Sin novedades por el doble homicidio en El Pozo del Campo Papa

Como ocurrió en un hecho similar hace 60 días, estas muertes, por ahora, no tienen detenidos. Las víctimas tenían antecedentes.

Sin novedades por el doble homicidio en El Pozo del Campo Papa
Sin novedades por el doble homicidio en El Pozo del Campo Papa

Jonathan Marín (28) y su primo Facundo Martínez (19) tuvieron el mismo final que Raúl Rivas (23) y Diego Flores (21). Las dos parejas de amigos iban a bordo de una moto y en la oscuridad del Campo Papa, de Godoy Cruz, fueron asesinados sin que los criminales que acabaron con sus vidas dejaran muchos rastros.

El último doble homicidio ocurrió el domingo pasado, cerca de las 21, cuando Marín y Martínez circulaban a bordo de una motocicleta por El Pozo, un basural de grandes dimensiones -donde el Gobierno provincial proyecta construir una biblioteca- ubicado en el oeste de Godoy Cruz. Según la policía, los primos estuvieron en ese lugar buena parte de la tarde haciendo tareas propias de un ciruja junto a un tercer joven. "En un momento determinado, las víctimas subieron a la moto para ir a comprar tortitas y el compañero de ellos se quedó en El Pozo para cuidar las cosas que habían levantado", comentó un comisario.

Minutos después, Marín y Martínez regresaron al basural a bordo de la misma motocicleta pero ya no donde estaba su amigo. "Este joven escuchó unos disparos y el ruido de la moto. Ningún otro sonido más por lo que una posibilidad es que quien disparó haya ido a pie. Pero la oscuridad del lugar no le permitió ver nada. Incluso a los peritos se les dificultó el trabajo por eso", agregó el comisario.

Ayer, tanto en el ámbito policial como judicial no se produjeron muchas novedades aunque se está a la espera de los resultados de las necropsias y de las pericias científicas. Y está en la falta de testigos el principal problema para resolver el doble asesinato. En la escena del crimen, y cerca de donde quedó detenida la moto, se hallaron cuatro vainas servidas de una misma pistola calibre 9 milímetros, lo que confirma que el matador fue uno solo, independientemente de si estaba acompañado o no.

Fuentes policiales dijeron que ambas víctimas tenían antecedentes (uno tenía dos y el otro tres) por delitos que iban desde robo hasta amenazas y portación de arma. Investiga el caso la Oficina Fiscal N° 7.

Hecho similar

El 20 de marzo pasado, cerca de las 21.15, vecinos del barrio Campo Papa avisaron a la policía que, en la zona conocida como "la ripiera", ubicada en el costado norte de la barriada (y a poca distancia de El Pozo), se habían escuchado disparos y dos personas estaban heridas, las cuales más tarde fueron identificadas como Raúl Rivas y Diego Flores.

Cuando llegaron los primeros policías al lugar señalado sólo encontraron la moto en la cual se trasladaban las víctimas ya que éstas habían sido llevadas en un auto al hospital El Carmen. Allí se constató la muerte de ambos. Los pesquisas indicaron que, tal como ocurrió el domingo, las víctimas se conducían en una moto cuando fueron emboscados y baleados por un grupo de sujetos que tras el ataque escaparon.

Pericias para determinar cómo murió un joven

La Justicia intenta determinar cómo ocurrió la muerte de Esteban Vergara, un adolescente de 17 años que ayer por la madrugada falleció al llegar al hospital Lagomaggiore con un disparo en la cabeza mientras estaba en el barrio San Martín, de Ciudad.

Hasta el cierre de esta edición no estaban claras las circunstancias bajo las que se produjo la muerte de Vergara. Según indicó la policía, el joven llegó cerca de la 1.30 al centro asistencial; lo hizo en el auto particular de un hombre que pasaba por la rotonda de ingreso al barrio San Martín segundos después de que Vergara resultara herido. Ese trayecto la víctima lo hizo acompañada por una mujer que le gritaba constantemente por qué se había disparado, dijeron las fuentes.

Con ese testimonio se abrió la posibilidad de que Vergara se hubiera suicidado; sin embargo, en el lugar donde ocurrió el hecho -conocido como “triángulo de los juegos”- se hallaron manchas de sangre y una vaina calibre 9 milímetros pero no el arma que acabó con la vida del chico. “Es probable que alguien se la haya llevado”, acordaron fuentes policiales y judiciales.

Para determinar lo sucedido, anoche se realizaba la necropsia y la prueba de guantelete para determinar qué pasó. “Todo indica que se quitó la vida”, dijeron.

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