La Unión Cívica Radical (UCR) definirá el próximo viernes a su nueva conducción nacional, en un contexto atravesado por profundas divisiones internas y el impacto político que provocó la victoria de Javier Milei. Aunque la sucesión aún no está cerrada, el gobernador saliente de Corrientes, Gustavo Valdés, emerge como el principal favorito para reemplazar a Martín Lousteau al frente del partido.
En la antesala del 12 de diciembre, los distintos sectores del radicalismo intensifican las negociaciones con el objetivo de alcanzar un acuerdo que les permita preservar la cohesión partidaria y proyectar una estrategia con vistas al futuro, tras el duro golpe sufrido por los partidos tradicionales en las últimas elecciones.
La definición se llevará a cabo en la sede partidaria de la calle Alsina, en la Ciudad de Buenos Aires, donde se reunirán 106 delegados de todo el país. Allí se elegirá a la nueva conducción que estará al frente del Comité Nacional durante los próximos cuatro años, en reemplazo de Lousteau, quien no tiene intenciones de continuar en el cargo.
Según supo la Agencia Noticias Argentinas, Valdés es el único dirigente que, por el momento, logra cierto consenso entre los distintos sectores internos. El correntino dejará este miércoles la gobernación para asumir una banca en el Senado provincial, paso previo a su posible desembarco en la conducción nacional del radicalismo.
La gestión de Lousteau estuvo signada por una fuerte fractura interna entre quienes impulsaban un rol opositor frente al gobierno de Milei y aquellos que consideraban conveniente acompañar algunas de sus iniciativas. Esa tensión se reflejó tanto en el funcionamiento de los bloques legislativos en el Congreso como en las alianzas electorales provinciales.
Mientras Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza) optaron por acuerdos con el oficialismo libertario, otros mandatarios radicales como Valdés, Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Carlos Sadir (Jujuy) eligieron conformar el espacio Provincias Unidas.
Lousteau, quien la semana pasada juró como diputado nacional, se sumará formalmente a Provincias Unidas a partir del 10 de diciembre, y no al bloque de la UCR, que quedó integrado por legisladores con una postura menos crítica hacia el Gobierno nacional. Esa decisión generó fuertes reproches internos.
“El presidente del partido juró por otro bloque, es humillante”, cuestionó un dirigente radical cercano al sector que mantiene vínculos con el oficialismo, que reclama un liderazgo capaz de “coordinar a los bloques y volver a seducir al electorado” con vistas a 2027.
Aunque ese espacio no descarta apoyar a Valdés, persisten dudas sobre el perfil político que adoptaría el radicalismo bajo su conducción. “Valdés puso a sus legisladores en el bloque de la UCR, pero después se sacó una foto con Provincias Unidas”, señaló una fuente consultada por NA, que advirtió: “Tenemos que seguir representando a los votantes de Juntos por el Cambio”.
La definición del viernes será clave para el futuro del radicalismo, que enfrenta el desafío de redefinir su identidad y su rol en el escenario político nacional.