16 de octubre de 2025 - 09:22

Lo usás todos los días y lo tirás: el truco con cáscaras que revive cualquier planta

En el mundo del jardín, la jardinería y las plantas, hay un truco con cáscaras que usás todos los días y que puede devolver la vida incluso a los ejemplares más marchitos.

Las cáscaras contienen los mismos minerales que las plantas necesitan para crecer: potasio, calcio, magnesio y fósforo, entre otros. Cuando se las aprovecha de forma correcta, pueden actuar como un fertilizante natural de acción lenta, que mejora la tierra de manera progresiva y ayuda a las especies más dañadas a recuperarse.

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Cómo las cáscaras revitalizan tus plantas

El secreto está en la descomposición controlada. Al enterrar pequeñas tiras de cáscara de banana cerca del tallo, o mezclar polvo de cáscara de huevo triturada con la tierra, se liberan nutrientes que estimulan la floración, el crecimiento de raíces y la resistencia al calor. La cáscara de papa, por su parte, aporta almidón, que alimenta los microorganismos beneficiosos del suelo.

A partir de 2015, estudios del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Centro de Investigaciones en Recursos Naturales de La Pampa (CIRN) demostraron que las cáscaras orgánicas aumentan un 30% la absorción de nutrientes en plantas ornamentales y hortalizas, sin necesidad de fertilizantes químicos. Además, su uso frecuente ayuda a reducir los desechos domésticos, convirtiendo tu cocina en un aliado del jardín.

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Cómo preparar el fertilizante con cáscaras paso a paso

Hay varias formas de aprovechar este truco: podés enterrar directamente las cáscaras en la tierra o preparar un líquido fertilizante casero. Para hacerlo, colocá restos de banana, papa o huevo en un litro de agua, dejalos reposar por 48 horas y luego usá ese líquido para regar tus plantas una vez por semana.

Este método no solo mejora la textura del suelo, sino que también protege contra plagas y ayuda a mantener la humedad. En pocas semanas, vas a notar cómo tus plantas se vuelven más verdes y firmes, con hojas que parecen recién brotadas.

El truco es simple, ecológico y efectivo: lo usás todos los días, lo tirás sin pensarlo, y sin embargo, puede ser el cambio que tu jardín estaba esperando. En la jardinería, a veces los mejores secretos están justo donde menos los imaginás: en la cáscara de lo cotidiano.

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