Muchas veces solemos confiar en métodos de limpieza por conveniencia o hábito. Sin embargo debemos saber cuáles funcionan de verdad.
Foto:
HogarmaníaLa difusión de consejos de limpieza en redes sociales se ha vuelto muy común. Estos trucos prometen soluciones rápidas y caseras con productos cotidianos como vinagre, limón, o bicarbonato. Sin embargo, en muchos casos, estas recomendaciones no solo no resuelven el problema sino que pueden generar expectativas falsas.
- Uno de los mitos más difundidos es que la pasta de dientes elimina el óxido de lavamanos. En realidad, salvo que se trate de una fórmula abrasiva específica, no produce ningún efecto sobre el óxido.
- También desmienten el uso de levadura con vinagre para limpiar bandejas de horno. Esta combinación no tiene capacidad abrasiva ni desincrustante, y solo malgasta ingredientes. El vinagre mezclado con bicarbonato o detergente sí puede dar buenos resultados.
- Otra creencia popular es que la crema de afeitar evita el empañado de los espejos, algo que tampoco resiste la prueba práctica. Si bien puede generar un efecto momentáneo, no impide el empañado de manera efectiva. La alternativa recomendada es una limpieza con vinagre blanco, detergente o una solución casera a base de amoníaco diluido.
- El intento de eliminar rayones del auto con gel para el pelo es otro ejemplo de ilusión sin resultado. Recomiendan en su lugar utilizar productos específicos para pulir o recurrir a un mecánico.
Respecto a la higiene de los alimentos, la idea de que el limón con sal desinfecta correctamente las tablas de cortar es falsa. Aunque puede reducir olores, no garantiza una eliminación efectiva de bacterias. Para esto se aconseja limpiar con agua caliente y jabón, y desinfectar con lavandina diluida una o dos veces por semana. Además, se insiste en la necesidad de usar tablas distintas para carnes y vegetales para evitar la contaminación cruzada.
- Otros casos incluyen el intento de blanquear fundas de silicona con vinagre y bicarbonato. El tono amarillento responde a la degradación del material por luz UV y calor, lo que no se revierte con limpieza. La única opción es cambiar de funda o teñirla, por ejemplo con agua teñida con papel crepé.
Otro mito habitual es el supuesto poder de las gaseosas para desatascar cañerías. Aunque puede disolver algo de cal o suciedad leve, no funciona ante tapones reales. Desmentir estos trucos no es despreciar la limpieza ecológica, sino evitar prácticas ineficaces o engañosas.