Antonio Ibáñez, el actor español de 34 años, que murió de cáncer tras una larga lucha

El artista tenía un linfoma desde hace un año y su muerte fue confirmada a través de su cuenta personal de Instagram con un mensaje escrito por él.

Antonio Ibáñez
Antonio Ibáñez

El modelo y actor Antonio Ibáñez, conocido por series como ‘Aída’, ‘El Ministerio del Tiempo’ o ‘La que se avecina’, murió a los 34 años de edad, tras darle pelea al cáncer.

El propio actor fue el encargado de anunciar hace justo un año que padecía la enfermedad. Ibáñez desveló en sus cuentas de redes sociales que le habían detectado un linfoma y que tenía que recibir tratamiento con quimioterapia.

Antonio Ibáñez
Antonio Ibáñez

Durante su carrera, Ibáñez hizo teatro (su último papel fue en Caníbales, en 2019), televisión (participó también en La que se avecina y El Ministerio del Tiempo) y cine (Chicas paranoicas y Gabriel, entre otras). Por el camino, probó suerte en la India, donde fue uno de los primeros actores españoles en tratar de trabajar en la industria de Bollywood.

El joven, además, era licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Granada y pintaba. Tras terminar su carrera, Ibáñez empezó a formarse como actor en varias escuelas de interpretación de Madrid, incluida la de Juan Carlos Corazza.

El artista Antonio Ibáñez celebró el día que finalizó con sus quimios.
El artista Antonio Ibáñez celebró el día que finalizó con sus quimios.

El actor y modelo anunció su muerte en un mensaje en Instagram: “He luchado con todas mis fuerzas pero no he conseguido ganar esta batalla. Tenia muchas ganas de vivir y seguir creando arte. Aun así, podréis ver, sentir y tocar mis energías más puras en todos mis cuadros. Allí os podréis perder en mi alma linda y generosa”.

El artista se despidió de su público antes de morir a través de su cuenta de Instagram.
El artista se despidió de su público antes de morir a través de su cuenta de Instagram.

Antonio Ibañez, el artista que pintaba sin límites

Antonio logró viajar por todo el mundo gracias a su carrera como modelo y actor, pero su gran amor era la pintura por lo que abrió su estudio de arte en 2016.

Antonio Ibáñez
Antonio Ibáñez

En el 2019, comenzó su viaje internacional al ser representado por una galería de arte en París. Un salto en el mundo de las Bellas Artes que le dio la oportunidad de dar a conocer sus pinturas al público internacional, y abrirse un primer hueco en el competitivo mundo del arte moderno.

Un arte abstracto y contemporáneo, en el que el artista invita a los espectadores a sumergirse en sus emociones y color. Ahora que tristemente su fallecimiento está ocupando titulares en los medios de comunicación, son muchos los que se están encontrando con esa faceta desconocida y sensible, con ese legado cargado de significado que quiso dejar el propio Antonio.

“La paciencia no es quedarse parado... sino dejarse llevar por el ritmo natural de las cosas”, decía, de sus pinturas, que comparaba con su propio día a día: “La vida es como la pintura. Eliges colores, como ponerlos, añades agua, dejas que fluya… Depende de cómo la mires, será una cosa u otra. Si se funden, puede ser casualidad o no, pero de alguna manera uno mismo ha hecho que eso ocurra”.

El artista buscaba oportunidades, a pesar de la adversidad. Uno de sus grandes sueños, poder desarrollar su talento en la cuna del arte moderno: Nueva York. El artista hace referencia a la Gran Manzana y sus sueños en numerosas de sus publicaciones de su cuenta de Instagram, asegurando que una de sus metas era viajar a la célebre ciudad y “pintar en un estudio bien grande, de esos con ventanales enormes, techos altos, de ladrillo, si es una fábrica o un antiguo almacén… ¡Mejor!”.

Ni siquiera el diagnóstico de su enfermedad le echó atrás. Tal y como comunicó a sus seguidores el día que anunció lo que le estaba sucediendo: “En la vida las cosas son como son, pasan porque tienen que pasar. Las experiencias te preparan para muchas cosas; para ésta por ejemplo, no tanto, pero estoy con más fuerza que nunca para afrontar esto y todo lo que venga con valentía; con una energía que se ha apoderado aún más de mi cuerpo, mente y alma”, explicaba, pidiendo a sus seguidores que “se volviesen locos por y con sus sueños”: “¡Luchad por ellos! Ya sabemos que el “no” ya se tiene, pues pa’ lante y que nos quiten lo bailao’ ¡Disfrutad como si no hubiese mañana!”.

Unas palabras que el propio artista se aplicó a sí mismo, porque ni siquiera su enfermedad o los duros tratamientos le apartaron de su amada pintura. Es más, él mismo se encontró probando cosas, experimentando sensaciones y plasmando ideas nuevas en sus lienzos. Hace apenas unos meses, el propio artista reflexionaba acerca de esta etapa que le estaba tocando vivir, que él calificaba como un “reseteo” que vivía en “calma” y con la mente cargada de sueños.

Solo hace apenas unos meses cumplía otro de sus sueños, dando el salto al mundo editorial con un gran proyecto: pintar los escenarios de una sesión de moda para la edición árabe de la prestigiosa revista Vogue. Un proyecto en el que dio rienda suelta a su talento y que no dejó indiferente a nadie.

Antonio Ibáñez
Antonio Ibáñez

Hoy, sus compañeros de trabajo y amigos recuerdan su arte, talento, cariño y buen hacer. Un alma sensible que se ha ido mucho antes de lo esperado, pero que seguro que está disfrutando en calma, de su arte, sin límite, allá dónde esté.

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