15 de diciembre de 2025 - 10:00

Según la psicología, acomodar la almohada varias veces antes de dormir es propio de este tipo de personas

Este hábito en la cama tan común puede revelar necesidad de control, sensibilidad sensorial y búsqueda de calma mental, según la psicología.

Antes de dormir, muchas personas realizan rituales sin darles demasiada importancia. Uno de los más frecuentes es acomodar la almohada varias veces, girarla, aplastarla o levantarla hasta sentir que está “justa”. Aunque parezca simple, la psicología sostiene que este comportamiento puede decir sobre la forma en que una persona procesa el estrés, busca seguridad y se prepara para el descanso.

Lejos de ser algo negativo, este gesto suele cumplir una función emocional y cognitiva clave antes de conciliar el sueño.

Personas que necesitan sentir control para relajarse

Según la psicología conductual, quienes acomodan la almohada repetidas veces suelen tener una alta necesidad de control del entorno para poder relajarse.

Según la psicología, acomodar la almohada varias veces antes de dormir es propio de este tipo de personas (3)

No se trata de control en un sentido rígido, sino de la necesidad de que el espacio inmediato esté alineado con una sensación interna de orden.

Antes de dormir, el cerebro baja la guardia y deja de estar en “modo alerta”. Para algunas personas, ajustar la almohada es una forma de señalarle al cuerpo que ya puede soltarse, porque todo está bajo control.

Alta sensibilidad a las sensaciones físicas

Otro rasgo frecuente es la sensibilidad sensorial. Estas personas perciben con más intensidad la textura, la altura, la temperatura o la presión de la almohada. Un pequeño cambio puede marcar una gran diferencia en su comodidad.

Desde la psicología, este perfil suele corresponder a individuos más perceptivos, atentos a los detalles físicos y emocionales.

No toleran fácilmente la incomodidad porque su sistema nervioso registra estímulos con mayor precisión.

Mente activa que busca una transición al descanso

Acomodar la almohada también funciona como un ritual de transición entre el día y la noche.

Para personas con la mente muy activa, este gesto repetido ayuda a desacelerar pensamientos, ordenar sensaciones y entrar gradualmente en un estado de reposo.

Según la psicología, acomodar la almohada varias veces antes de dormir es propio de este tipo de personas (1)

La psicología del sueño explica que estos microhábitos reducen la ansiedad previa al descanso y generan una sensación de previsibilidad, algo fundamental para conciliar el sueño con mayor facilidad.

Perfeccionismo leve o autoexigencia cotidiana

En algunos casos, este comportamiento puede estar vinculado a un perfeccionismo moderado.

No necesariamente extremo ni problemático, sino una tendencia a querer que las cosas estén “bien hechas”, incluso en momentos íntimos como dormir.

Estas personas suelen ser responsables, organizadas y exigentes consigo mismas, y trasladan esa lógica también al descanso.

Un gesto simple en la cama con una función emocional

Acomodar la almohada varias veces no es una manía ni un problema. Es, en muchos casos, una estrategia inconsciente de autorregulación emocional. Ayuda a calmar el cuerpo, ordenar la mente y preparar el terreno para dormir mejor.

La psicología recuerda que estos pequeños rituales hablan de cómo cada persona cuida su bienestar, incluso cuando no lo nota.

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