El modo en que se transita la vejez depende en gran medida de cómo se cuida la salud a lo largo de la vida. Desde la psicología, se ha comprobado que algunos hábitos muy comunes pueden afectar negativamente el rendimiento del cerebro. Evitarlos a tiempo es clave para mantener la claridad mental y prevenir el deterioro cognitivo.
El impacto de los hábitos en la salud cerebral
El cerebro no envejece solo por el paso del tiempo. Factores como el sedentarismo, la soledad, la mala alimentación o el insomnio tienen una influencia directa en su funcionamiento. La buena noticia es que muchos de estos factores pueden modificarse con cambios simples en el día a día.
Siete comportamientos que dañan el cerebro con el tiempo
A continuación, los 7 hábitos que más inciden en la pérdida de agilidad mental durante el envejecimiento:
1. Hacer varias cosas a la vez
La multitarea genera una sobrecarga de información que puede afectar la concentración. En vez de rendir más, el cerebro se dispersa y disminuye su capacidad para retener datos. Con el tiempo, esta exigencia constante puede afectar la memoria.
2. Excederse con las pantallas
Pasar muchas horas frente a una pantalla impacta en el sueño, la atención y el nivel de fatiga. También altera los ritmos circadianos y reduce el tiempo dedicado a la actividad física o a la interacción social, ambas fundamentales para el cerebro.
3. Dormir poco o mal
El sueño profundo permite consolidar recuerdos y renovar conexiones neuronales. La falta de descanso de calidad interfiere en ese proceso y puede acelerar los síntomas del deterioro cognitivo. Dormir entre 7 y 8 horas diarias es una necesidad biológica.
4. Alimentarse de forma desequilibrada
Dietas altas en ultraprocesados, azúcares y grasas perjudican el sistema nervioso. Por el contrario, una alimentación basada en frutas, vegetales, pescado, legumbres y frutos secos protege las funciones cognitivas y reduce la inflamación cerebral.
5. Aislarse socialmente
El aislamiento no solo afecta el estado emocional. También priva al cerebro de estímulos como la conversación, el intercambio de ideas y la resolución de conflictos, que son entrenamientos naturales para mantenerlo activo y flexible.
6. Tener una vida sedentaria
Mover el cuerpo es también una forma de estimular la mente. El ejercicio mejora la circulación, reduce el estrés y estimula la producción de sustancias beneficiosas para las neuronas. Caminar, bailar o andar en bici ayuda más de lo que parece.
7. No aprender cosas nuevas
Dejar de desafiarse intelectualmente debilita la plasticidad cerebral. Incorporar conocimientos, leer, tocar un instrumento o aprender un idioma estimula zonas del cerebro asociadas a la memoria y al pensamiento abstracto.
Envejecer con el cerebro en forma
A diferencia de lo que se suele creer, la pérdida de memoria y la confusión mental no son consecuencias inevitables de la edad. Con ciertas decisiones conscientes, es posible proteger la mente, retrasar el deterioro y disfrutar una vejez más lúcida y plena.