El budín de manzana, húmedo y esponjoso, tiene todo lo que buscamos en una receta casera: ingredientes simples, pocos pasos, un sabor reconfortante y ese olor que invade la cocina y te obliga a mirar el horno cada dos minutos.
Este budín es también una gran forma de aprovechar esas manzanas que están quedando en la frutera, un poco golpeadas o muy maduras, y transformarlas en algo delicioso.
El budín de manzana, húmedo y esponjoso, tiene todo lo que buscamos en una receta casera: ingredientes simples, pocos pasos, un sabor reconfortante y ese olor que invade la cocina y te obliga a mirar el horno cada dos minutos.
Además, es una excelente opción si estás buscando un postre o merienda liviana, ya que podés hacerlo con edulcorante y usar leche descremada sin sacrificar sabor ni textura.
Lo mejor de todo es que no hace falta ser experto ni tener batidora eléctrica. Con un bowl, una cuchara de madera y muchas ganas de disfrutar algo casero, ya podés empezar. Ideal para acompañar unos mates, un cafecito o simplemente para darte un gusto dulce sin culpas.
Este budín es también una gran forma de aprovechar esas manzanas que están quedando en la frutera, un poco golpeadas o muy maduras, y transformarlas en algo delicioso. Y si bien la receta original lleva una sola manzana, podés sumarle otra si querés hacerlo más frutal. La manzana en la superficie se carameliza ligeramente y le da un toque de pastelería que encanta.