El laurel es una de esas plantas que nunca faltan en la cocina argentina para preparar guisos o salsas. Pero lo que pocos saben es que también puede convertirse en la base de un aceite para masajes casero, ideal para relajar el cuerpo, aliviar tensiones musculares y perfumar la piel con un aroma cálido y herbal.
Preparar aceite de laurel en casa es sencillo, económico y tiene muchos beneficios. Su elaboración no requiere experiencia previa ni ingredientes difíciles de conseguir y en pocos días, se obtiene un producto natural que puede usarse para masajes, después de la ducha o incluso como hidratante corporal.
Las hojas de laurel tienen propiedades antiinflamatorias, analgésicas y relajantes. Por eso, su uso externo ayuda a aliviar dolores musculares, contracturas o molestias articulares leves. Además, el aroma que desprende tiene un efecto calmante que favorece la relajación mental.
En aromaterapia, el laurel se asocia con la claridad, la confianza y la energía renovada, por lo que no es casualidad que desde la antigüedad haya sido considerado un símbolo de victoria y equilibrio.
Qué necesitás para hacer un aceite para masajes
- Hojas secas de laurel (unas 10 a 15 hojas). Podés usar las que tenés en la alacena, siempre que estén limpias y sin humedad.
- Aceite base: puede ser de oliva virgen extra o aceite de almendras dulces.
- Frasco de vidrio con tapa hermética, preferentemente oscuro, para proteger el aceite de la luz.
- Colador fino o filtro de tela
Con estos ingredientes alcanza para preparar alrededor de 250 ml de aceite, suficiente para varias semanas de uso.
aceite con hojas de laurel
El paso a paso para preparar el aceite de laurel
- Si las hojas están enteras, trozalas un poco con las manos para liberar mejor sus aceites esenciales. No las muelas ni las tritures porque el objetivo es que se mezclen con el aceite sin ensuciarlo demasiado.
- En una olla pequeña o a baño maría, calentá el aceite a fuego muy bajo, sin que llegue a hervir. Cuando esté apenas tibio (unos 40 °C), agregá las hojas de laurel y revolvé suavemente. El calor ayuda a que liberen sus propiedades.
- Verté la mezcla en el frasco de vidrio, asegurate de que las hojas queden completamente cubiertas por el aceite y tapá bien. Guardá el frasco en un lugar templado y oscuro durante 7 a 10 días. Podés agitarlo suavemente una vez al día para favorecer la infusión.
- Pasado ese tiempo, colá el aceite con un filtro o una gasa fina para eliminar los restos de hojas. Envasá nuevamente el líquido en un frasco limpio y oscuro. Listo: ya tenés tu aceite de laurel casero, natural y aromático.
- Guardalo en un lugar fresco, alejado de la luz solar directa. Bien cerrado, puede durar hasta tres meses sin problemas.
Cómo usar el aceite de laurel
- Para masajes relajantes: aplicá una pequeña cantidad sobre la piel y masajeá con movimientos lentos y circulares.
- En zonas con tensión o cansancio: colocá unas gotas tibias y frotá suavemente hasta que se absorba.
- Después de la ducha: sirve como hidratante corporal, dejando la piel suave y perfumada.
Si querés potenciar el efecto relajante, podés combinar este aceite con unas gotas de lavanda o romero. También se puede usar en un difusor o en el baño, agregando un chorrito al agua caliente.