. En Mendoza se han aprobado reformas al Código Procesal Penal que son de mi autoría y nunca se reconoció. Incluso me han llamado ‘mano dura’ o ‘neofascista’. Pero lo importante es que sirva”.
Para el exdiputado, el país no puede darse el lujo de seguir sin una política de contención juvenil seria: “Argentina no tiene conflicto bélico con ningún país, entonces usemos esas instalaciones y recursos para educar. Si un joven aprende carpintería, plomería, electricidad o mecánica, tiene herramientas para ganarse la vida”.
En ese sentido, alertó sobre los riesgos que corren los jóvenes sin oportunidades: “Prefiero eso y no ver a un joven drogándose en una esquina. Y no hablo solo de barrios humildes. En barrios privados también hay chicos con buen poder adquisitivo que consumen drogas y alcohol. El ocio sin sentido no sirve para nada”.
Consultado sobre si considera realista implementar una propuesta así, fue contundente: “Sí, se puede realizar. Lo que pasa es que algunos gobiernos piensan que es un gasto. Y no es un gasto, es una inversión. Si no, terminás discutiendo bajar la edad de imputabilidad. Esto es el otro extremo: un abordaje integral”.
Finalmente, reflexionó sobre la necesidad de pensar políticas públicas a largo plazo: “No podemos seguir con soluciones de coyuntura. Si esto sirve para que un chico termine la escuela y aprenda un oficio, entonces vale la pena. No importa quién lo proponga”.
Cassia, con años de trabajo territorial desde la Bicameral de Seguridad, concluyó con una mirada práctica y alejada de mezquindades partidarias: “Lo importante es que se haga. Si genera contención, educación y futuro, entonces es el camino correcto”.
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