25 de agosto de 2025 - 16:31

Ni agua ni bicarbonato: cómo limpiar las griferías para quitar el sarro y dejarlas como nuevas

En simples pasos y solo con dos ingredientes, cualquier grifería puede recuperar ese brillo que hace que la cocina y el baño luzcan como nuevos.

La grifería es uno de esos detalles que pueden cambiar por completo la imagen de la cocina y el baño. Aunque se trate de espacios limpios, el brillo de la canilla dice mucho sobre el cuidado del hogar. Sin embargo, es común que con el paso del tiempo el sarro, las manchas de agua y la acumulación de jabón opaquen su superficie-

Si bien puede parecer imposible devolverle la apariencia original, la buena noticia es que no hace falta recurrir a productos caros ni a fórmulas complicadas para lograr que una grifería se vea como recién instalada.

canilla con sarro

¿Por qué es importante limpiar la grifería?

El sarro se forma por la acumulación de minerales presentes en el agua, sobre todo calcio y magnesio. Con el tiempo, este depósito endurecido no solo afea la superficie, sino que también puede obstruir los aireadores, reducir la presión del agua y generar un aspecto descuidado en la cocina o el baño.

Además, al quedar en contacto permanente con humedad y jabón, la grifería se convierte en un lugar donde pueden proliferar bacterias y hongos. Mantenerla limpia no solo tiene fines estéticos, sino también de higiene.

Una canilla brillante transmite sensación de limpieza y cuidado, mientras que una opaca o manchada genera el efecto contrario, aunque el resto del ambiente esté impecable.

Ingredientes necesarios

  • Limón fresco (su jugo es ácido y corta el sarro de manera natural)
  • Vinagre blanco (ideal para devolver el brillo y eliminar depósitos minerales)
  • Un paño de microfibra suave
  • Cepillo de dientes en desuso o cepillo pequeño de cerdas suaves
  • Agua tibia para enjuagar
  • Guantes de goma (opcional, para proteger la piel del ácido del limón o la acidez del vinagre)
    limpieza de grifería

Paso a paso para devolver el brillo

  1. Preparar la superficie: antes de empezar, conviene pasar un paño húmedo para retirar polvo o restos de jabón acumulados. Esto permite que los ácidos actúen de manera directa sobre el sarro.
  2. Aplicar jugo de limón: cortar un limón a la mitad y frotar directamente sobre la grifería, presionando para que el jugo penetre en las zonas con más manchas. La acidez del cítrico actúa como un desincrustante natural.
  3. En las zonas difíciles: para los bordes, uniones o el pico de la canilla, se puede usar un cepillo de dientes embebido en jugo de limón. Con movimientos circulares suaves se logra aflojar el sarro sin rayar la superficie.
  4. Refuerzo con vinagre blanco: humedecer un paño de microfibra con vinagre y pasarlo por toda la superficie. Este paso ayuda a eliminar cualquier resto de minerales y devuelve el brillo metálico característico.
  5. Enjuague final: pasar un paño apenas humedecido en agua tibia para retirar el exceso de ácido.
  6. Secado correcto: para evitar nuevas manchas, es fundamental secar con un paño limpio y suave. Este último paso marca la diferencia porque evita que el agua vuelva a dejar marcas.

Un tip extra para canillas muy afectadas

Si la grifería tiene mucho sarro acumulado en el aireador (la pieza que regula la salida del agua), se puede desenroscar, sumergirlo en un vaso con vinagre durante media hora y luego cepillarlo suavemente. El resultado es inmediato: mejora la presión del agua y la salida queda limpia.

limón y vinagre

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