Estas técnicas de limpieza no sólo mejoran la estética de los electrodomésticos, también extienden su vida útil.
La acumulación de sarro en la pava y los restos de comida en la licuadora afectan tanto el sabor del agua como la eficacia y limpieza de los electrodomésticos. Es por ello que conocer los mejores trucos y métodos para limpiarla no solo te permitirá devolverle el brillo, sino además que podés ahorrar tiempo y dinero en el proceso.
El sarro es un problema común en las pavas, especialmente en zonas con agua dura. Se forma por acumulación de minerales, sobre todo calcio y magnesio, que al calentarse se adhieren a las paredes del recipiente. Esta acumulación no solo altera el sabor del agua, sino que también puede reducir la eficiencia del calentamiento y, a largo plazo, dañar el aparato.
Para eliminarlo de manera segura y económica, se recomienda un procedimiento simple:
- Llenar la pava con partes iguales de vinagre blanco y agua y ponerla a hervir durante unos minutos. El calor potencia la acción del vinagre, que reacciona con los depósitos minerales y los afloja.
- Una vez apagado el fuego, se debe dejar enfriar el contenido antes de revisar el interior. El resultado visible suele ser una superficie interior más limpia, sin manchas blancas o grises, y con menor aspereza al tacto.
- Luego, para asegurarse de eliminar completamente cualquier residuo de vinagre y su olor, se deben realizar al menos dos hervores con agua limpia.
Este método es compatible con pavas metálicas tradicionales y con ciertos modelos eléctricos, siempre que el diseño tolere líquidos ácidos y temperaturas elevadas sin dañarse. La frecuencia recomendada para repetir esta limpieza varía según el tipo de agua y el uso, pero una vez al mes suele ser suficiente para prevenir la acumulación severa.
En el caso de la licuadora, otro electrodoméstico clave en la cocina cotidiana, el mantenimiento también puede simplificarse sin necesidad de desmontar piezas ni usar cepillos.
- Una técnica útil consiste en llenarla hasta la mitad con agua tibia, añadir una gota de detergente líquido y hacerla funcionar durante unos 30 segundos. Este proceso genera un remolino interno que remueve residuos pegados a las cuchillas y paredes del vaso.
- Al finalizar, debe enjuagarse bien con agua limpia y secarse con un paño suave.
- Para limpiezas más profundas o si hay olores persistentes, se puede sumar una cucharada de vinagre blanco o bicarbonato a la mezcla inicial. Ambos ingredientes ayudan a desinfectar y neutralizar olores sin dañar el material del vaso ni afectar el motor, siempre que no se exceda el tiempo de funcionamiento.
Implementar estas técnicas de forma regular no solo mejora la higiene de los aparatos, sino que extiende su vida útil y evita que la suciedad acumulada genere problemas de funcionamiento o malos olores. Además, permiten prescindir de productos especializados, lo que representa un ahorro económico y una reducción del uso de químicos en el hogar.