Desgarrador llanto de Analía Franchín al contar lo que sufre su sobrino con autismo: “Deja sangre en el piso”

La periodista relató en “A la Barbarossa” que su sobrino sufrió violencia de parte de su padre por tener TEA.

Analía Franchín rompió en llanto al hablar de su sobrino.
Analía Franchín rompió en llanto al hablar de su sobrino.

Analía Franchín se abrió en “A la Barbarossa”, el programa que conduce Georgina Barbarossa, y contó la dura realidad de su sobrino con autismo, quien sufrió muchos años violencia de parte de su padre porque lo discriminaba por tener TEA.

La periodista contó la realidad de sus sobrinos a raíz del caso de un niño de 8 años a quien le hicieron bullying y lo golpearon en una escuela de San Martín, provincia de Buenos Aires.

Franchín aseguró que fue un “calvario” lo que vivieron los hijos de su sobrina, quienes fueron criados por la mamá de la periodista debido a los problemas de adicción que tiene su hermana.

Su sobrino mayor fue víctima durante años de violencia doméstica de parte de su padre, el marido de su sobrina, quien le pegaba, insultaba y lo dejaba afuera de su casa porque no toleraba su condición.

Y una vez que pudieron conocer la situación que se daba puertas adentro de la casa -a partir de una carta que el niño escribió para la directora de su escuela-, Franchín decidió darles un hogar y contención económica.

El sobrino de Analía Franchín está internado hace 12 días

Luego, la exparticipante de Masterchef Celebrity rompió en llanto al contar que su sobrino está internado hace 12 días.

“Él tiene piel atómica y con su problema de TEA tiene la parte sensorial tan afectada que no se da cuenta de que se lastima. Está todo lastimado y se infectó. Toma tanta batería de medicación que uno no sabe cuál es la que le da alergia. Y en el medio se lastima y donde camina deja sangre en el piso”, señaló entre lágrimas.

Y agregó: “Encima, la medicación psiquiátrica tarda 3 o 4 semanas en hacer efecto, entonces, cuando se las cambiás, tenés que hacer todo un proceso de adaptación y ver si funciona. La gente no tiene idea de lo que sufre un chico con TEA”.

Además, lamentó que cada vez haya más chicos con autismo y menos inclusión: “Antes iban a colegios especiales, pero eso también es estigmatizarlos porque comparten jornadas con chicos que tienen otras patologías y en vez de avanzar retroceden. La idea debería ser que se integren con otros compañeros”.

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