La rutina de cada mañana de hacer o no hacer la cama va mucho más allá de un simple gesto doméstico. Según revelan recientes estudios psicológicos, este hábito cotidiano puede ofrecer valiosas pistas sobre nuestra personalidad, estado mental e incluso filosofía de vida.
Los expertos coinciden en que algo tan aparentemente trivial como dejar las sábanas arrugadas o perfectamente estiradas esconde significados psicológicos que pocos imaginan.
Cama destendida
Según la psicología, esto significa dejar la cama destendida.
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Algunas encuestas indican que aproximadamente un 42% de la población no hace su cama regularmente. La psicología moderna está prestando cada vez más atención a este comportamiento. "Las rutinas matinales, especialmente aquellas relacionadas con nuestro espacio personal como el dormitorio, pueden ser indicadores sutiles pero significativos de nuestra estructura mental", explica Carmen Vázquez, psicóloga clínica especializada en hábitos cotidianos. .
La tendencia a dejar la cama sin hacer no debe interpretarse necesariamente como un signo negativo o de dejadez. De hecho, puede revelar aspectos positivos de la personalidad que van desde la rebeldía creativa hasta un enfoque pragmático de la vida. Además, investigaciones recientes sugieren que podría incluso tener beneficios inesperados para la salud del hogar.
Cama destendida
Según la psicología, esto significa dejar la cama destendida.
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Qué dice la psicología sobre quienes no hacen la cama
Los expertos en psicología del comportamiento han identificado varios perfiles característicos entre quienes deciden no hacer la cama al levantarse. Uno de los más comunes corresponde a personas con una personalidad relajada y altamente adaptable. "Quienes no sienten la necesidad de ordenar su cama cada mañana suelen mostrar una mayor tolerancia a la ambigüedad y al cambio en otros aspectos de su vida", señala el psicólogo Alberto Ruiz.
Cama destendida
Según la psicología, esto significa dejar la cama destendida.
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Otro rasgo frecuentemente asociado es la independencia de pensamiento. Las personas que desafían esta convención social suelen ser más propensas a cuestionar otras normas establecidas. "Es una pequeña rebelión cotidiana», explica la socióloga María Fernández. «Refleja una mentalidad que prioriza la funcionalidad sobre las apariencias y que no se siente obligada a seguir convenciones por el mero hecho de que 'siempre se ha hecho así'».
En contraposición, algunos estudios señalan que, en determinados casos, no hacer la cama puede estar relacionado con estados de ánimo bajos o periodos de estrés intenso. "Cuando nos encontramos emocionalmente agotados, las pequeñas tareas cotidianas como ordenar el dormitorio pueden parecer abrumadoras", explica Elena Martín.