En los rincones donde la humedad se acumula y el olor a encierro domina, una especie muy resistente empieza a ganar terreno entre amantes del jardín, la jardinería y las plantas por su capacidad única de purificar ambientes, incluso con luz mínima.
Esta especie de interior mejora el aire, reduce humedad y transforma baños y cocinas, una aliada del jardín, la jardinería y el cuidado de plantas en casa.
En los rincones donde la humedad se acumula y el olor a encierro domina, una especie muy resistente empieza a ganar terreno entre amantes del jardín, la jardinería y las plantas por su capacidad única de purificar ambientes, incluso con luz mínima.
En los hogares argentinos, donde baños y cocinas suelen convertirse en zonas problemáticas, la Sansevieria trifasciata, conocida como lengua de suegra, se posiciona como una de las plantas más eficaces para controlar humedad y olores sin demandar cuidados exigentes. Su estructura rígida y su metabolismo adaptado a climas secos convierten a esta especie en una verdadera herramienta doméstica para quienes buscan mejorar espacios sin sumar complicaciones al jardín interior.
Su eficiencia tiene explicación científica: esta especie es una de las pocas plantas que realiza metabolismo CAM, un mecanismo que le permite liberar oxígeno de noche y absorber compuestos volátiles del aire. Así, baños y cocinas, donde el vapor se acumula y la ventilación suele ser limitada, encuentran en esta planta una aliada contra la condensación persistente. Su resistencia a la sombra total la transforma en una opción ideal para quienes no tienen ventanas amplias ni luz solar directa en su jardinería de interior.
Investigaciones del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Wageningen y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señalan que la Sansevieria es capaz de absorber partículas como benceno, formaldehído y humedad residual, logrando ambientes más secos y saludables. Expertos en jardinería urbana aseguran que, en edificios sin buena ventilación, estas plantas funcionan como “reguladores naturales”, capaces de estabilizar la humedad en menos de una semana. Su crecimiento lento evita el mantenimiento frecuente, pero su capacidad de adaptación la vuelve indispensable para cualquier jardín interior moderno.
Para mejorar aún más su desempeño, los especialistas recomiendan limpiar las hojas cada dos semanas con un paño húmedo. La acumulación de polvo puede reducir la capacidad de la planta para absorber compuestos del aire. Con este pequeño gesto, la lengua de suegra maximiza su funcionamiento sin necesidad de fertilizantes constantes ni riegos excesivos, una ventaja enorme para quienes buscan plantas resistentes que no exijan atención diaria.
A diferencia de otras plantas típicas del jardín interior, esta especie tolera olvidos, poca agua y hasta cambios bruscos de temperatura. Incluso en baños con duchas frecuentes, la planta mantiene su porte firme y su función purificadora. Su nivel de supervivencia es tan alto que muchos aficionados a la jardinería la consideran la especie ideal para quienes recién empiezan o para quienes creen no tener “mano verde”.