Durante este período, la limpieza deja de ser una rutina cotidiana para convertirse en una puesta a punto integral del hogar.
Foto:
La preparación y limpieza de casa en las fiestas de Fin de Año se vuelven una prioridad para quienes esperan invitados y buscan ofrecer un ambiente cómodo, ordenado y agradable. El proceso de acondicionamiento se desarrolla mediante tareas de limpieza profunda y organización doméstica. Por ese motivo, distintos sectores de la casa requieren atención específica.
El objetivo consiste en garantizar espacios cuidados que transmitan una buena impresión desde el primer momento. La decoración adquiere protagonismo, pero pierde valor si no se acompaña con superficies limpias, aromas agradables y ambientes ordenados.
El recibidor es el primer espacio que perciben quienes ingresan al hogar. Mantenerlo despejado implica retirar papeles acumulados, bolsos, cajas y objetos que interrumpen la circulación. La organizadora profesional Vanesa Travieso aconseja aplicar la llamada “regla de un toque”, que propone dejar a mano solo aquello que pueda utilizarse con dos movimientos.
Todo lo que demande más gestos debe reubicarse. Esta premisa ayuda a mantener el orden visual y funcional del sector. “Simplemente en la mano en el recibidor todo aquello que puedas hacer con tan solo dos movimientos. Si necesitas hacer más de dos gestos, entonces necesitas organizar mejor el recibidor”, sostiene Travieso.
Las alfombras requieren un refuerzo en la limpieza debido al mayor tránsito, en muchos casos con calzado proveniente del exterior. La aspiración diaria se presenta como una práctica recomendada para evitar la acumulación de polvo, pelos de mascotas y restos de suciedad. Este cuidado resulta clave para preservar la textura y el color de las fibras.
Los baños merecen una atención constante aun cuando no todos se utilicen durante las reuniones. La percepción de limpieza en estos espacios influye de manera directa en la imagen general del hogar. Una limpieza profunda al inicio de las fiestas y repasos frecuentes luego de cada encuentro permiten conservar superficies desinfectadas, espejos brillantes y aromas neutros.
La cocina también se convierte en un sector central. El horno suele quedar relegado en la limpieza habitual, pero durante Navidad adquiere un rol protagónico por la elaboración de platos tradicionales. El uso de agua y sal o productos específicos aptos para altas temperaturas ayuda a retirar grasa acumulada. Una correcta higiene contribuye a una cocción más pareja y a sabores más limpios en las preparaciones.