Es imprescindible realizar el diagnóstico de Chagas a mujeres embarazadas y recién nacidos

En Argentina, cada año nacen 1200 bebés con Chagas y la mayoría no accede al diagnóstico y tratamiento. Esta enfermedad desatendida constituye un problema de salud pública que requiere el compromiso de todos.

Un reciente paper publicado en la International Journal of Gynecology & Obstetrics insta a los profesionales de la salud a controlar el riesgo de transmisión materno-infantil de la enfermedad de Chagas a través de un protocolo que incluya el cribado y el diagnóstico tanto de las mujeres embarazadas como de los recién nacidos para evitar la transmisión de madre a hijo.

El estudio fue realizado por la Fundación Mundo Sano (Argentina), Instituto Palacios de Salud de la Mujer (Madrid, España), Servicio de Microbiología y Parasitología, Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Universidad de Murcia (España); Servicio de Obstetricia y Ginecología, Hospital Universitario de Guadalajara, Ginecología y Obstetricia Universidad de Alcalá de Henares (España), Centro de Microbiología, Instituto de Salud Carlos III (España), Departamento de Obstetricia y Ginecología, Universidad de Alcalá de Henares, Hospital Ramón y Cajal (España).

Actualmente, se estima que la transmisión congénita del Chagas es la principal vía de transmisión de la enfermedad. Según estudios existentes, el riesgo de transmisión de madre a hijo oscila entre el 5% y el 12%, siendo especialmente elevado en países donde la enfermedad de Chagas es endémica. El Chagas es una infección que puede presentarse en forma asintomática, que puede ser transmitida en cualquiera de sus fases, ya sea aguda o crónica, en cada embarazo a las generaciones sucesivas.

Por eso, desde 2002, la Organización Mundial de la Salud recomienda el diagnóstico de la enfermedad de Chagas a mujeres y recién nacidos que residan o provengan de países con antecedentes de transmisión vectorial (mediante insectos). Para lograr una búsqueda activa de los pacientes asintomáticos se requiere de visibilidad, divulgación y educación, no sólo para que el posible afectado conozca sobre la enfermedad, sino también para fortalecer la formación de los equipos de atención primaria, donde el rol activo por parte de médicos de familia, pediatras y ginecólogos es necesario para a universalizar el acceso a la salud de las personas afectadas por esta enfermedad.

En el caso del recién nacido hijo de una mujer con Chagas cuyo diagnóstico resulta negativo al momento del nacimiento, es esencial vigilarlo durante, al menos, los primeros nueve meses de vida. Mientras que, después del primer año, el estudio se debe realizar a los niños que proceden de zonas donde la enfermedad es endémica o cuyas madres tienen Chagas y no fueron controlados durante ese período inicial. Aunque casi el 80% de los recién nacidos son asintomáticos, es necesario descartar la presencia de signos y síntomas típicos de la fase aguda de la enfermedad ya que, si no se trata, puede ser crónica, donde el 30% de los pacientes pueden desarrollar anomalías orgánicas, aumentando el riesgo de muerte prematura y discapacidad grave.

La publicación considera esencial iniciar el tratamiento en recién nacidos tan pronto como se diagnostique la enfermedad de Chagas. Dada la alta tasa de curación demostrada por estudios parasitológicos e inmunológicos, que alcanza entre el 90% y el 100% de los casos, si el tratamiento se inicia en el primer año de vida. Una vez que se diagnostica la enfermedad a una mujer embarazada, el diagnóstico debe extenderse a su núcleo familiar, hermanos y padres.

“Es sabido que una mujer que realizó el tratamiento antes de estar embarazada ya no transmite Chagas y existen muchos casos de madres que han tenido un primer hijo, y hasta más de uno positivo, y que una vez que se trataron tuvieron un bebé sin Chagas. Por eso, es importante hacer un abordaje a esa mujer en edad fértil, que aún no está programando su maternidad, para realizar el diagnóstico oportuno y, de resultar positiva, brindarle tratamiento, porque está demostrado que es una acción de control para los potenciales casos de Chagas de transmisión materno infantil”, destaca Marcelo Abril, director ejecutivo de la Fundación Mundo Sano.

Sobre la enfermedad de Chagas

El Chagas es una enfermedad parasitaria causada por el microorganismo Trypanosoma Cruzi, se transmite por la picadura del insecto conocido como vinchuca, por transfusión sanguínea o trasplante de órganos, y durante la gestación o el trabajo de parto.

Aunque es endémica en 21 países de América Latina, de los cuales de los cuales Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y México son los que poseen un mayor número de población afectada, la transmisión de madre a hijo ha provocado su expansión a otros países y continentes.

En Argentina hay 1,6 millones de infectados y 7 millones de personas en riesgo de contraer la enfermedad; y cada año nacen 1200 bebés con la enfermedad.

En el mundo la enfermedad afecta de 6 a 8 millones de personas, de las cuales 1,2 millones son mujeres en edad fértil. Y se estima que al año 9.000 bebés heredan la enfermedad de Chagas de su madre.

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