Hablar muy fuerte y encima de los demás, interrumpiendo o acaparando la conversación, no es simplemente una cuestión de volumen, también puede hablar de temor a no ser relevante, necesidad de control o modelos de comunicación aprendidos bajo lógica de dominación. Lo que aparece como potente voz, en ocasiones, es una estrategia para proteger vulnerabilidades o imponer jerarquía.
Si este estilo de comunicación interfiere en relaciones o provoca desgaste emocional, puede ser útil trabajar con un psicólogo estrategias de comunicación asertiva, fortalecimiento de la autoestima y escucha respetuosa.
HABLAR
Desde la psicología, este comportamiento tiene diversas interpretaciones
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Hablar más fuerte puede indicar menos autoconfianza
Aunque a primera vista parece una señal de seguridad, en realidad puede ocultar lo contrario. En Open Privilege explican que muchas personas que hablan en voz alta, especialmente en contextos laborales, lo hacen para compensar una profunda inseguridad: “Para algunos, ser fuertes y habladores es una forma de enmascarar vulnerabilidad o falta de autoestima. Al ser el centro de atención, desvían del ojo propio criticón”.
Este tipo de comportamiento puede responder al miedo de pasar desapercibido o no ser valorado, especialmente en entornos competitivos. Así, la voz alta funciona como un escudo defensivo.
Algunos hablan por encima de otros para tomar el control de la conversación
Hablar encima de alguien, interrumpir o mostrar superioridad discursiva, también puede tener raíces profundas en el deseo de dominar la conversación. Desde la psicología comunicacional, se observa que el patrón de interrumpir o hablar sobre otro puede instalarse desde la infancia como modelo de poder.
Según Herway: “Quienes no dejan que otros hablen suelen asociar hablar con poder, porque crecieron creyendo eso. Para ellos, comunicar es controlar". Ese hábito suele reforzarse en distintos contextos grupales donde la voz dominante se percibe como más prestigiosa.
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Más allá del volumen: poder, ansiedad y significado
- Inseguridad y necesidad de validación: hablar fuerte puede ser el reflejo de un deseo imperioso de ser escuchado y reconocido.
- Dominación comunicativa: interrumpir y hablar sobre otros puede señalar búsqueda de control social, control conversacional o posicionamiento dominante.
- Confusión entre asertividad y agresión: muchos confunden expresarse con firmeza con imponerse, distorsionando límites y afectando el respeto interpersonal.
¿Comunicación asertiva vs comunicación agresiva?
Según la definición del psicólogo, la asertividad implica expresar opiniones con seguridad sin atacar ni ignorar a los demás. En cambio, interrumpir o hablar alto puede cruzar la línea hacia la agresión comunicativa.