En el universo de los signos del zodíaco, hay algunos que se destacan por su optimismo contagioso, mientras que otros tienden a enfocarse en lo que no salió bien. La astrología analiza estos rasgos desde el nacimiento y los vincula con patrones repetidos en el horóscopo.
Uno de los signos, en particular, carga con la fama de ver siempre el vaso medio vacío.
El signo más pesimista del horóscopo
Entre los doce signos del zodíaco, hay uno que suele analizarlo todo con una lupa crítica. Virgo es conocido por su racionalidad extrema, su obsesión por el detalle y una permanente sensación de que algo podría fallar.
Esta forma de ver el mundo no nace de la maldad, sino de su búsqueda constante por perfección.
En su afán por que todo salga bien, Virgo muchas veces cae en el hábito de anticipar errores. Eso puede llevar a que se enfoque más en los problemas que en las soluciones. La frase "si algo puede salir mal, va a salir mal" bien podría ser su mantra oculto.
Este signo de tierra tiene una mirada realista —que muchos confunden con pesimismo— y una enorme autoexigencia que lo lleva a dudar, incluso, cuando todo marcha bien.
Su tendencia a sobreanalizar cada paso puede hacer que le cueste disfrutar el momento.
Por qué Virgo ve el lado negativo, según la astrología
Desde una mirada astrológica, Virgo está regido por Mercurio, planeta de la mente y la comunicación. Pero a diferencia de Géminis (también regido por Mercurio), Virgo lo expresa de forma interiorizada, meticulosa y muchas veces autocrítica.
Esta energía lo vuelve brillante para resolver problemas, pero también lo convierte en su propio juez más duro.
Los astrólogos señalan que Virgo tiene una fuerte conexión con lo concreto, lo material y lo que se puede controlar. Todo lo que escapa a eso lo pone en alerta.
A nivel emocional, le cuesta entregarse si no siente que todo está bajo control.
Prefiere ver los riesgos antes que las posibilidades, por eso muchas veces da la impresión de ser el signo más negativo del horóscopo. No lo hace por gusto, sino porque cree que así se protege del dolor o la frustración.