Un uso adecuado y una limpieza regular son claves para extender la vida útil del lavavajillas y asegurar que funcione de forma eficiente.
El mal olor en el lavavajillas suele deberse a restos de comida que se acumulan en el filtro, lo que favorece la proliferación de bacterias y compromete el funcionamiento del electrodoméstico. Este problema suele ser causado por una falta de limpieza eficiente y regular.
Este proceso se puede realizar con productos que ya tenés en casa como vinagre, bicarbonato de sodio y jabón líquido, sin necesidad de químicos industriales.
El lavavajillas requiere atención constante ya que en él se lavan platos, cubiertos y utensilios de cocina. Los olores desagradables son una señal de que el aparato no está cumpliendo su función de manera óptima. Las causas frecuentes del mal olor incluyen:
- Restos de comida acumulados en el fondo.
- Filtros sucios.
- Drenajes obstruidos.
- Formación de moho.
Cada uno de estos problemas tiene solución con medidas sencillas.
- Limpiar el filtro con vinagre, jabón y agua caliente.
- Aplicar vinagre y bicarbonato en el interior del aparato y correr un ciclo vacío a 65°C.
- Verificar que el desagüe no esté tapado son acciones básicas que deben realizarse de forma periódica.
- Además, dejar la puerta abierta tras el lavado permite evitar la humedad que causa moho.
Una vez resuelto el problema, hay que evitar que reaparezca. Se recomienda ventilar el lavavajillas al finalizar cada uso, limpiar el filtro al menos una vez al mes, y agregar pieles de cítricos durante los lavados para neutralizar olores. También se puede esparcir media taza de bicarbonato en el fondo antes de usarlo o poner una taza de vinagre cada dos meses para mantenerlo limpio.
El vinagre blanco es uno de los mejores productos para limpiar, desinfectar y desodorizar objetos. En caso de aparición de moho, se sugiere el uso de lavandina. Esta rutina de limpieza te permitirá no sólo mejorar el funcionamiento de tu electrodoméstico, también te ayudará a ahorrar en arreglos o compras innecesarias.