7 de mayo de 2025 - 16:35

No tires la yerba usada de tu mate: conviértela en este maravilloso cosmético de belleza natural

Además de reutilizar un residuo habitual del hogar, la propuesta de reciclar yerba lavada se alinea con prácticas de autocuidado accesibles y sustentables.

En la mayoría de los hogares argentinos, el mate ocupa un lugar protagónico y una vez lavada, la yerba usada termina en la basura. Lo que no muchos conocen es que se puede transformar, dándole un nuevo uso, como uno de los ingredientes principales de un cosmético natural.

En tiempos donde la economía invita a repensar el consumo y la cosmética natural gana terreno, una opción sencilla y económica se presenta como alternativa: transformar la yerba usada en una mascarilla exfoliante casera.

Limpieza del termo del mate

La idea combina tres elementos cotidianos: yerba ya utilizada, miel y yogur natural. El resultado es una mezcla que actúa como exfoliante suave para la piel del rostro, apta para todo tipo de cutis, y sin aditivos químicos. Además de reutilizar un residuo habitual del hogar, la propuesta se alinea con prácticas de autocuidado accesibles y sustentables.

Esta receta de mascarilla casera no solo reutiliza un residuo cotidiano como la yerba usada, sino que también propone una forma de autocuidado accesible y consciente. En tiempos donde la industria cosmética ofrece opciones cada vez más sofisticadas y costosas, volver a lo simple se presenta como un gesto de bienestar que empieza en casa y termina en la piel.

Qué necesitás para hacer una mascarilla con yerba lavada

  • Dos cucharadas de yerba mate usada y escurrida
  • Una cucharada de miel pura (idealmente, sin procesar)
  • Una cucharada de yogur natural sin azúcar
  • Un recipiente pequeño para mezclar
  • Una cuchara o espátula de madera o plástico
  • Un pañuelo o toalla limpia
  • Agua tibia para enjuagar
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    Reutilizá la yerba usada del mate. 

    Reutilizá la yerba usada del mate.

Paso a paso

  1. Recuperar yerba usada del mate. Conviene escurrirla bien, ya que la mezcla debe tener cierta consistencia. Se puede dejar secar parcialmente durante algunas horas para que pierda el exceso de humedad, pero no hace falta deshidratarla por completo.
  2. En un recipiente pequeño, colocar la yerba escurrida y luego añadir una cucharada de miel. La textura espesa de la miel aporta hidratación, suaviza la piel y actúa como antibacteriano natural.
  3. Incorporá una cucharada de yogur natural. Este ingrediente contribuye con ácido láctico, que ayuda a renovar la piel y actúa como calmante. También favorece la unión de los componentes en una pasta uniforme.
  4. Con la cuchara o espátula, se mezcla todo con movimientos envolventes hasta obtener una preparación homogénea. La pasta resultante debe ser suave pero no líquida.
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    Mascarilla casera. 

    Mascarilla casera.

  5. Antes de aplicar la mascarilla, limpiar el rostro con agua tibia y secarlo con una toalla. Esto ayuda a abrir los poros y favorece la acción de los ingredientes.
  6. Luego, con los dedos o una brocha facial, distribuir la mezcla sobre la piel, evitando el contorno de ojos. Se puede realizar un masaje circular suave para que las partículas de yerba exfolien la piel sin dañarla.
  7. La mascarilla debe permanecer en el rostro entre 10 y 15 minutos. Durante ese tiempo, se aconseja relajarse y evitar gestos que tensen la piel.
  8. Pasado ese plazo, retirar con agua tibia y se seca con una toalla limpia, sin frotar.
  9. Para completar el cuidado, aplicar una crema hidratante ligera.
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